El último examen a Médico Interno Residente (MIR), que se celebró el pasado 25 de enero, ha elevado al vitoriano Javier Monte Santillana hasta la posición 64 de entre la friolera de 13.711 aspirantes que se presentaron a esta convocatoria en el conjunto del Estado. 

Un excelente resultado, solo superado por tres futuros facultativos más graduados en la UPV/EHU, que ha puesto de relieve el brillante porvenir que le aguarda a este joven, formado además en la unidad docente del Hospital Universitario Araba (HUA).

Desde Tailandia

Asimilando todavía lo que ha logrado, y aunque a miles de kilómetros de distancia de casa, Javier se ha animado a compartir su historia, sus sensaciones y sus ilusiones con NOTICIAS DE ÁLAVA.  

Javier, nacido el 10 de octubre del año 2000 en Gasteiz, ha recibido la feliz noticia en Bangkok, la capital de Tailandia, donde se encuentra estos días celebrando el final de la “intensa” y a la vez “gratificante” etapa que para él han supuesto completar la carrera de Medicina y superar el exigente examen MIR, que realizó hace poco más de dos semanas en Leioa.

Fue allí donde, tras completar la educación obligatoria y el Bachillerato en el colegio Corazonistas, precisamente se fue a estudiar el grado, animado tanto por la “cercanía” de la facultad como por sus “buenas referencias”.

La noticia ha sorprendido a Javier en Bangkok, donde está celebrando el final de una etapa “intensa” a la vez que “gratificante”

El joven realizó los tres primeros años de carrera en el campus vizcaíno, yendo y volviendo a diario en autobús. Y los tres últimos, “por fin”, en Vitoria, donde Javier ha crecido junto a su madre y su padre, Mari Nieves y Javi, y su hermano pequeño, David, “siempre con abuelos, tíos, primos y amigos cerca”. Y donde, al menos por ahora, sigue residiendo.  

La “curiosidad” y las “ganas de aprender” han supuesto para este facultativo en proyecto “una parte muy importante” de su recorrido vital. Javier no siempre quiso ser médico ni la vocación le vino de familia, pero desde pequeño le gustaron tanto los animales como la naturaleza y eso le llevó a decantarse por la rama biosanitaria.

“Pasé por diferentes etapas, desde querer ser arqueólogo o biólogo a querer ser veterinario”, rememora hoy. Pero no fue “hasta bien entrado Bachillerato” cuando el joven se decantó por esa profesión que finalmente supondrá “una parte tan importante” del resto de su vida.

“Catalizador”

Si el colegio fue para Javier un “catalizador” para que esa innata curiosidad aflorara, la etapa universitaria “terminó de explotarla por completo”.

“Aunque suene raro decirlo, llegué a disfrutar de la mayoría de las clases y de tener la oportunidad de escuchar a gente hablando sobre un tema que le apasiona”, subraya.

Gente a la que también debe “mucho” este joven, que en su tiempo libre acostumbra a explorar “madrigueras tan diversas como la IA, las finanzas personales, la filosofía o los hábitos saludables”.

Superada la carrera, Javier ha tenido que afrontar una preparación del MIR que ha supuesto para él “una época muy difícil y extremadamente desafiante”, en la que “la gestión física y mental es crucial”. 

“Por mucho que haya soñado con sacar una buena nota, es difícil asimilar lo que ese número significa”

Javier Monte Santillana - Número 64 en el examen MIR

Así que, al margen de las “incontables horas de estudio diario” que ha invertido para conseguir su resultado, no ha dejado de lado las aficiones que habitualmente le mantienen “cuerdo”, tales como el deporte, la lectura, las relaciones sociales o “esos pequeños chapuzones” en las madrigueras ya mencionadas.

Tras el titánico esfuerzo, el desenlace final ha sido incluso mejor del esperado. “Por mucho que durante todos estos meses haya soñado con sacar una buena nota en el examen y me haya puesto miles de veces en los escenarios de todos los resultados posibles, es difícil asimilar lo que ese número significa”, reconoce el joven en un alarde de sinceridad. 

Javier no puede obviar lo que para él ha supuesto “formar parte de una familia y un entorno” donde se ha sentido siempre “querido” y apoyado “en todo momento”, la “base fundamental” de toda esta historia. 

El futuro

¿Y ahora qué? El joven ve en este momento “muchas puertas abiertas” por delante tras haber logrado prácticamente bordar el examen MIR, algo por lo que se siente tanto “agradecido” como “muy afortunado”.

Y todo ello pese a que, “lamentablemente, hay muchos amigos y compañeros que se han esforzado mucho y no han conseguido ese puesto que tanto deseaban”.

“Pero solo puedo cruzar una de esas puertas y en dos meses tendré que decidir cuál”, asume Javier, quien reconoce que se trata de una decisión “realmente difícil”, un gran “desafío” ante el que siente también “vértigo”.

El joven afronta ahora unas semanas de “reflexión vital”, aunque Cardiología es una de las especialidades que más le seducen

“Después de esta escapada por Tailandia me esperan unas semanas de análisis de opciones y reflexión vital”, apunta el joven. Con todo, Javier ya avanza que la Cardiología es una de las especialidades que más le llaman, “por lo completa que es y el reto intelectual que supone”. 

En este punto, la pregunta es obligada. ¿Dónde hará la especialidad? “Del lugar, realmente no tengo ni idea de dónde estaré en unos meses. Lo único que sé es que Vitoria, la unidad docente de la UPV y el HUA me han dado todo lo que necesito para llegar hasta donde estoy, y que muchas de las personas tan maravillosas que conozco y que me han acompañado están ahí”, resume.

Tiempo habrá para resolver estas y otras incógnitas. Por ahora, toca seguir disfrutando.