Álava continúa siendo el territorio que presenta una mayor superficie forestal (pastizal, matorral, roquedos) y agraria (cultivos y padros de siega) de toda Euskadi; 188.328 y 98.902 hectáreas, respectivamente, mientras que en Bizkaia, las cifras son 157.560 ha y 41.081 y, en Gipuzkoa, 143.242 y 39.527.
Son datos que se desprenden del último mapa forestal de la CAV, con datos referidos al 2024, elaborado por HAZI Fundazioa, donde queda registrado que la extensión de bosques de frondosas, donde predominan las angiospermas, supera a la de coníferas. De hecho, Álava quien tiene una mayor reserva de frondosas, un total de 104.107 hectáreas frente a las 62.455 de Bizkaia y las otras 61.993 de Gipuzkoa.
En ese terreno de frondosas, el haya es el árbol que, con 55.475 ha y un 14% de la superficie forestal arbolada, ocupa una mayor extensión en la Comunidad Autónoma, centrada en Álava (60%) y Gipuzkoa (32%). Según explican los expertos en el citado informe, ocupa terrenos de montaña, preferiblemente en umbría y con altos grados de humedad atmosférica. Tres cuartas partes de la superficie de haya se encuentra en montes públicos.
Sobre el pino silvestre
Como problemática a destacar, subrayan esa pérdida de alrededor de 40.000 hectáreas de pino radiata, “parte transformada en plantaciones de eucalipto” y otra “en bosque mixto atlántico u otras plantaciones forestales”
Después del pino radiata, que ocupa a día de hoy una superficie de 97.086 hectáreas –un 29% menos que hace veinte años– el pino silvestre, también conocido como albar, es la conífera de mayor extensión en el territorio vasco (17.471 ha, unas 14.000 de ellas en forma de masas naturales). Sin embargo, su distribución es radicalmente distinta a la del pino radiata, ya que es una especie de la vertiente mediterránea –que reúne el 90% de su extensión– y ubicada en montes públicos (un 80% de su amplitud).
Asimismo, su resistencia al frío y a la continentalidad, su capacidad de colonización y su interés económico han supuesto la expansión de esta especie en zonas montañosas del oeste de Álava, formando una prolongación de los extensos pinares del Sistema Ibérico y llegando a penetrar por el valle del Nervión y del Cadagua en Bizkaia, constituyendo una singularidad botánica. Estos pinares espontáneos, restos de una distribución más extensa en épocas de clima frío, se han extendido en los dominios del hayedo y del quejigal, mezclándose con estas frondosas.
Por otro lado, como problemática a destacar, subrayan esa pérdida de alrededor de 40.000 hectáreas de pino radiata, “parte transformada en plantaciones de eucalipto” y otra “en bosque mixto atlántico u otras plantaciones forestales”. Asimismo, expone que desde 2005, “se aprecia un prolongado descenso” en la superficie total de los pinares y la tendencia a una menor superficie de pinares jóvenes (repoblado-monte bravo-latizal), lo que aseguran que denota “un aumento de la edad media” de los pinares así como como “un escaso nivel de renovación” de su conjunto.
La encina, en terreno alavés
La encina es la especie forestal más representativa del monte mediterráneo, ocupando un total de 26.784 ha. Tras la roturación de sus mejores suelos, en la actualidad los encinares suelen ir vinculados a afloramientos de rocas calcáreas duras, sobre las que se desarrollan suelos someros, de poca capacidad de retención hídrica. Si bien, los encinares se sitúan preferentemente en Álava (73% de su extensión), existen masas de importante extensión en la vertiente cantábrica, coincidiendo en ambos casos con las principales sierras calizas: Arkamo, Badaia y Urkiola.
Otras especies mayoritarias en Álava
El quejigo también es otra especie que predomina en Álava, aunque advierten los expertos que su extensión se ha visto menguada por la implantación de pastizales y cultivos, ocupando ahora 26.878 ha. De igual forma, destacar que el rebollo o roble tocorno también crece mayoritariamente en Álava.
Deforestación importada
- Reglamento Europeo. El pasado jueves, Andrés Illana y Nacho Escartín, de Ekologistak Martxan, mantuvieron una reunión en Vitoria con el viceconsejero de Alimentación y Desarrollo Rural del Gobierno Vasco, Raúl Pérez, para abordar la implementación del Reglamento Europeo contra la Deforestación (EUDR) de obligatorio cumplimiento para este invierno y que busca garantizar que las importaciones de materias primas como la soja, el aceite de palma, el café, el cacao, el caucho, la madera y el ganado bovino no procedan de terrenos deforestados. En este sentido, los ecologistas defendieron la importancia de dotar a las comunidades autónomas de los recursos humanos, técnicos y económicos necesarios para aplicar eficazmente el EUDR. además de insistir en que detener la deforestación importada “es clave” para combatir el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad.