vitoria - La Junta de Castilla y León quiere establecer un impuesto sobre los residuos nucleares de Garoña, lo que ha sido interpretado como una maniobra para fijar en la zona un cementerio nuclear permanente. ¿Qué opinión le merece?

-No tengo ninguna información que permita afirmar semejante hipótesis. Creo que lo más importante es que el nuevo Gobierno, en los próximos Presupuestos Generales del Estado, contribuirá económicamente a la reindustrialización de la comarca, tal y como en su día comenzó a hacer el presidente Zapatero con la perspectiva de que Garoña cerrase en 2012. Los gobiernos del PP decidieron no aportar ninguna inversión porque estaban en la perspectiva de que no se cerrara la planta nuclear. Por ello hemos perdido mucho tiempo, pero hay que mandar un mensaje de tranquilidad porque los procesos de desmantelamiento requieren mano de obra, incluso cualificada. He vivido de cerca el desmantelamiento de la central de Zorita en Guadalajara y hubo momentos en los que hubo más trabajadores empleados que cuando la planta operaba. Si hacemos bien las cosas entre todas las administraciones, podremos mantener un nivel de empleo adecuado. Desconozco la iniciativa de la Junta de Castilla y León, pero el Gobierno está emplazado a crear un plan de Clima y Energía que a su vez contemplará otro de residuos radioactivos, porque el que tenemos está obsoleto. En ese plan se verá cómo se tratan los residuos radioactivos, si seguimos adelante con un único almacén centralizado o si se recurre a los individualizados, pero en todo caso no se trata de meter miedo con el futuro de Garoña, que creo será el futuro de una comarca en transformación, como las mineras, de acuerdo a principios de transición justa.

Se habla de reindustrialización, pero la alcaldesa del Valle de Tobalina es partidaria de implantar pequeños proyectos empresariales. ¿Habrá que modificar el plan?

-Hay personas trabajando de manera exclusiva en el Ministerio de Transición Ecológica en la puesta en marcha de este plan de transición en el que entraría Garoña. Nos apoyamos en las experiencias de países del entorno, sobre todo Francia, Alemania y Reino Unido en los que se ha intervenido con las administraciones y con las empresas, de forma que las propias empresas ayudaron a dibujar las nuevas actividades en las comarcas. Creo que, en todo caso, en España tiene que darse un impulso muy potente a las energías renovables y el Gobierno seguramente apostará, en las zonas en las que se reduzca el uso de otras energías, por incentivar el uso de energías renovables.

La Junta calcula que el impuesto le reportaría 10 millones y que reinvertiría ese dinero en la zona, pero ello implicaría crear un almacén. ¿Contempla el Gobierno la posibilidad de un cementerio nuclear en el Valle de Tobalina?

-Que yo sepa, no existe ningún proyecto en esa línea por parte del Gobierno. Lo que sí se está viendo es cómo reconstruir un tejido productivo, constituirlo y asociarlo a una transición energética. Pero no necesariamente haciendo uso de la fiscalidad autonómica. Creo que no es algo que corresponda de forma ni mucho menos exclusiva a la Junta de Castilla y León establecer ese proceso.

Otra de las cuestiones ambientales que preocupan en Álava es el saneamiento del Alto Nervión. ¿Agilizará el Ministerio de Transición Ecológica la construcción de la depuradora de Amurrio?

-No nos queda otra, porque España ha acumulado una situación muy grave ante la Comisión Europea. Tenemos multas millonarias que, como país, debemos intentar evitar, no sólo por el enorme coste que ello supone, sino porque no depurar nuestras aguas residuales tiene efectos negativos sobre la salud, los ecosistemas y el desarrollo económico. Es una asignatura pendiente no sólo en Amurrio, donde me consta que los terrenos están ya disponibles y nos hallamos en la fase previa a la licitación. El Gobierno tiene previsto ir pronto a Bruselas para explicar el nuevo Plan Nacional de Depuración, con acuerdos con las administraciones territoriales, e intentar convencer a la Comisión Europea de que sí que vamos a cumplir, porque el asunto nos parece absolutamente necesario.