Celedón ha festejado este domingo con sus vecinos y vecinas de Zalduondo su marcha a la capital alavesa para ser el protagonista indiscutible de sus fiestas. Para ello, en la pequeña aldea que le vio nacer, en plena Llanada oriental, preparó un amplio programa de actividades donde el milagro de la conversión del agua de la fuente en vino será el principal reclamo para locales y visitantes.
Las fiestas de La Blanca están a la vuelta de la esquina y Celedón volverá un año más a descender desde la torre de San Miguel, no sin antes despedirse de sus vecinos de Zalduondo con una fiesta en la que llenó su bota con el vino que manará durante unas horas de la fuente de la localidad.
En 1971, un grupo de vecinos de Zalduondo impulsaron la colocación de una fuente en honor del ilustre vecino que en vez de agua vertiese vino
El domingo los actos comenzaron a las 12.00 horas con la obra de teatro de calle Laborategi zoroa de Segunsurja Konpaina en el frontón. Ya por la tarde hse celebró un partido de pelota entre pelotaris de Zalduondo. Media hora más tarde tuvo lugar el V premio de pelota Master de mujeres pelotaris.
El Ayuntamiento, la Fundación Vital y la Federación de Pelota Vasca de Araba quieren visibilizar el deporte femenino.
La localidad de la Llanada también contó con hinchables para los más txikis. Además, cinco minutos antes de que la fuente comenzase a dar vino se bailó el agurra a Celedón por parte de los dantzaris y txistularis locales.
Plato fuerte, a partir de las 20.00 horas
Ya a las 20.00 horas, y tras el lanzamiento del cohete, la fuente erigida en honor a Celedón repitió el milagro y al abrir su grifo manó vino de Rioja Alavesa para repartir entre vecinos y visitantes.
Es costumbre entre los vecinos de Zalduondo ese día merendar, en cuadrilla o en familia, en torno al parque de Torrelarre, donde se encuentra la fuente; también se repartieron txoripanes de forma gratuita. Dj Etxekoi fue el encargado de amenizar la merienda.
En 1971, un grupo de vecinos de Zalduondo impulsaron la colocación de una fuente en honor del ilustre vecino que en vez de agua vertiese vino, dando así su particular “despedida” a Celedón antes de partir hacia Gasteiz a dar inicio a las fiestas.