- Udapa y un nutrido grupo de cooperativas y entidades alavesas se plantearon hace unos meses actuar frente al despilfarro de alimentos, todos esos productos que se descartan de la cadena agroalimentaria pese a que siguen siendo perfectamente comestibles y adecuados para el consumo humano y que, a falta de posibles usos alternativos, terminan eliminados como residuos.
Y es que, según explica la empresa alavesa, la agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre (FAO) estableció que un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo se desperdicia. Es decir, más de 1.300 millones de toneladas de alimentos. El Estado español, además, es el séptimo país de la Unión Europea que más comida desperdicia: 7,7 millones de toneladas. O lo que es lo mismo, el desperdicio medio en un hogar de entre dos y tres personas es de 1,3 kilogramos a la semana, que se traducen en 76 a lo largo del año.
Si a esto se añade que la producción de alimentos consume una gran cantidad de energía y de recursos, como son el agua o el uso de la tierra, y que genera el 17% de las emisiones directas de gases de efecto invernadero, no sólo se produce un despilfarro económico al tirar esa comida, sino que el impacto sobre el medioambiente y el agotamiento de los recursos es, asimismo, también muy evidente.
Con estos datos sobre la mesa, y preocupada por la situación, Udapa y otras 50 organizaciones provinciales de diversos ámbitos forma parte de la Alianza Alavesa por el Desarrollo Sostenible 2030 desde el pasado mes de enero.
Mediante grupos de trabajo, esta alianza pretende plantear acciones concretas que se desarrollarán con la principal misión de dar respuesta a los 17 Objetivos de desarrollo sostenibles que promueven las propias Naciones Unidas.
En dicha alianza se concretó que la cooperativa, junto a otras tres empresas más, desarrollaría un proyecto con base en el objetivo número 12, que consiste en garantizar un consumo y una producción responsables. Y es que la cooperativa siempre ha estado muy comprometida con la prevención del desperdicio, ya que las patatas que no se pueden destinar para la gran distribución organizada son utilizadas en Paturpat para transformarlas en productos de V gama; mientras que las mermas que se obtienen al final de todo el proceso se destinan a alimentación animal.
Pero la cosa no queda ahí, ya que Udapa también integrará en su plan las diferentes iniciativas responsables que ya ha emprendido a lo largo del último año, como son los proyectos de innovación relacionados con una gestión eficiente del agua de riego y la producción de patata con residuo cero.
A su vez, seis años después volverá a calcular la huella de carbono de la organización y de la producción de la patata de Eusko Label para comprobar si ha alcanzado el compromiso de reducirla.
Asimismo, Udapa hará hincapié en la construcción de su nueva planta de almacenamiento, puesto que mediante la misma no solo pretende hacer una apuesta más firme por la producción del entorno, sino que también utilizará tecnologías de frío más eficientes que permitan el ahorro de energía.