El museo etnográfico de Artziniega volverá a cobrar vida al mediodía de este sábado, 2 de diciembre, para celebrar una actividad tradicional: su txarriboda, término euskérico con el que se denomina al ritual del sacrificio del cerdo que, hasta hace pocas décadas, se llevaba a cabo en la mayoría de los baserris de Euskadi para hacer acopio de alimento con el que pasar el invierno. Y es que hablamos de una época en la que no existían las neveras, sólo arcones y fresqueras, por lo que el ser humano recurría a conservar la carne en salazón o manteca y a curarla en forma de jamones, bacón o chorizos; “aunque también había piezas como el solomillo que se comían en fresco, pero dependía de las necesidades de cada familia el conservar más partes o no en sal hasta el momento del consumo”, apuntan desde la asociación etnográfica local Artea, organizadores del evento.

Con todo, la demostración, hoy día etnográfica, no englobará el sacrificio del animal ni el chamuscado de su piel, pero sí un detallado despiece explicando las diferentes partes del cuerpo del cerdo, del que no se desaprovecha absolutamente nada. Y es que, antiguamente, tras el sangrado del animal se procedía a quemarle el pelo prendiendo una cama de helechos, y luego le dejaban colgado toda la noche para que se enfriara la carne, antes de proceder al despiece. Pero en Artziniega Museoa, a raíz de la normativa sanitaria que prohíbe la matanza casera, lo llevan ya muerto, aunque sí efectúan el chamuscado la jornada previa y lo cuelgan a la antigua usanza.

Lo que sí se mantendrá durante el desarrollo de este acto, en el lagar del propio museo, es el reparto de bizcochos y vino dulce entre los asistentes, “tal y como hacía antes con los vecinos que acudían a ayudar, cada familia que iba a efectuar la matanza”, subrayan. Después, se pasará a la cocina de baserri aledaña a prender la leña en el hogar, de cara a ahumar las morcillas y chorizos que irán elaborando, varios grupos de mujeres, al más puro estilo local. También se preparará txitxiki que se ofrecerá a los visitantes, junto a otras viandas asadas.

Música y vídeos

La actividad se complementará con música de trikitixas en directo y la proyección de vídeos relacionados con la matanza del cerdo. Este acto de asistencia gratuita, que se viene repitiendo por estas fechas desde hace más de veinte años, es seguido cada vez por un mayor número de visitantes, de todas las edades, atraídos por el olor de las tradiciones. De hecho, los asistentes a la txarriboda pueden aprovechar el viaje para conocer los 2.000 metros cuadrados expositivos repartidos en las 17 salas de este centro de exposiciones, surgido del tesón de todo un pueblo por conservar la sabiduría de las pasadas generaciones, y que cada año registra una entrada de 13.000 visitantes. Además, cuenta con un edificio anexo para exposiciones temporales. Aunque éste también alberga cuatro áreas fijas en torno a zapatería, seres mitológicos, un viejo taller de vehículos y otro de cine animado. Para más información se puede llamar al teléfono 945 39 62 10, en horario de 11.00 a 14.00 horas, ya que es aconsejable reservar.

Pintxos de morcilla

Donde no hará falta reserva previa es en los bares Batzoki, La Encina, La Villa, Ostargi, Pirineum y Piscinas, que están tomando parte en el primer certamen de pintxos de morcilla que ha organizado el Ayuntamiento de Artziniega, para dar un nuevo revulsivo a su sector hostelero, haciendo gala de su embutido estrella. Y es que si hay un producto por el que se conoce a Artziniega esas son las morcillas que se elaboran en la villa gracias a la existencia, desde 1940, de la empresa Embutidos Arceniega.

De hecho, la representación de la txarriboda en el museo etnográfico local coincidirá con la última jornada del citado concurso, por lo que los seis bares participantes ofrecerán a la clientela sus creaciones, de 11.30 a 14.00 horas, y a un precio máximo de 2 euros sin consumición. Los tres mejores se decidirán mediante vaticinio popular, a través de las cartillas que se entregan en los locales participantes. En cada una hay que puntuar el sabor y la presentación con una puntuación del 1 al 5 y, una vez rellenada y sellada por cada establecimiento, se podrá depositar en la urna de cualquiera de los mismos bares. Los votantes entrarán en el sorteo de tres bonos de 50 euros cada uno para consumir en los tres locales ganadores.