El de hoy era un día marcado en rojo en el calendario de Vidrala, con la inauguración del nuevo horno de Aiala Vidrio. Pero el apagón masivo sufrido el lunes inevitablemente ha planeado sobre el acto, después de que los hornos del fabricante de envases de vidrio con sede en Laudio –que trabajan las 24 horas– estuvieran parados por la falta de suministro eléctrico durante horas. Hasta el punto de que Vidrala ha anunciado que reclamará por los daños causados por el parón.

El presidente de la compañía, Carlos Delclaux, no ha ahorrado gravedad al explicar el incidente. “Fue muy grave”, aseguró, al “poner en riesgo en primer lugar a personas”, al trabajar los hornos a 1.500 grados de temperatura, al tiempo que se dañaron instalaciones

No hubo que lamentar daños personales, pero sí hubo que parar la producción y algunas instalaciones quedaron dañadas por “semejante tiempo de parada eléctrica, que no se habían visto en los 60 años de Vidrala”. Los planes de emergencia de la empresa son “para problemas temporales, “no para 14 horas de apagón”, por lo que Declaux ha exigido medidas “para que esto no se vuelva a producir”.

“Nunca nos habíamos sometido a una situación de tanta criticidad”, ha subrayado en la misma línea, el CEO de la firma, Raúl Gómez, que ha destacado las “pérdidas millonarias” que este suceso supondrá para la compañía. Vidrala tiene cinco plantas en la Península, tres en el Estado y dos en Portugal.

Una infraestructura clave

Pese al sobresalto del lunes, Aiala Vidrio, el germen del grupo, ha inaugurado su nuevo horno, en un acto que ha contado con la asistencia del lehendakari, Imanol Pradales. Para Vidrala esta infraestructura es clave en su estrategia industrial, con una inversión que, explica la compañía, refuerza el compromiso del grupo con su planta de Llodio “y con el desarrollo económico del territorio”

“Hoy, desde nuestro centro de decisión en Llodio lideramos un grupo que produce más de 9.000 millones envases de vidrio al año, referente en la industria vidriera mundial, líder en la península Ibérica, con un fuerte carácter exportador a Francia y a Alemania, líder en el Reino Unido e Irlanda, y actor de relevancia en Sudamérica a través de nuestra entrada en Brasil”, ha destacado Delclaux.

Este nuevo horno, dotado de tecnología de última generación, permitirá mejorar la eficiencia energética del proceso, reducir las emisiones y aumentar la capacidad de producción, garantizando la competitividad de la planta a largo plazo

Inversión de 75 millones de euros

Esta inversión se enmarca en un plan más amplio que Vidrala ya anticipó para abordar fuertes inversiones para mejorar sus instalaciones, de hasta 180 millones de euros, de los que más de 75 se orientan hacía la planta laudioarra, destinados a modernizar el horno, el área de materias primas, así como para instalar una nueva planta de generación fotovoltaica.

“A pesar del difícil e incierto contexto en el que se encuentra la industria vasca, exacerbado a raíz de la prolongada disrupción eléctrica del lunes, desde Vidrala hemos decidido reactivar unas inversiones en la planta de Llodio que superan los 75 millones de euros”, ha explicado Raúl Gómez.

El CEO de la compañía ha advertido, no obstante, que “el éxito de esta apuesta necesita de dos factores clave: un buen clima social y el acompañamiento de las instituciones”. “Solo juntos garantizaremos un futuro para Vidrala en Llodio”, ha insistido, precisamente cuando la planta laudioarra se enfrenta este año a la negociación para renovar su convenio.

Mantener el arraigo

Por su parte, el lehendakari ha elogiado al fabricante alavés de envases de vidrio, que ya acumula una trayectoria de seis décadas, por su capacidad de anticipación y su “valentía para crecer y pensar en grande, manteniendo los valores de una empresa familiar y el arraigo y el control de las decisiones aquí, en Laudio”.

Al tiempo, Pradales ha aplaudido la “cultura de largo plazo” de Vidrala, que supone reinvertir, “potenciando la actividad y el empleo en Laudio”, así como el impulso de la empresa a la sostenibilidad y la circularidad.