“Estas familias son de una madera especial”
Alaveses con vida estable y jubilados abren su hogar a menores a los que sus aitas y amas no pueden cuidar
Aunque desde los 18 años ya se puede acoger a un menor en situación en desprotección infantil en Álava, rara vez ocurre porque para ello, se tiene que demostrar, entre otras cosas, tener una vida estable. Y eso difícilmente pasa a esa joven edad, en las que todavía se sigue estudiando o saliendo de fiesta. “La mayoría tienen a partir de 30 años, cuando están más estables y algo que ofrecer”, aclara Rosalén Sánchez Arriola, jefa de la Unidad de Acogimiento Familiar del Instituto Foral de Bienestar Social.
Sin embargo, no hay edad máxima para abrir las puertas de un hogar: “Hay abuelos con 70 años que han acogido a sus nietos y no solo uno. De ajena, solemos tenemos un perfil de persona jubilada o prejubilada, que se ofrecen para acogimientos de urgencia, cuando tienen tiempo y ganas y si físicamente están bien”, detalla.
A las personas que acogen, se les dice que deben de apoyar a los menores para que mantengan relación con su familia biológica
A por los más txikis
La tendencia es querer acoger a los más pequeños “porque se entiende que son los más vulnerables y las familias se sienten con más herramientas. Muchas tienen ya hijos y por eso quieren uno de esas edades”.
Pero también siempre hay algún valiente que no quiere acoger uno tan txiki, “porque suelen decir que ya crió a los suyos”, y que directamente quieren uno más autónomo. “Por eso, hemos tenido acogimiento de chavales de 12 años. Y si la valoración dice que sí, adelante”, detalla Sánchez Arriola.
Álava informa sobre las opciones para acercarse al acogimiento familiar
En cualquier caso, todos los que se ofrezcan a acoger, ya sean parientes o no, es obligatorio pasar por una valoración, para saber si cumplen con los requisitos, y también por una formación, que consiste en un taller de 12 horas de duración.
Cada mes, la Diputación hace una charla para dar a conocer qué es la acogida. La próxima será el 10 de marzo, a las 17.30 horas
“Por una parte, sirve para sensibilizar sobre en qué consiste esta medida de protección y para saber si te ves en esto o no y si es el momento adecuado. La mayoría, en cuanto acaba el curso, se ofrece. Y con todas estas familias acogedoras que tenemos estamos muy contentas, porque son de una madera especial, por su colaboración y entrega. Es una aventura interesante meterse en esto y es de agradecer”.
Se buscan familias de acogida en Álava
Familia de origen
A todas ellas se les hace especial hincapié en que hay que mantener la relación con la familia de origen, con un régimen de visitas.
“La familia acogedora lo debe respetar y apoyar. Es complicado porque las personas que te han hecho daño, son importantes para tu vida. La acogedora debe de entender que hay venas, vínculos que se han establecido, y que no se pueden cortar, porque sangran”, subraya.
Y cuando el menor vuelve con su familia biológica, también puede mantener contacto con su acogedora. “Tenemos familias biológicas que entienden que el acogimiento ha sido importante para sus hijos. No deja de ser una familia que ayuda a otra. A veces basta con dos frases para ayudarles: ‘Hijo mío, ya sé que te vas a ir, pórtate bien, ¿eh?’. Con eso, los niños, ya pueden integrar a las dos familias”.
Cada mes, la Diputación hace una charla para dar a conocer qué es ser una familia acogedora. La próxima será el 10 de marzo, a las 17.30 horas, en las oficinas del programa de apoyo al acogimiento familiar de Álava (PAAFA), en la calle Olaguibel 20, 1º oficina 1.
Cualquier persona que quiera acoger puede pedirlo en cualquier momento del año en el teléfono 945 77 30 52 o por email: acogimiento@araba.eus.
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