- Ha esperado mucho tiempo, quizá demasiado, pero a sus 73 años ha decidido que más vale tarde que nunca. Tras décadas de silencio, Félix Lasagabaster ha presentado ante el Juzgado de Guardia de Vitoria un escrito en el que denuncia los "comportamientos lascivos" que tuvo que soportar, siendo todavía un adolescente, de un fraile que ejercía de profesor en el desaparecido colegio San José de la ciudad.
Los hechos se remontan a los años 60 del pasado siglo y el religioso señalado, de nombre David, ya ha fallecido. Tampoco queda rastro físico de este centro educativo, sobre cuyos restos se construyó años después el centro comercial Dendaraba.
No obstante, este vecino de Gasteiz, considera que es "un momento propicio" para que estos sucesos salgan por fin a la luz, ahora que se está produciendo un goteo constante de denuncias por abusos en el seno de la Iglesia católica, también en un contexto cercano en el que hasta hace bien poco apenas había constancia de casos de estas características.
En el duro relato presentado en el Palacio de Justicia, al que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, este vecino denuncia sin embargo que estos episodios eran habituales en su colegio y, además, no solo protagonizados por este fraile, aunque solo focaliza su denuncia en él. "Yo he conocido el miedo, la angustia, cuando te levantabas a la mañana para ir a clase. La violencia física era moneda corriente. La sexual era variada. Él tenía ocho o diez a los que acariciaba y se pegaba por detrás. Jadeaba el guarro sin ningún reparo. No era muy largo el episodio, porque le gustaba variar. Pero el olor de sus manos sucias, sudadas, llenas de nicotina, no te abandonaba fácil", describe en su escrito.
Lasagabaster señala en concreto a este "depredador" porque fue el único que, según precisa en su escrito, trató de sobrepasarse con él. Asegura, sin embargo, que "hay más", pero que no le corresponde denunciarlos. Al menos, tres de sus amigos habrían sufrido abusos similares, según alerta en conversación con este periódico. "Si todos los que conozco testificaran saldrían más casos, seguro. Pero a nuestra edad, muchos ya no quieren líos", apunta Lasagabaster.
En su caso concreto, el "detonante" llegó cuando tenía solo 13 años y en plena clase. El religioso, según relata a este medio, volvió a ponérsele "detrás", tocándole, hasta que en un momento dado trató de ir aún más allá que en ocasiones anteriores y Félix se revolvió y se marchó. "Me dijo que estaba suspendido y fue el primer suspenso que tenía en toda mi vida", recuerda Lasagabaster.
Aunque el denunciante reconoce en su escrito que los hechos "pueden haber prescrito" -y efectivamente lo han hecho-, esta circunstancia "no tiene ninguna importancia" para él. Y prosigue: "Mi denuncia no es a una institución religiosa. Solo a ese depredador. Hay más, pero no es mi labor... y por supuesto, no busco ningún protagonismo ni indemnización".
"Solo busco que se sepa la verdad", apostilla de nuevo a este medio. Una verdad enterrada durante años por el miedo, por el qué dirán, por las graves consecuencias que podría tener sacarla a la luz. Aquí y en tantos otros lugares. "Si todos hiciéramos lo mismo, no denunciar, no habría salido nada de los escándalos que ha habido", remacha este vecino.
A día de hoy, la Fiscalía provincial de Álava ha informado de la existencia de tres supuestos casos relacionados con abusos en el seno de la Iglesia católica en la provincia. Fuentes de la Diócesis de Gasteiz, que hasta ahora no tenía constancia de la denuncia interpuesta por Lasagabaster, desconocen si se trata de casos diocesanos o de congregaciones religiosas, dado que el Ministerio público "no ha remitido información alguna al respecto". Aparte de estos tres casos, habría uno más, desvelado en su día por El País en un extenso informe, referido al colegio Corazonistas, que ya está siendo investigado por dicha congregación.
Entretanto, la Oficina para la Recepción de Denuncias y Prevención de Abusos a Menores de la Diócesis de Gasteiz, constituida hace algo más de un año, está atendiendo a día de hoy según estos mismos medios a dos personas diferentes por casos de abusos, una de otra diócesis "pero que ha pedido ayuda y se le ha acogido" y a una segunda por otro caso ya denunciado y archivado por prescripción.
"La lacra de los abusos en el seno de la Iglesia está siendo enfrentada desde la radicalidad, tal y como ha manifestado el Obispo de Vitoria en más de una ocasión. Ayudar a las víctimas y prevenir situaciones en este aspecto es la hoja de ruta en este proceso", apuntan las mismas fuentes.
"Él tenía ocho o diez a los que acariciaba y se pegaba por detrás; jadeaba el guarro sin ningún reparo"
Extracto de la denuncia