Siguiendo el criterio de la alternancia en la presidencia de las dos instituciones que configuran el Rioja, Fernando Ezquerro, vocal de la rama productora en representación de Fecoar-Federación de Cooperativas de La Rioja, sustituyó a Fernando Salamero, representante del Grupo Rioja, que fue presidente en la fase de la rama comercializadora.

¿Cuál es el balance que hace usted de la evolución de la DOC Rioja?

Hago un balance muy positivo de la evolución, tanto de la Denominación como del órgano a la que representa. Rioja ha sabido adaptarse a los tiempos, sin perder su identidad, y esto ha sido gracias sin duda a dos factores, principalmente: la fortaleza de su marca y del sector que tiene detrás, que es quien la hace grande día a día, y, en segundo lugar, al carácter tan dinámico y la gran diversidad que encierra, que es clave precisamente para esa adaptabilidad y flexibilidad.

¿Ha ido acompasada esa evolución a la adaptación de este negocio a las nuevas tendencias de consumo?

Con respecto a las tendencias, Rioja ha ido leyendo y arropándolas –por ejemplo, se ha hecho eco de las inquietudes por la sostenibilidad por parte de los consumidores, también de su gusto por disfrutar del terroir, con el distintivo de viñedo singular–, pero sin caer en modas pasajeras, manteniendo su esencia; y esto no sería posible sin la misma flexibilidad y dinamismo por parte del propio sector, representado en el Consejo Regulador de la Denominación.

¿Qué beneficios tiene la alternancia en la dirección de la institución entre productores y elaboradores?

El beneficio principal es la representatividad: ambas figuras, productores y comercializadores, forman parte del proceso necesario para que las botellas de Rioja sean una realidad, por tanto, es más que oportuno que la figura del presidente del Consejo Regulador de la Denominación pueda ser encarnada tanto por unos, como por otros, buscando que todos los que hacen posible Rioja se puedan ver representados. En cualquier caso, de un tiempo a esta parte, se decidió también en la mesa que el presidente tuviera un cargo más representativo que ejecutor, de tal modo que sigue siendo el conjunto del sector, representado en esa mesa de Plenos, quien toma las decisiones, pero queda aún más patente, haciendo que la función del presidente del Consejo sea la representación legal e institucional.

Ha llegado en un momento convulso, tras el ‘brexit’ y los aranceles, así como la pandemia. Con esta última y la guerra se ha generado una importante crisis económica. ¿Cómo está afectando al Rioja?

Aunque 2021 comenzó con un trimestre complicado, logramos acabar el ejercicio con unas cifras similares a las de 2019. En concreto, en la DOC Rioja 2021 finalizó con 254 millones de litros vendidos, lo que equivale a unos 350 millones de botellas y a un incremento del 8,34% frente a 2020.

Al final, un resultado positivo…

Estas cifras nos sitúan prácticamente al mismo nivel que antes de la pandemia y, dado el contexto convulso que vivimos, estamos satisfechos con la evolución. Si bien no somos ajenos a la situación actual, la capacidad del sector vinícola español para hacer frente a las complicaciones coyunturales quedó más que patente durante la pandemia. Esto es, sin duda, una clara muestra de que la industria vitivinícola es un sector consolidado que, además, se posiciona como clave en la recuperación económica del país.

Tras el interés por la diferenciación estuvo la salida de Artadi y posteriormente otros procesos, como la propuesta de Viñedos de Álava y Viñedos del País Vasco. ¿Cómo contempla esos intentos por buscar un espacio propio?

Como siempre hemos trasladado desde el Consejo, pertenecer a la Denominación de Origen Rioja es voluntario, y el Consejo Regulador de Rioja nunca impedirá ninguna iniciativa empresarial, siempre y cuando ésta respete a la Denominación a la que representa, no se aproveche de forma ilícita de su fondo de comercio y no vaya contra la legalidad. Los casos expuestos son diferentes entre sí: no es lo mismo salir de la Denominación, que una iniciativa privada que busca crear una Denominación dentro de un territorio que ya comprende una Denominación de Origen.

¿Qué problemas hay para poder evolucionar hacia una denominación dentro de denominaciones, como es el caso del Burdeos?

¿Por qué hay que llevar a cabo esa supuesta evolución? El Consejo Regulador materializa la representación de todo el sector y esta idea no ha surgido, no se ha puesto esta necesidad sobre la mesa. En esta línea, los diferentes regímenes, historia y características de las regiones hacen que los modelos no sean, realmente, extrapolables. Otra cuestión distinta es la mejora continua que siempre hemos perseguido y que Rioja ya practica y que se hayan adoptado decisiones que satisfacen de modo objetivo las metas que se insinúan y persiguen; si se pretenden otra, es cuando a la hora de valorar puede que las decisiones se queden cortas.

Tanto desde ABRA como desde el Gobierno Vasco que señala que no se han cumplido los compromisos de diferenciación a los que se llegó en su momento (hace cinco años). ¿Cuáles son esos compromisos?

Hasta la fecha, no hay decisiones ni compromisos incumplidos.

¿En qué afecta a Rioja la salida de unas bodegas para crear una denominación protegida? ¿No era suficiente con las nuevas indicaciones: zona, viñedos singulares…?

La salida de bodegas se puede producir en cualquier momento porque la pertenencia al Consejo Regulador es voluntaria, ahora bien, la creación de una DOP nueva debe cumplir la legalidad. Lo que no es admisible es conculcar la legalidad para, como resultado, generar confusión y menoscabar el fondo de comercio de la DOC Rioja y dañar también a los bodegueros y viticultores, principalmente, los que se encuentran en Rioja Alavesa.

Desde el punto de vista jurídico, ¿considera que el proyecto de Viñedos de Álava no se ajusta a la legalidad? ¿En qué aspectos?

Consideramos que no se ajusta a la legalidad y que, por ello, ya el pasado año recurrimos la decisión favorable del Gobierno Vasco a la solicitud de protección e inscripción de Viñedos de Álava en el registro comunitario. Estamos a la espera de Sentencia. Entendemos que no cumple porque no hay diferenciación, porque se pretende ofrecer al consumidor el mismo vino bajo dos DOP distintas. Se trata exactamente de la misma zona geográfica, de las mismas variedades de vid, con prácticamente idénticos rendimientos, prácticas de cultivo y enológicas. Entendemos, en definitiva, que un mismo vínculo y pliego de condiciones no pueden dar lugar a dos denominaciones de 0rigen diferentes.