l Valle Salado de Añana fue el escenario en el que Miguel García, el popular promotor de El Fogón de Álava, conocido por estar presente en numerosos eventos con su carretilla cargada de productos alaveses, ha iniciado un recorrido por las comarcas alavesas para cocinar estos productos como un medio para promocionarlos e impulsar su consumo.
En el Valle Salado fue acogido con afecto y se le facilitó un magnífico espacio donde poder cocinar y, al mismo tiempo, mostrar la singular belleza de esa explotación salinera milenaria. No en vano, el objetivo que le había llevado hasta ese lugar era "una manera de enseñar un poco los productos para que en estos tiempos tan difíciles a causa del coronavirus y el confinamiento la gente se concienciara en el consumo del producto local".
De esta manera, el pasado viernes se presentó en el centro de visitantes del valle, con la carretilla llena de productos alaveses. "La gente alucinó cuando llegué, tanto Edorta Loma como las trabajadoras de la oficina". Y es que en un momento, con una mesa, un par de sartenes, unas patatas alavesas, morcilla de Montaña Alavesa y un poco de carne de Campezo "se preparó allí una buena para apoyar el uso de la Sal de Añana. Era mi aportación al programa de Pon tu granito de sal, con el que Valle Salado promociona el consumo de ese producto".
Todo quedó fielmente filmado por el equipo que acompañó a Miguel en esta iniciativa y esta misma semana se podrá disfrutar de esa película a través de las redes sociales y de YouTube. Y lo harán directamente, en el caso del programa del pasado viernes, desde el departamento de marketing del Valle Salado, que la incluirá junto a otras experiencias vividas por otros restauradores para apoyar la sal y el enclave.
Pero era tan solo una de las iniciativas que irá completando a lo largo de las próximas semanas por los diversos territorios que componen Álava. Ya anuncia que la siguiente parada, en los próximos días, será la comarca de Ayala. "La idea que tengo es ir mostrando los muchos productos que tenemos en Álava. Es una realidad que contamos con una gran cantidad de producciones de las denominadas kilómetro cero o de cercanía y mi empeño es promocionarlas todas, como vengo haciendo yendo a celebraciones, eventos y ferias y desde las redes sociales por medio de aventuras como el recorrido por el Camino de Santiago llevando la carretilla y hasta cocinando productos alaveses en ella".
Lo cierto es que la percepción de los propios habitantes del territorio ha ido cambiando, se van conociendo mejor todos estos productos gracias al impulso de quienes los producen o elaboran, de entidades como Slow Food Araba, pero "todavía queda mucho por hacer", añade Miguel García.
Comenta que en estos momentos de comercio online onlinecasi obligado, El Fogón ha dado un paso adelante muy importante facilitando el llevar a domicilio, y a las pocas horas de haberlo solicitado, los productos alaveses que le encargaban. Dentro de Álava y fuera. "Nos han mandado fotos de los paquetes que hemos enviado a Barcelona o a Estella. Vamos abriendo el círculo del territorio y vemos como vamos llegando cada día un poco más lejos".
La cuestión es que parece que son mejores consumidores de productos alaveses las personas que viven en otras regiones, que los habitantes del propio territorio. "La gente de otros lados nos busca y sabe muy bien lo que encargan y lo que compran. Conocen nuestros vinos, el txakoli, la sidra, la cerveza, los licores y hasta el Falzue y aprecian mucho las patatas, los embutidos, las morcillas, los patés, la miel, los quesos y tantos productos de calidad de Álava. Se nota que esos compradores han estado en nuestra tierra y conocen muy bien nuestras riquezas".
Aunque este confinamiento está siendo muy complicados tanto para vender como para comprar, El Fogón de Álava decidió en medio de la pandemia, echarse el saco al hombro y salir a vender llevando estos productos hasta el domicilio. "Me tiré a la calle sin tener nada, porque solo contábamos con una página de Facebook, donde insistimos desde siempre con el producto alavés. En estas últimas semanas no hemos parado de repartir". Y es que, además de haber encontrado un nicho de mercado en el que no había mucha competencia, y conocer muy bien los productos alaveses y dónde encontrarlos, Miguel García, vive un compromiso personal muy fuerte con todo lo alavés y hace de su promoción, principalmente, un modo de vida ligado a la tierra y, aunque parezca complicado entenderlo, escasamente especulativo.
Objetivo. Es enseñar los productos locales para que en estos tiempos tan difíciles a causa del coronavirus la gente se conciencie en su consumo.