La trufa negra alavesa sigue manteniendo muy buena salud, manteniendo superficies y cultivadores en cerca de una veintena de localidades del territorio histórico. Según un informe elaborado por parte del Departamento foral de Agricultura, el número de productores dedicados a este hongo se mantiene muy estable desde el año 2015, cuando se contabilizaban 44, uno menos que en la actualidad, aunque hubo algunos años donde trabajaban hasta 46.

En cuanto a las localidades donde se registra esta actividad se tiene constancia de Amurrio, Bernedo, Campezo, lruña de Oca, Lagrán, Lanciego, Lantarón, Arraia-Maeztu, Oion, Peñacerrada, Ribera Alta, Ribera Baja, Añana, Urkabustaiz, Valdegovía, Valle de Arana, Vitoria, Yécora y Zambrana, siendo Campezo la zona que destina mayor superficie, con 17 cultivadores y 56,99 hectáreas y Lagrán la que menos, con un productor y 0,06 has en este año 2022. En cualquier caso, excepto en Campezo, los productores y cultivadores representan cifras casi testimoniales.

De acuerdo con la evolución de este cultivo, la trufa negra es un producto de temporada con características organolépticas y gastronómicas que contribuyen a que cada vez sea más conocido y demandado por el consumidor. Esto hace que, temporada tras temporada surjan nuevos demandantes de trufa tanto por parte de la restauración como del comercio y del consumidor final.

Futuro condicionado

En cuanto a su futuro, la producción de trufa negra en el territorio depende, entre otras variables, de las condiciones climáticas y la disponibilidad de agua de riego. El volumen de producción no es estable y está sujeto a fluctuaciones constantes en cantidad y calidad de producto. Sin embargo, el mercado de la trufa negra a nivel mundial está en continua expansión y la producción no alcanza a cubrir la cantidad demandada por el mercado. De hecho, la trufa negra alavesa se comercializa en su totalidad.

En cuanto a la relación de la Diputación con la cooperativa, la institución foral promueve las plantaciones de trufa entre los cultivadores interesados, siendo la función principal de la cooperativa La trufa de Álava-Arabako Boilurra la promoción y comercialización del producto de sus socios, competencia del Gobierno Vasco. Respecto a la protección del hongo como producto de calidad, se confirma que ni la fundación Hazi ni la cooperativa han informado sobre la posible incorporación de la trufa negra de Álava a la marca Eusko Label.

Una alternativa

La truficultura es una alternativa de cultivo para las explotaciones agrarias de Álava. Este cultivo permanente, cuyo soporte arbóreo utilizado son especies forestales autóctonas adaptadas al medio, contribuye medioambiental, social y económicamente en las comarcas donde se desarrollan. Su encaje en la diversidad de cultivos amortigua los efectos del cambio climático, posibilita la diversidad paisajística; las especies forestales utilizadas (Quercus) son masas arbóreas captadoras de importantes cantidades de C02, y en la comarca de Montaña Alavesa se ha instalado un centro de recepción, clasificación y comercialización, donde se gestiona la trufa negra, generando puestos de trabajo.

Como es de esperar, desde el Departamento foral de Agricultura, en el marco de las ayudas destinadas a inversiones en explotaciones agrarias, en la línea “plantaciones regulares” se incluyen el establecimiento de la plantación, adquisición de plantones, estructuras de soporte sistemas de protección de la plantación de árboles frutales y truferas.