Refuerzos discretos. Muy discretos. No siempre lo que ha llegado en el mercado de invierno ha servido para mejorar lo que ya había en plantilla. Es más, las contrataciones a partir de enero han sido en ocasiones sonados fracasos para el Alavés. Ahí están los casos de Jardel y Pacheco en la época de Piterman. Al brasileño ni le hicieron ficha y el uruguayo, pese a contar con licencia federativa, salió del conjunto albiazul sin haber disputado un minuto.
Este curso hay que acertar. No queda otra. Y es que no está la economía albiazul para este tipo de dispendios. Incluso la situación deportiva, poco boyante, necesita caras nuevas que den aire fresco al equipo. En la mesa de la secretaría técnica albiazul están el defensa Jorge García Morcillo y el delantero Joseba Arriaga y también se busca un centrocampista organizador con el que dar mayor fluidez a un equipo muy atascado y previsible en ocasiones.
Los nuevos deben dar otro aire. Hay que cambiar con lo vivido en el pasado. Un pasado reciente en el que los fichajes de invierno del Alavés pasaban con más pena que gloria, sobre todo en la época negra del club, con Dmitry Piterman al frente de la entidad albiazul.
los fiascos de piterman Buena prueba de ello, es que bajo el mandato del ucraniano hubo un buen número de refuerzos de dudosa rentabilidad. No en vano, de los cinco jugadores que llegaron en el mercado invernal de la campaña 2004-05, Jardel ni jugó, Mostovoi lo hizo sólo 12 minutos en el encuentro ante el Cádiz, mientras que el defensa argentino Maximiliano Flotta se quedó en 33, repartidos en dos encuentros.
Los dos únicos que se salvaron fueron Pape Sarr y David Sánchez. El senegalés disputó 976 minutos repartidos en 15 partidos, diez de ellos como titular y el hispalense, que llegó a falta de nueve jornadas, tan sólo se perdió una, la última ante el Sporting de Gijón, cuando el equipo ya estaba ascendido. El andaluz aportó en esos ocho partidos, cuatro de ellos como titular, un gol.
El segundo año de Piterman al frente del club se repitió la historia. De las cuatro incorporaciones, una ni llegó a debutar, caso del uruguayo Pacheco, y otras dos, Elton e Ibon Begoña, tuvieron escaso protagonismo. Ambos jugaron cuatro partidos, aunque al menos el vizcaíno fue titular en tres de ellos y acumuló un total de 278 minutos, mientras que el brasileño, que salió desde el banco en las cuatro ocasiones, se quedó en 62. Por último, el papel de Blago Georgiev también fue discreto. El búlgaro, que llegaba con la vitola de sucesor de Stoichkov, se mostró como un futbolista mediocre e incapaz de desequilibrar durante los escasos 278 minutos que estuvo en el césped a lo largo de diez partidos, sólo tres como titular y ninguno de ellos al completo. Fracaso absoluto.
Aun y todo, el ucraniano reincidiría al curso siguiente. Ahí están los casos del inédito Alberoni, que llegó para irse cedido al Las Palmas, la repesca de Elton, sin ficha en el primer tramo de la temporada y sólo 13 partidos en el tramo final de la campaña, ocho de ellos como titular o el más rocambolesco de todos ellos, la vuelta de Epitié por tercera vez, al que se le hizo ficha pese a que no se contaba con él, ya que se le contrató para ir a jugar al California Victory como así fue.
Hasta que el guineano emigró a Estados Unidos, estuvo tres meses en Vitoria entrenando con el primer equipo y nunca fue incluido en una convocatoria. Ese año, al menos sí que hubo dos refuerzos en cierto modo rentables, casos de Ángel y Wellington Paulista. De hecho, ambos cumplieron dignamente. El bejarano jugó 23 partidos, todos ellos como titular, mientras que el balance del punta carioca fue de 19 encuentros, 11 de ellos desde inicio, en los que marcó tres goles.
ZÁRATE TAMPOCO ACIERTA Si el porcentaje de acierto bajo la presidencia de Piterman fue más bien escaso, el de Ortiz de Zárate tampoco es que haya sido mucho mayor. La suerte tampoco ha sonreído al empresario gasteiztarra, hasta el punto de que de los ocho refuerzos que llegaron en el mercado invernal, cuatro en cada temporada, sólo dos han tenido una aportación notable.
En el primer curso con el actual presidente al frente del club, la campaña 2007-08, los fichajes de la secretaría dirigida por Carlos Lasheras pasaron casi todos ellos con más pena que gloria. Ahí están los casos del esloveno Dalibor Stevanovic, convocado en 17 ocasiones, pero sólo actuó en nueve de ellas, ocho como titular y Jairo, con una presencia similar, al haber sido convocado el jugador cedido por el Dépor en doce ocasiones, para jugar sólo diez, de las cuales tan sólo dos fueron como titular.
Peor aún le fueron las cosas a Cabrera, lesionado en La Rosaleda ante el Málaga a los 48 minutos de un aciago debut en el único partido que disputó aquel curso. El único que se salvó de todos ellos fue Adrián. El punta asturiano, procedente también del Deportivo en el tramo final por la lesión de Garro, jugó los diez partidos que fue convocado, nueve de ellos desde el inicio y marcó tres goles, claves algunos de ellos para conseguir una salvación que al final fue agónica.
Un año después, esta vez con Javi Pérez como secretario técnico, el Alavés de Ortiz de Zárate volvió a reincidir en sus errores en el mercado de invierno. Y es que al igual que la campaña anterior, de los cuatro que llegaron en este tramo de la temporada, sólo Juanjo sacó buena nota mientras que los otros tres -Dani Castellano, Pablo De Lucas y sobre todo Peri Martínez-, suspendieron.
Buena prueba de ello es que el hondureño rescindió su contrato un mes antes de que finalizara su vínculo con el cuadro albiazul el 30 de junio para volver a su país. Hasta esa fecha, sólo jugó 114 minutos repartidos en tres encuentros de los cuales sólo fue titular en uno, que ni siquiera completó.
El papel de Castellano y De Lucas fue muy similar. El primero acumuló un total de 327 minutos repartidos en seis encuentros, cuatro de ellos desde el inicio, de los que al menos dos jugó completos, mientras que el interior procedente del Sporting se quedó en 269 minutos a lo largo de los diez choques en los que participó. De todos ellos, en dos fue titular, pero fue sustituido en ambos. Al menos marcó un gol.
El honor para los llegados en el mercado de invierno lo salvó Juanjo y eso que el delantero del Racing tampoco tuvo excesiva suerte ya que se perdió varios partidos por culpa de las lesiones. En el choque ante el Zaragoza un codazo de un rival le dejó sin un diente y una vez recuperada la pieza, el punta tuvo que jugar con una máscara.
Durante su etapa como albiazul, el ariete cántabro jugó los 21 partidos en los que fue convocado, ocho de ellos completos y el doble como titular para un total de 1.306 minutos, tiempo en los que marcó cuatro goles y recibió cinco amarillas y una roja por doble amarilla.