i+Med, una cooperativa de científicos en la vanguardia de la ingeniería biomédicaPilar Barco
“Cooperative of scientist”. La leyenda que preside uno de los ventanales de la fachada de i+Med en Gure Etxea, la sede que estrenó en marzo en el Parque Tecnológico de Álava, no es mera decoración. Incluso va más allá de una declaración de intenciones. i+Med – dedicada a la investigación, desarrollo y fabricación de nuevos productos en el campo de la ingeniería biomédica– es precisamente eso, una cooperativa de científicos, “una cooperativa independiente de científicos”, especifica Manu Muñoz, su director ejecutivo y uno de los fundadores.
Son una rara avis. Tampoco el uso del inglés es casual ni pretencioso: prácticamente el 90% de los productos que producen van a mercados internacionales.
El pasado marzo, i+Med inauguraba Gure Etxea, unas instalaciones de más de 4.000 m2 que han supuesto una inversión de 30 millones de euros y que representan un auténtico salto para esta compañía nacida en 2013.
El director ejecutivo y uno de los fundadores de i+Med, Manu Muñoz.
En estos doce años, esta empresa nacida del impulso de Muñoz y Raúl Pérez –director científico de i+Med– en el Centro de Investigación Lascaray, dependiente de la Facultad de Farmacia de la EHU, y que creció en el BIC Araba ha pasado a contar con 200 trabajadores, en torno a un tercio de ellos investigadores, y cerró 2024 con una facturación de 20 millones de euros, duplicando los en torno a 10 millones que registró en 2022.
Independencia financiera
“Cuando empezamos con el proyecto, cuando empezamos a reflexionar sobre generar una empresa, tuvimos claro, desde el punto de vista fundacional, que hiciésemos lo que hiciésemos, había una parte que era clara: que la parte científica investigadora era la que tenía que llevar las riendas de la compañía o de lo que creásemos. Y desde esa reflexión un poco utópica era decir: vale, ¿cómo hacemos que lo que vayamos a crear, la parte científica y la parte investigadora, siempre tenga el control de la empresa? A partir de ahí sale cooperativa de científicos”, recuerda Muñoz.
Esa independencia financiera es uno de los valores de i+Med. Así lo subrayaban en la inauguración de Gure Etxea: “Si hemos llegado a donde hemos llegado a día de hoy es porque hemos tenido la capacidad y la humildad de ser independientes”, aseguró en aquel acto Manu Muñoz, recordando que un fondo les ofreció en 2016 comprar el 51% de la sociedad si pasaban de cooperativa a Sociedad Limitada.
“Si nosotros hubiésemos sido un proyecto donde hay un inversor financiero potente, habríamos llegado aquí –explica convencido Muñoz–; bueno, hemos llegado aquí por otros caminos”. En definitiva, como explicaba entonces él mismo en una entrevista con este periódico, “si un fondo nos hubiera hecho Gure Etxea en el minuto uno y nos hubiera puesto una plantilla de 150 personas, estaríamos trabajando para los dictámenes o los ROI de ese fondo”.
Una tecnología transversal para una empresa que busca nichos
Si el modelo empresarial de i+Med es prácticamente inédito en el sector farma y de las biociencias, su actividad no lo es menos. La empresa se especializa en proyectos de nanomedicina personalizada en el campo de los nanohidrogeles inteligentes de liberación controlada de fármacos y sustancias activas.
“Nosotros tenemos una tecnología que llamamos transversal y en base a esa tecnología sacamos verticales que son áreas terapéuticas. Es decir, podemos tener hidrogeles para la parte de traumatología, para el mundo de la oftalmología, para el mundo de la estética, estamos en el mundo digestivo, pero siempre en base a ese conocimiento que tenemos en el campo de los hidrogeles”, detalla Muñoz.
Una de las instalaciones de i+Med, dedicada a la bioelectrónica.
