Laguardia - El aumento de temperaturas debido al cambio climático puede provocar un adelanto de hasta 16 días en la maduración de la uva en la DOCa Rioja de aquí al año 2050, según un estudio realizado por investigadores de las universidades de La Rioja y Lleida, presentado en el congreso Giesco que se celebra en la ciudad griega de Tesalónica esta semana. El estudio, titulado Impacts of the projected changes in temperature under scenarios of climate change on vine phenology of three red varieties cultivated in Rioja (Spain), analiza el efecto potencial del cambio climático sobre la fenología y la composición de la uva de las variedades tempranillo, garnacha y mazuelo cultivadas en Rioja Alavesa.
Los análisis prevén para un escenario de estabilización de las emisiones un adelanto de entre 8 y 12 días en la maduración del tempranillo para 2050, dependiendo de la zona en la que se localice el viñedo. Las proyecciones para 2070 sitúan estas previsiones entre 11 y 17 días de adelanto. Si las emisiones no se estabilizan y se alcanza un nivel muy alto, la maduración de la uva en estas zonas puede adelantarse entre 13 y 16 días para 2050 y alcanzar los 20 a 31 días de adelanto en 2070. La maduración del tempranillo se completaría entre finales de agosto y principios de septiembre.
Además, el estudio predice un adelanto en las fechas de floración y envero (coloración) de la uva para las tres variedades estudiadas, siendo mayor el avance en las zonas cálidas que en las frías. La composición de la uva también sufriría cambios, alcanzando antes el grado probable requerido con un desacoplamiento entre los antocianos y los azúcares y con una menor acidez causada por el aumento de las temperaturas.
Ante estas previsiones, los investigadores consideran interesante estudiar y desarrollar nuevas técnicas vitícolas de manejo de la vegetación con el objetivo de retrasar la maduración para que, bajo las condiciones climáticas futuras, las uvas maduren a temperaturas similares a las actuales.
En este sentido, se proponen técnicas como la poda tardía, el recorte severo de los pámpanos y la poda mínima, que permiten retrasar la maduración de la uva entre 15 y 20 días. Otra posibilidad planteada es el forzado de una nueva brotación de las yemas. Para elaborar el estudio, los científicos han realizado una proyección del aumento de temperaturas en las distintas zonas de la denominación bajo dos de los escenarios de emisión de gases de efecto invernadero establecidos por el IPCC, panel intergubernamental sobre cambio climático de Naciones Unidas: los denominados escenarios RCP4.5, es decir, escenario de estabilización de emisiones, y RCP8.5, esto es, escenario con un nivel muy alto de emisiones.
Los resultados indicaron un aumento proyectado de la temperatura de más de 3 y 2 grados, respectivamente, en las temperaturas máxima y mínima en los meses de julio y agosto bajo el escenario RCP4.5 y de hasta 3,9 grados y 3 grados, respectivamente, para el escenario RCP8.5. Analizaron también los cambios estacionales y la evolución de la composición de la uva durante la maduración para el período 2008-2018.