Son muchos los conductores que, a la hora de enfrentarse a una rotonda, confiesan que sienten miedo. Un sentimiento, para la oficial de atestados de la Policía Municipal, Silvia Rodríguez Pascual, racional, "porque igual lo más complicado a la hora de conducir es cuando te enfrentas a una intersección. Conducir recto es fácil, pero cuando llegas a la intersección y tienes que decidir hacia dónde tirar... Eso es lo complicado", afirma Rodríguez.

El responsable de la autoescuela Km 0, Fernando Carracedo, coincide con esta percepción, aunque también alerta de que el miedo puede ser un factor de riesgo. Por eso, ambos aportan las claves que también da la Dirección General de Tráfico (DGT) para darlas con toda la calma posible y evitar posibles accidentes y sustos.

Lo primero que recuerda Carracedo es que el de las rotondas es un caso atípico, porque normalmente en los cruces tiene preferencia el que viene por la derecha. No así en estas intersecciones, donde hay que esperar al que viene por la izquierda porque ya está dentro de la misma, salvo que se encuentre regulada por semáforos. "En Vitoria concretamente hay una en la que te encuentras un ceda al paso, que es la que está en Salburua. A esa llegas y el que viene por la izquierda, que es el que está en la glorieta, tiene un ceda al paso en el suelo, por lo que yo tendría preferencia de entrada", señala Carracedo como excepción. Rodríguez coincide en que las rotondas son intersecciones especiales, "e igual es normal ese miedo, especialmente si son rotondas con muchos carriles, como la de América Latina".

Pero, ¿qué más dice la DGT? Este ente señala que no existen carriles establecidos en función de la salida que se vaya a tomar. "La glorieta es una vía de sentido único, generalmente con varios carriles, que tiene las salidas situadas en su carril derecho, como si se tratara de una autovía", resume. Carracedo es precisamente eso lo que enseña en su autoescuela, que "las salidas se cogen por la derecha. Sin embargo, si por alguna circunstancia hay que entrar por la izquierda o el centro se puede hacer, pero nunca se saldrá por ahí. Hay que salir por la derecha".

Una forma "no aconsejable" Rodríguez coincide con esta idea, y añade que "comúnmente antes se decía que te colocaras en el exterior y así hasta terminar la rotonda. No es la forma aconsejable. Si quieres ir a la derecha o de frente, es mejor el carril derecho, pero si quieres continuar por la izquierda o hacer un cambio de sentido, es mejor que te coloques en el interior y te vayas desplazando solo cuando vayas a salir", explica. Según ella, eso sería "lo ideal", que hubiera desplazamientos de carriles.

Lo que ocurre es que hay gente -reconoce- a la que lo que le preocupa es ese desplazamiento, porque "la causa de accidente típico en las rotondas es un incumplimiento de no respetar la preferencia de la persona que circula por el carril".

"La gente está muy mal acostumbrada, y en vez de rodear la glorieta y usar el carril adecuado, se cruza", añade además Carracedo como otro factor de riesgo en las rotondas, al tiempo que asegura que eso hace "que muchas veces te veas acojonado y tengas que frenar o pegar volantazos porque la gente no es que no esté mentalizada; es que va con prisas, nadie marca la trayectoria como hay que marcarla€".

Otro elemento en el que quiere concienciar este profesor de autoescuela es en el hecho de que si no se puede salir de la rotonda porque el vehículo está en el carril interior y hay coches circulando por el exterior, es obligatorio dar una segunda vuelta y posicionarse para salir por el carril derecho.

"La gente busca la comodidad. Lo más práctico para ellos es cruzarse. Tardas menos y vas a más velocidad... Mucha gente traza la rotonda en línea recta y prácticamente no bajan de velocidad. Me hace gracia cuando alguien me dice que toma la rotonda en tercera o en cuarta. Nosotros normalmente las tomamos en segunda, porque la velocidad es menor", asegura en ese sentido Fernando Carracedo.

Los intermitentes Finalmente, Rodríguez y Carracedo señalan como imprescindible el uso de los intermitentes en la rotonda cuando se va a salir de la misma. Según Rodríguez, son "fundamentales". A veces por normativa no hay que darlos, pero ella reconoce que ayudan. Y pone un ejemplo para ilustrarlo: "Si vienes por el carril derecho y pones el intermitente izquierdo para señalizar que vas a continuar dentro de la rotonda, avisas a los que vayan a entrar y a los que están en paralelo a ti de cuál va a ser tu movimiento". Ese intermitente recuerda que no sería necesario, pero es una herramienta para advertir al resto de vehículos de cuál va a ser tu próxima acción.

En definitiva, aconseja también saber "dónde vas a ir para colocarte bien. Legalmente, se te da la razón si vas por el carril derecho haciendo un cambio de sentido y alguien te da, pero no es lo recomendable", concluye, al tiempo que incide nuevamente en la importancia de marcar las acciones con el intermitente para evitar sustos. Al detalle

Camiones. La DGT aporta algunas informaciones extraordinarias para determinados casos concretos. Por ejemplo, recuerda que si el conductor de un camión de grandes dimensiones se ve obligado a abrirse hacia la izquierda antes de entrar a una glorieta, o invadir un segundo carril dentro de ella, deberá respetar la prioridad de los conductores que circulan por el carril que necesita ocupar e indicar, primero con el intermitente izquierdo ese desplazamiento, y después con el derecho el cambio de dirección a la derecha.

Ciclistas. Según la Dirección General de Tráfico, otro elemento a tener en cuenta es la prioridad de los ciclistas, ya que los conductores de bicicletas tienen prioridad de paso respecto a los vehículos de motor cuando, circulando en grupo, el primero haya iniciado ya el cruce o haya entrado en una glorieta. En ese sentido, asegura la DGT que hay que interpretarlo como si el conjunto del grupo de ciclistas formara "un solo vehículo imaginario", cuya parte delantera fuera el primer ciclista y la trasera el último.

Glorietas partidas. A diferencia de las glorietas, en las que el sentido de circulación es obligatorio y circular, las glorietas partidas disponen de dos tramos, generalmente opuestos, que se conectan directamente a través de una isleta central, por lo que el tráfico pasa de un lado a otro y no la rodea. Si no cuenta con señalización, rige la regla general de la prioridad por la derecha.

Intermitentes. Otro elemento imprescindible a la hora de circular por las rotondas son los intermitentes, ya que su utilización para señalizar nuestros movimientos pueden ayudar a prevenir posibles accidentes y alertar al resto de vehículos de cuál va a ser la dirección que tomaremos.