Es la receta para competir en un sector de grandes multinacionales: “Buscamos ese nicho. No somos una empresa de grandes volúmenes a la hora de fabricar, buscamos esos nichos donde podemos aplicar nuestra tecnología”.
A partir de ahí, es fácil comprender que la I+D forma parte del ser de i+Med: “Si quieres mantenerte, si quieres seguir como cooperativa de científicos independientes, la innovación no es que esté en el ADN, es que está en el día a día”. Innovación aplicada a todos los ámbitos de la empresa, explica Muñoz, desde “el mundo del laboratorio o la formulación”, hasta el marketing, la regulación de mercados...
Cuando comenzó la construcción de Gure Etxea, en 2023, i+Med contaba con una plantilla de 71 personas –58 investigadores y, de ellos, 16 doctores– y a marzo de 2025, su número se había duplicado de largo, llegando a los 180 empleados, de los que 30 eran doctores en algún ámbito relacionado con la salud y otros 24 eran ingenieros especializados en áreas biomédicas. En este poco más de medio año desde la inauguración, la plantilla de i+Med supera ya los 200 profesionales.
De Gure etxea al Bosque de la Ciencia
Gure Etxea, la sede de i+Med en el Parque Tecnológico de Álava, fue inaugurada en marzo y sus más de 4.000 m2 equipados con tecnología de vanguardia han supuesto una inversión de 30 millones de euros. El día de la inauguración, i+Med presentó el siguiente paso en su hoja de ruta, con el horizonte de 2030: un nuevo edificio llamado a formar un espacio único con Gure Etxea en el Bosque de la Ciencia. Esta nueva infraestructura prevé una inversión de 100 millones y dispondrá de 15.000 m2 en los que i+Med planea crear otros 500 empleos altamente cualificados.
Esta apuesta por la innovación y la investigación se traduce, por ejemplo, en una docena de patentes tecnológicas.
Producto propio, para terceros y en copropiedad
De este modo, i+Med desarrolla dos líneas de modelo de negocio. Por un lado, el desarrollo de productos farmasanitarios a terceros: “Tú vienes con tu idea y nosotros te la desarrollamos y es tuya. Esa parte la trabajamos y es de lo que hemos vivido históricamente, hasta 2021 prácticamente hemos vivido al 100% de ello”.
Y por otro, la venta de producto propio. “¿Cómo nos hemos mantenido financieramente independientes? Cuando hemos estado trabajando para las grandes farmas, hemos generado un retorno que lo invertíamos en nuestros proyectos de I+D. Con ese beneficio industrial que sacábamos íbamos generando nuestro portfolio de productos propios”.
Creciendo en el mercado internacional
Actualmente, en torno al 90% del producto propio que fabrica i+Med se orienta al mercado exterior, con amplia presencia en Europa y en algunos países de Oriente Medio y Sudamérica. “En 2026 seguiremos abriendo mercados”, apunta Muñoz y, de hecho, este año han abierto una filial en Francia, planean abrir otra el próximo año en México y están “explorando la parte de Middle East como una opción”.
En concreto, explica Muñoz, i+Med desarrolla tres líneas terapéuticas. “La principal es la de traumatología, es decir, sustitutivo sintético del líquido sinovial. Estamos trabajando mucho en el campo de la oftalmología con gotas oculares: gotas para el tratamiento de ojo seco, ojo irritado, alergias... Y luego estamos trabajando mucho en el mundo de la medicina estética, esa parte de inyectables de hialurónico. Nos estamos introduciendo en el mundo del digestivo, nos estamos introduciendo en el cuidado de las pieles atópicas o problemas de piel, nos hemos en la salud íntima de la mujer, nos hemos introducido este año también la parte de recubrimientos para prótesis e implantes. Es un poco hacia donde vamos”.
Plano de Gure Etxea, sede de i+Med.
A partir de ahí nacen líneas de i+Med como Unikare Bioscience, Ados Pharma, Inmedical Therapeutics, Onak Oral Health o Sibari Republic.
