Tripafina no descenderá este año desde la iglesia de San Blas de Alegría hasta el balcón de la casa consistorial. Este año, siguiendo las recomendaciones del Departamento de Salud del Gobierno Vasco para evitar la realización de programas oficiales de fiestas o eventos y a la vista también de las decisiones tomadas por los distintos ayuntamientos de Euskadi, el pleno del Consistorio de Alegría-Dulantzi ha decidido "suspender oficialmente las fiestas patronales del 2020 en honor a Nuestra Señora de Ayala".
Según reconocen se trata de "una decisión amarga pero, a la vez, sensata" al tiempo que señalan que "por responsabilidad, anteponiendo la seguridad y la salud de la población ante el riesgo de contagio que podría provocar una concentración no controlada de personas, teniendo en cuenta que no se han superado totalmente los efectos de la pandemia y teniendo en cuenta los últimos rebrotes mayormente vinculados al ocio, entendemos que es la decisión más lógica en estos momentos".
Desde la institución municipal solicitan a la ciudadanía que "colabore para que no se produzcan concentraciones que pongan en riesgo nuestra salud. La fiesta tendrá que esperar. Este año no toca, tampoco en Alegría-Dulantzi". La prudencia y la responsabilidad colectiva son necesarias para hacer frente a la situación. Desde el viernes y hasta el próximo 20 de septiembre la localidad debía celebrar sus fiestas patronales en honor a la Virgen de Aiala. "Creo que éste será la segunda vez que se suspenden, la primera durante la guerra civil y la segunda ésta", reconoce Ángel Pepe Díaz de Espada, vecino de la localidad.
Las fiestas patronales de Dulantzi antiguamente se celebraban entorno al día de San Blas, el 3 de febrero. Sin embargo en 1903, "sin perjuicio de las festividades de San Blas se pasa a celebrar la virgen de Aiala, y las fiestas pasan a celebrarse en septiembre", explica Díaz de Espada. "Se hizo a través de un acuerdo municipal del día 6 de septiembre", señala al tiempo que apunta cómo ese año "las fiestas se celebraron los días 12, 13 y 14 de septiembre y se programaron dos corridas de vaquillas, fuegos artificiales, cohetes, música e iluminación en los edificios municipales. En lo religioso se recoge que había procesión desde la parroquia hasta la ermita de Aiala con asistencia de Ayuntamiento y corporación y acompañados por la banda de música para celebrar la misa con sermón. Se cantaban vísperas y rosario".
Otro de los actos relevantes que se repiten cada año desde 1954, es la procesión del Rosario de la Antorchas con motivo de la proclamación de la virgen de Aiala como patrona, lo que se conoce en Alegría como el famoso patronato. "Participa gente de todas las edades y podrá ser más o menos religioso. Es de los festejos que a prevalecen a lo largo de los años y que no han cambiado. El año pasado se modificó el recorrido y la procesión no pasó por la calle Mayor pero sí por Fortaleza". Esta procesión parte del convento de las monjas clarisas, con la imagen de la patrona, la Virgen de Aiala, y tras recorrer las calles de la villa, termina en la parroquia con una Salve y la ofrenda de flores de las cuadrillas y los vecinos y vecinas de la localidad.
Díaz de Espada muestra orgulloso su colección de programas de fiestas recopilados desde el año 1948 donde puede verse cómo en aquel entonces las fiestas comenzaban en sábado -a diferencia de hoy que comienzan en viernes- y se prolongaban el domingo, lunes, martes y miércoles y el día de acción de gracias, lo que hoy se llama la octava.
Según apunta Díaz de espada "en Alegría ya aparece en 1906 que el Ayuntamiento programa tres días para festejos taurinos con importantes toreros. Una de las corridas de aquel año tenía el siguiente cartel: toros de una ganadería de Salamanca para los diestros Paquito Ruiz, el vitoriano Luis Álvarez "El Cañi" y Alberto Aguirrezabal "Carnicerito".
A lo largo de su historia, los actos en Dulantzi han consistido en pasacalles, novilladas, partido de pelota, carreras de cintas, concurso de ganado porcino, lanar y caballar o carrera ciclista.
A través de los años, una de las principales preocupaciones de las diferentes corporaciones en la elaboración del programa festivo es que los actos lleguen a la mayor cantidad de gente. Y es echando a una ojeada a los diferentes programas en el papel de las distintas épocas donde se puede ver como los actos taurinos han tenido una gran relevancia durante las fiestas de Dulantzi. "En las fiestas se sacrificaban los animales", relata Díaz de Espada mientras sujeta entre las manos el programa de 1950 donde puede verse como aparece por primera vez el actual equipo de fútbol con el nombre de Unión Deportiva Alegre de Educación y descanso de la villa.
Díaz de Espada destaca también que en 1968 las cuadrillas de los Formales y los Incansables ofrecieron "un vino español a los mayores de 60 años y una comida para los mayores de 80 años. Este fue el inicio de la tradición de que en fiestas todos los años hay un día dedicado al jubilado".
Y aunque las cuadrillas son tradicionales en la localidad, desde 1975 la bajada de Tripafina marca el inicio de las fiestas de Dulantzi. "Los primeros años fue intermitente", aclara. Su imagen consiste en una figura semejante a la de Celedón que desciende desde la torre de la iglesia de San Blas hasta el Ayuntamiento y adquiere el nombre de Tripafina "porque es el apodo de los vecinos de Alegría", matiza.
Ese mismo año no se programaron vaquillas porque "se hacían en Solandia y se escaparon por la noche. Como se necesitaba autorización del gobernador para poder hacer estos festejos durante algunos años se pusieron muchas trabajas para poder organizar las vaquillas", recuerda el vecino de la localidad.
En el año 80 se inicia lo que se conoce como la cena del toro y la comida de cuadrillas. Dos años más tarde desaparece del programa el Rosario de la Aurora.
Aunque en los últimos años la visita de foráneos a los actos festivos ha disminuido, una circunstancia similar a la que se dan en otras localidades cercanas, la tradición de acercarse hasta Alegría estaba muy arraigada, hasta tal punto que se organizaban transportes extraordinarios desde la capital gasteiztarra. Desde hace muchos años la gente de Vitoria venía a las fiestas de Alegría, tal y como puede verse en el programa de 1948, donde la compañía de autobuses La Vitoriana organizaba un servicio especial para acercar a los vitorianos a la villa que salía del bar El ruedo.
Como dato curioso, en el año 1991 las cuadrillas de blusas Zatorrak, Mozkorraz, Aitxoak y Alaia organizan unas fiestas alternativas con una bajada de Tripafina en la plaza de Gaztelubide a la misma hora que la bajada oficial "porque estaban cabreados con el ayuntamiento y tampoco se celebró la cena del toro".
Las cuadrillas femeninas en las fiestas de Dulantzi arrancan a primeros de los 80. El pañuelo rojo, símbolo de las fiestas de la localidad, dejó paso al de cuadros en la década de 1970, símbolo que se mantiene hasta la actualidad. Otro de los elementos festivos que aún recuerdan en la localidad son los zurracapotes, bebida típica elaborada por las cuadrillas de jóvenes a base de vino, frutas, azúcar y canela y que desaparecieron en la década de los 90.
Pero ahora lo importante es cuidarse y ser conscientes de que la higiene, las mascarillas y la distancia social, como las mejores armas para hacer frente al virus de la covid-19, mientras Tripafina descansa en su escondite a la espera de que el próximo año vuelva a descender desde la torre de la iglesia de San Blas y lleve la alegría festiva de nuevo a las calles de esta localidad.