En unas últimas temporadas en las que la trayectoria deportiva del equipo ha ido paulatinamente cayendo en picado, al menos, una buena noticia llena de alegría al Deportivo Alavés. Por fin, las categorías inferiores comienzan a aportar futbolistas al primer equipo con cierta asiduidad, una promoción que nunca ha sido una de las principales características de la entidad. Ahora, en tiempo de apreturas, son ya varios los jugadores formados en la casa que han asomado la cabeza reclamando con éxito su oportunidad en un claro ejemplo de convertir la necesidad en una excelente virtud a la que se puede sacar rendimiento deportivo y económico en un futuro no muy lejano, como ya se ha demostrado.

El debut el pasado domingo de Sergio Pardo con la camiseta del primer equipo en la competición liguera -junto a varios canteranos también se estrenó hace un par de semanas en una competición oficial como la Copa Federación- ha sido el último paso en una tendencia que durante las últimas temporadas se ha convertido en habitual y que ha servido para regenerar la ilusión en una grada de Mendizorroza que se identifica con sus jóvenes promesas y también en una cantera que en anteriores etapas no había disfrutado de tantas oportunidades.

El constante descenso de escalones competitivos que ha protagonizado el club a lo largo de las últimas campañas, unido a los problemas económicos que arrastra la entidad, ha sido una de las principales causas de esta irrupción de los canteranos en el primer equipo. Con una exigencia deportiva mucho menor, dar el salto desde abajo es mucho más sencillo que cuando el Alavés se codeaba con los más grandes y era mucho más difícil que un chaval de la casa alcanzase el nivel competitivo necesario para hacer frente a tamaños retos.

Durante muchos años, la figura de Sívori fue la referencia de una cantera poco dada a ofrecer lujosas perlas, sobre todo por la tendencia absorbente de dos clubes que basan su estructura en las promesas vascas, como son los casos de Real Sociedad y Athletic. Así, muchas promesas alavesas acabaron recelando en alguna de esas dos potentes entidades capaces de arrasar con cualquier resquicio de talento. Precisamente, tras conseguir el ascenso a Primera División con El Glorioso en la temporada 1997-98, Sívori fue fichado por el Athletic a cambio de 348 millones de pesetas, Ibon Begoña y Jon Solaun.

Ese mismo camino pudo haber seguido el pasado mes de enero el actual referente del alavesismo en la primera plantilla. En su tercera temporada en el primer equipo, Igor Martínez se ha convertido en la bandera del club y desde su debut a las órdenes de Josu Uribe en la campaña 2007-08 se ha convertido en uno de los referentes del equipo, algo que no consiguió otro jugador al que el técnico asturiano también dio la alternativa por aquellas fechas como es el caso de Rubén Royo, actualmente en el Mirandés tras ser descartado por los actuales responsables deportivos del club el pasado verano.

óscar de marcos Mientras que Igor Martínez no se decidió a aceptar la oferta del Athletic para seguir en su Vitoria natal, otro canterano -al que se quiso incluir en aquella operación del último mercado invernal que finalmente no cuajó- sí que acabó aceptando el cambio de la camiseta albiazul por la rojiblanca.

A cambio de unos 350.000 euros la gran perla de la cantera alavesista ponía rumbo a Bilbao después de haber debutado esa misma temporada -José María Salmerón le dio la alternativa- con el primer equipo y de haber sido uno de los pocos que se salvó de la catástrofe colectiva del cuadro albiazul. Ahora el de Laguardia se ha ganado un hueco en los esquemas de Caparrós gracias a su desparpajo y calidad.

También la pasada campaña debutó con el primer equipo, en este caso por decisión de Manix Mandiola, el delantero Jonathan Reguero. En las categorías inferiores había destacado por su innata capacidad goleadora y ha sido este año cuando ha encontrado el sitio definitivo en el Alavés, aunque la alta competencia que hay en su puesto no le ha permitido disfrutar de demasiadas oportunidades para demostrar su excelente olfato.

Ahora, Sergio Pardo ha sido el último en debutar con la primera plantilla y lo ha hecho ofreciendo un buen rendimiento. El central de Elciego se ha ganado la confianza de Javier Pereira y no sería extraño que el técnico pacense siguiera contando con el canterano en próximos compromisos. Mientras tanto, otros jóvenes valores de las categorías inferiores ven en estos futbolistas el espejo en el que reflejarse para poder cumplir en un futuro el sueño de debutar con el primer equipo del Alavés.

alberto morgado Un caso especial en el caso de los canteranos lo representa un Alberto Morgado que no llegó a ver cumplido ese particular sueño de debutar con la camiseta del primer equipo. Su fenomenal trayectoria como internacional puso a este joven lateral izquierdo en la boca de los clubes más potentes del entorno del Alavés y, finalmente, fue la Real Sociedad la que se hizo con los servicios de esta joven promesa en enero de 2008 tras abonar al club vitoriano cerca de 700.000 euros a los que se unió la cesión de Dalibor Stevanovic.

El sentimiento y la posibilidad de hacer un buen negocio. De las dos vertientes está necesitado un Deportivo Alavés que ha conseguido regenerar buena parte de la ilusión de Mendizorroza con la aparición de jóvenes promesas y que también ha aprovechado la calidad de estos diamantes en bruto para sanear ligeramente sus arcas en una época de máxima necesidad en la que se intenta obtener réditos beneficiosos de cualquier recurso.