Además del desarrollo de productos para terceros y del producto propio, su progresión ha permitido a i+Med desarrollar proyectos en copropiedad. “Se hacen acuerdos con distribuidores o con otras farmacéuticas y desarrollamos proyectos en copropiedad, al 50%. Es un modelo que antes no podíamos afrontar porque no teníamos músculo financiero. A día de hoy tenemos ya 4 o 5 proyectos en marcha donde estamos en copropiedad”, apunta Muñoz.
Instituto de nanohidrogeles inteligentes, “un MIT en pequeñito”
Gure Etxea, además, está llamada a acoger el primer Instituto Biomédico de Nanohidrogeles Inteligentes del mundo. “Estamos trabajando con el modelo de instituto. El modelo del instituto tecnológico lo asociamos al desarrollo de nuevos proyectos donde hay una cooperación con la parte clínica, donde hay una cooperación con la parte financiera y hay una parte de conocimiento tecnológico, de regulación y de mercado. Queremos apostar por el crecimiento a través de ello. Hemos estado los últimos 3-4 meses chequeando modelos de cómo ese compañero de viaje nos puede financiar proyectos o cómo vamos a generar un vehículo que nos acompañe en este proceso. Siempre manteniendo el control de todo el instituto, de todo el grupo i+Med, desde ese punto de vista de cooperativa de científicos que controla y marca los pasos”.
¿Qué es un nanohidrogel inteligente?
“Te imaginas una gota de gel y dentro de la gota, una red de naranjas. Nosotros lo cargamos de moléculas o sustancias. Cuando decimos que es inteligente es porque esa red de naranjas está creada para que haga estímulo frente a cambios de temperatura o cambios de pH o por erosión. Entonces esa malla se abre y permite liberar lo que tiene dentro”, apuntaba Muñoz en marzo en una entrevista con DNA. “Ahora estamos trabajando con sensores, ese sensor emite una señal que un monitor interpreta y emite otra señal a ese mismo sensor que está en tu cuerpo que hace que ese gel que está al lado libere la dosis indicada: imagínate que te han operado de un juanete. Si te dejan un biosensor y un hidrogel dentro del dedo, el monitor va a saber cómo está tu temperatura, tu pH. Entonces, va a interpretar que necesitas más antiinflamatorio o menos y no tienes que estar tomando la dosificación tradicional por vía oral”.
Muñoz ha definido este Instituto, “salvando todas las distancias, como un MIT en pequeñito”. Pero i+Med no se detiene ahí y ya proyecta una ampliación con la que dará vida a lo que ha denominado el Bosque de la Ciencia, una ampliación de estas instalaciones prevista junto a la actual sede con el horizonte de 2030.
“Estamos en negociación con las diferentes instituciones para poder empezar lo antes posible la creación de nuevas instalaciones y esperemos que esas nuevas instalaciones estén aquí, en el Parque Tecnológico”, apunta el director ejecutivo de i+Med.
Un sector “estratégico”
En este sentido, anuncios como los incentivos fiscales avanzados recientemente por la Diputación alavesa para el sector de las biociencias son buenas noticias para i+Med, que reivindica el carácter estratégico de la industria farmacéutica.
“Con el covid nos dimos cuenta de realmente la necesidad de tener una industria farmacéutica fuerte, ya no sólo por la no dependencia sino porque no teníamos de nada”, recuerda Muñoz.
“Dentro de Euskadi hay algunas empresas más importantes, otras más pequeñitas, pero es un sector que todavía no termina de despegar como han podido despegar otros. Yo creo que la visión como país tendría que apostar muy en serio por el sector farma como un sector estratégico. Muchas veces todo no se puede medir por el volumen de exportaciones o volumen de impuestos que dejas en las arcas forales, también está la parte estratégica como país, hacia donde quieres ir o qué quieres tener bajo tu paraguas”.