- Es la primera jefa del departamento de Seguridad Ciudadana.
-No sé si debería ser noticia, pero es un orgullo. Precisamente hace unos meses celebrábamos la incorporación de las ocho primeras mujeres a la plantilla de la Policía Local en 1981 y hoy ya representan el 22-23%, alrededor de 80 agentes, que están aportando al cuerpo un importante valor añadido, muy enriquecedor; al final, nos movemos en una ciudad en la que, aproximadamente la mitad de la población es femenina, qué menos que aspirar a que la Policía Local sea un reflejo de esa sociedad.
Ha roto moldes en un cuerpo tradicionalmente masculino.
-Tanto las primeras mujeres como las que se han ido incorporando después tienen una importante labor, muchas veces, ni ellas son conscientes, que es servir de modelo para otras niñas y chicas que están creciendo en Vitoria y que ya ven normal que haya mujeres policías por la calle y que, además, van promocionando dentro del cuerpo.
Y efectivos policiales, hombres y mujeres, ¿tiene suficientes?
-Gracias a la adhesión a las promociones unificadas de Arkaute, cada año vamos rellenando vacantes; después del verano se van a incorporar 25 agentes más; tenemos una plantilla nada desdeñable.
¿Y porcentaje de casos resueltos?
-No dispongo del dato concreto, sí es verdad que en un problema tan importante como el de delitos contra las mujeres, roza el cien por cien.
¿Hay bandas juveniles organizadas en Vitoria?
-La palabra banda se está utilizando de una manera un poco... Son palabras mayores; una banda organizada es una estructura jerárquica, con un potente código interno y un modus operandi muy concreto, una determinada manera de relacionarse, de vestirse... No hay bandas organizadas en Vitoria, hay cuadrillas de chavales, como en todos los lugares, que se relacionan de una manera más o menos afortunada, que tienen roces..., pero lo habitual.
¿Y bandas de ladrones?
-No se llega a hablar de bandas.
Ni de oleadas de robos.
-Si hablamos con rigor y propiedad, no se puede hablar de oleadas de robos; cierto que a quien le roban en su establecimiento ya le puedes ofrecer datos estadísticos, tendencias y lo que quieras, que va a seguir estando muy enfadado, y con razón.
Robos, peleas, algaradas... ¿qué preocupa a la Policía Local?
-Las peleas entre cuadrillas de chavales se están magnificando mucho; la Virgen Blanca es un enclave muy concurrido de Vitoria desde siempre, transitan familias, hay comercio... y también chavales que en un momento dado pueden tener un comportamiento incorrecto, pero no va más allá; no estamos excesivamente preocupados por eso.
Sí por la violencia contra la mujer.
-Ese tipo de delitos sí son un problema, no sólo en Vitoria.
Otros focos de atención policial.
-Ofrecer herramientas a la plantilla; más allá de garantizar la seguridad de la ciudadanía, claro; tener una plantilla formada, moderna y cercana, al final, lo que transmite es un buen servicio y es uno de los retos; no sólo tener agentes formados en materias policiales, que también, sino en otro tipo de problemáticas que están en la calle, que son una realidad y ante las que no podemos mirar hacia otro lado.
¿A qué se refiere?
-En Vitoria tenemos una población cada vez más envejecida, perfiles muy concretos de personas a la que hay que atender y para ello tenemos que facilitar a los agentes las herramientas necesarias para poder abordar esa realidad, qué sepan a qué pueden enfrentarse cuando alguien se desorienta y se pierde o qué se pueden encontrar cuando entran en un domicilio; todo eso mejora la atención a la ciudadanía; una de las claves es alcanzar esa Policía más próxima y cercana a la gente".
Hablando de proximidad y cercanía, ¿para cuándo la comisaría de José Urbina?
-Estará lista a principios del próximo año porque son cinco meses de obras; ese es un paso más para lograr un servicio más próximo y cercano a la ciudadanía, acercar a la población un punto de denuncia al que pueda acudir cuando lo necesite. l