Vitoria. Alfredo Ruiz de Gauna estrenará hoy en la visita del Deportivo Alavés a Zamora su condición de nuevo accionista mayoritario de un club para el que ya busca soluciones que aseguren su supervivencia. No se trata de una fácil tesitura porque, como él mismo asegura, la entidad se encuentra "en un barrizal", pero espera encontrar en el camino los apoyos necesarios para llevar a buen puerto esta empresa en la que ya está trabajando desde un segundo plano.
Los sentimientos albiazules no le son nuevos al propietario del Grupo Bidasoa. Lució con orgullo su condición de abonado del club durante muchos años y la mantuvo "hasta que las cosas se empezaron a torcer con Piterman". Desde entonces no ha vuelto a dar de alta su carné "porque con Ortiz de Zárate funcionaba todo parecido".
Además del sentimiento, como empresario también lleva años ligado al Alavés y al deporte de la provincia. Su experiencia en el mundo del transporte abarca ya más de tres décadas y en los últimos tiempos se ha consolidado como uno de los principales referentes de la provincia a través del grupo empresarial que lidera. El propio Glorioso y el Baskonia se desplazan en la actualidad en los autobuses de Viajes Bidasoa que también utilizan de manera habitual varios clubes alaveses. Además, en los últimos años su empresa también se ha volcado en el patrocinio de distintos clubes, entre los que destaca el equipo de fútbol sala femenino que milita en la División de Plata y que ha creado una escuela para potenciar este deporte entre las más jóvenes.
Tampoco las ganas de Ruiz de Gauna por formar parte del accionariado del Alavés son algo nuevo, aunque hasta la fecha no habían podido materializarse. En verano de 2007, cuando Piterman mostró su intención de abandonar el club, acudió junto al propio Ortiz de Zárate y Guillermo Asarta a una compra-venta en la que reinaron los puntos oscuros: "Cuando llegamos a la firma nos presentaron muchos documentos que no había por dónde cogerlos, no se firmaba ante notario y había personas que dijeron que firmaban por Piterman por un poder verbal. Entonces, decidí retirar mi cheque bancario de la mesa que hoy ocupa Ortiz de Zárate y salir corriendo de allí".
Así las cosas, el que hoy es presidente en funciones pasó a regir el destino de un club que ya por entonces el propietario del Grupo Bidasoa veía herido de muerte: "En ese momento me di cuenta de que el club no podía ir a ninguna parte. Entonces el Alavés se encontraba metido en un barrizal y hoy no lo está mucho menos. Me gustaría haberme equivocado, pero el equipo ha ido bajando y el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio".
Ese proceso sirvió para destapar unas dudas que aún hoy siguen sin aclararse y en las que la sombra de Piterman siempre aparece por detrás de la figura de Ortiz de Zárate: "Allí sólo estaba el dinero de Asarta y el del Grupo Bidasoa. Me marché porque me parecía un mundo de chorizos".
Pese a todo, el pasado verano, y con el Alavés hundiéndose irremisiblemente, Ruiz de Gauna y Asarta volvieron a ofrecer su colaboración a Ortiz de Zárate, aunque en ese momento la propuesta del presidente, que pidió a los empresarios alrededor de un millón de euros por cabeza, le pareció "inaceptable".
decisión definitiva Fue en las pasadas Navidades "cuando el presidente se vio desbordado y sin ninguna manera de encontrar la salida" cuando el propietario del Grupo Bidasoa volvió a recibir una llamada desde las oficinas del Paseo de Cervantes: "Recibíamos muy buenas palabras, pero con las gracias nos quedábamos".
Al final, y tras fracasar la posibilidad de entrar en el club acompañado de Asarta o de Javier González, la aparición de nuevos grupos de posibles inversores que desconfían de la figura del actual presidente le llevaron a tomar la decisión de comprarle gran parte de sus acciones para dejarle, definitivamente, a un lado, aunque en el último proceso de firma también hubo sus más y sus menos entre los implicados. "Llegó un momento en el que eso parecía Salsa Rosa".
Con esas dos opciones prácticamente descartadas, son ahora otros dos grupos los que mantienen contactos regulares con el propietario del Grupo Bidasoa, quien prefiere caminar con pies de plomo hasta que alguno de los interesados no dé el paso definitivo de apostar por la inversión: "Es normal que nadie haya querido poner un euro en el club porque desaparece como la pólvora. Estoy viendo que las cosas van por buen camino y después de la compra de acciones me han llamado y me han dado las gracias, pero ahí se ha quedado el tema. La semana que viene vamos a seguir hablando, pero todavía no ha llegado el momento de que alguien diga que va a poner el dinero encima de la mesa, que es la base fundamental de todo este proceso".
comienza el trabajo Mientras espera la llegada de nuevos inversores, Ruiz de Gauna se pondrá a trabajar de manera inmediata en el saneamiento del club y una de las principales metas que se marca es intentar que Piterman pague por sus desmanes: "He visto papeles y más papeles, pero todavía me faltan por ver documentos porque hay muchos temas profundos que tenemos que estudiar porque no terminan de cuadrar por ningún lado".
A partir de mañana, un hombre de su confianza que conoce bien el club, el ex contable Fernando Domezain, comenzará a trabajar en la búsqueda de acuerdos que permitan a la entidad tomar aire.
"Hay que negociar con los acreedores para ver de qué forma se puede convertir la deuda en acciones o publicidad. Creo que muchos accederán porque no les interesa que esto desaparezca. También espero contar con el apoyo de las instituciones para, entre todos, ser capaces de enderezar esto y que no vuelvan a ocurrir las mismas cosas que han pasado los últimos años", explica Ruiz de Gauna, quien también ha hablado con los jugadores para proponerles un calendario de cobros y pretende "invitar a Pereira a que a partir del jueves esté trabajando en el Alavés en algún otro puesto".
El propietario del Grupo Bidasoa tiene claro que, con apoyos, El Glorioso "tiene solución", aunque para eso tendrá que conseguir la ayuda de algún otro inversor: "Con la ampliación de capital completa salvamos esta temporada y buena parte de la que viene, pero, además, aquí hay que poner a personas adecuadas y que conozcan el tema del deporte en todos los cargos. Yo no quiero ser presidente porque aquí hace falta gente que sepa de fútbol".