VITORIA. El Centro de Protección Animal (CPA) de Vitoria ha reducido en el último año un 25% el número de perros que se acogen en estas instalaciones municipales ubicadas en el Alto de Armentia.
En concreto, según dio ayer a conocer la edil de Salud, Livia López, a preguntas de EH Bildu en comisión para conocer el grado de ocupación en este equipamiento, hasta finales de agosto había 56 canes alojados (cifra que a día de hoy se eleva hasta los 58), frente a los 75 que había en comparación con ese mismo periodo de 2019.
Y aunque la ocupación ha descendido significativamente, López dejó claro que la cifra sigue siendo "superior a lo deseable", puesto que lo ideal es buscar un hogar estable a todos esos animales.
En cuanto a los gatos, la titular municipal de Salud detalló que a día de hoy hay 30 (20 de ellos en jaulas y 10 en la zona de esparcimiento denominada G4) en el CPA, el cual tiene una capacidad para albergar hasta 48 mininos. Si bien, con ellos "hay menos problema", a diferencia de "la ocupación extra" que suele haber con los perros y exactamente con los de las razas llamadas potencialmente peligrosas, lo cual suele "complicar las gestiones para sus adopciones".
Aparte de ello, López ensalzó la positiva evolución que ha tenido la perrera desde 1985, "cuando era un centro básicamente para acoger animales vagabundos y ahora no solo se 'almacenan', sino que se les proporcionan además de cuidados básicos, rutinas y necesidades en pro de su bienestar".
Mejoras
La concejal, asimismo, resaltó cómo la capital fue pionera en instaurar el sacrificio cero hace 15 años y anunció las medidas que está introduciendo el Ayuntamiento para mejorar la perrera. Entre ellas, se ha aumentado la disponibilidad de personal veterinario, "que ahora es de jornada completa", se ha implantado la gestión de citas, una nueva coordinación con la Policía Local para animales extraviados y una aplicación informática para la gestión de licencias.
"Esperamos que en un horizonte cercano se reforme el centro", concluyó López, quien en todo caso negó que todas estas nuevas actuaciones se hayan introducido tras la polémica por los casos de agresión sexual denunciados por parte de voluntarias de Apasos. "No hay ninguna mano negra contra Apasos. Estas mejoras tratan de normalizar el día a día para el bienestar de animales, trabajadores y voluntarios. Si tanto problema habría, el convenio con Apasos no se habría firmado", remarcó.
Críticas
Por su parte, Iratxe López de Aberasturi (EH Bildu), volvió a echar en cara al Consistorio "que aunque estuviera confirmado que desde septiembre de 2019 este Ayuntamiento tenía constancia de las agresiones sexuales, no fuera hasta mayo de 2020 cuando se hicieron públicas".
Y se quejó de los problemas de las voluntarias de Apasos, "muchas de ellas son las que denunciaron las agresiones sexuales" para acceder a ciertas partes de la instalación. "Se ha restringido la entrada del personal a la sala de curas, por motivos de seguridad y salud, pero desde luego no es por una cuestión de revanchismos y venganzas como insinúa", le respondió la edil de Salud.