Vitoria. Hay que aprender. Y mucho. No puede sacar otra conclusión el Deportivo Alavés del empate contra un Palencia que aliñó el duelo con todos los ingredientes de un play off y que supo encaminar la disputa del mismo hacia un encorsetamiento táctico que, acompañado por un dominio absoluto del otro fútbol en connivencia con un colegiado incapaz de aplicar el reglamento, acabó sacando de quicio a un Glorioso que aún no ha demostrado saber manejarse con soltura en el filo de la navaja. Empate que no alegra del todo y que tampoco deja un mal regusto. Un punto que todo lo comprime.
Se había encargado de calentar la cita el técnico palentino, Pepe Calvo, echando mano del típico recurso de los arbitrajes favorables para el rival, en este caso el Alavés, y se encontró el preparador castellano con un excelente resultado en ese caldo de cultivo que había preparado.
Echando mano de un rigor táctico digno de estudio y con la ayuda de todas las argucias que el reglamento deja al libre albedrío arbitral, volvió a demostrar el técnico del Palencia que es capaz de hacer un buen cesto sin necesidad de excepcionales mimbres. A base de una precisa colocación y de una sucesión de faltas castigadas con escaso rigor, el conjunto castellano ahogó las posibilidades de salir con el balón jugado del Alavés y se pertrechó con seriedad atrás para intentar sacar partido de alguna contra que cogiese desprevenida a la zaga vitoriana.
Enseñó el conjunto alavesista en esos minutos iniciales todas las carencias que había disfrazado en compromisos anteriores. Con graves problemas para avanzar con criterio con el balón en los pies, la inexistencia de un nexo de unión entre zaga y vanguardia provocó que el equipo quedase demasiado fracturado en dos desde casi el comienzo.
Fueron los chispazos de clase de Óscar Rico por la izquierda los únicos que hicieron presagiar el encendido del botón del fútbol, pero en ningún momento llegó el pase definitivo y la única ocasión clara, frustrada por la señalización de un dudoso fuera de juego, la desaprovechó Geni en un balón que se le apareció entre los pies y que no fue capaz de marcar cuando se cantaba gol.
A por el triunfo Con el duelo completamente favorable a los intereses de un Palencia que saltó al césped de Mendizorroza con las ideas claras de la bondad de un empate, decidió Iñaki Ocenda tras el tránsito por los vestuarios que el Alavés tenía el margen suficiente como para buscar un riesgo que aparejase un premio extraordinario en forma de tres puntos que hubiesen resultado casi definitivos para la consecución del objetivo de entrar en el play off.
Se fracturó entonces el ya de por sí escaso nexo que unía hasta el momento defensa y ataque, abriéndose de esta manera multitud de espacios en los alrededores de ambas áreas. Fue el cuadro vitoriano el primero en pescar en esta situación al asistir Geni hacia el desmarque de un Joseba Arriaga que volvió a definir a la perfección para colocar al Alavés por delante en el marcador en el minuto 58. Fue en ese instante cuando el Alavés volvió a sacar a relucir un defecto que ya le costó muchos puntos en el primer tramo de la temporada.
Esa incapacidad para controlar los marcadores favorables, para serenar su juego y dormir el balón, por lo civil o lo criminal, la acabó pagando en apenas cuatro minutos, los que tuvo que esperar De Paula para encontrar demasiado adelantada a la zaga vitoriana y situar un empate que ya resultaría decisivo por las escasas ganas de fútbol de un Palencia que sí supo frenar en seco cualquier intento de reacción local. Un punto, a la postre, que sólo sirve para que las distancias se reduzcan, tanto con el segundo puesto como con el quinto, y que hace augurar un final de temporada en el que tendrá que primar la cabeza sobre el corazón para saber sacar adelante el objetivo marcado.
Goles: 1-0, minuto 58: Joseba Arriaga. Alaña consigue conectar con Geni en la frontal y el asturiano asiste en profundidad para que Arriaga defina en el mano a mano con Rebollo con un disparo raso. 1-1, minuto 62: De Paula. Centro de Agostinho desde la izquierda en el que De Paula consigue ganar la espalda a la zaga vitoriana para conectar un perfecto cabezazo a la red.
Tarjetas: Martínez Montoro (colegio madrileño). Amonestó a Iker Guereñu (minuto 4), Alaña (minuto 42), Paulino (minuto 51), Morcillo (minuto 74). Amonestó al entrenador de porteros del Alavés, Tito, en el minuto 61.