A lo más alto de la accesibilidad, a su cima, es donde se ha propuesto llegar la Diputación Foral de Álava a la hora de suprimir barreras que impidan a las personas que sufren algún tipo de discapacidad disfrutar del patrimonio natural del territorio. Para ello, el departamento de Fomento del Empleo, Comercio y Turismo, que dirige la diputada socialista Cristina González, está desarrollando durante este 2018 una estrategia turística que tiene entre sus ejes abrir grandes rutas para encumbrar a Álava como un gran destino inclusivo.
“Queremos avanzar para hacer de Álava una referencia en turismo accesible. Dimos un primer paso con la edición en marzo de material de promoción turística adaptado y ahora damos otro con la oferta de ocho salidas para personas con movilidad reducida y deficiencias físicas y psíquicas”, explica González, quien, como remarca, no sólo hablamos de un derecho, también de una oportunidad para consolidar y desestacionalizar el sector. Como añade, la demanda de un turismo accesible es cada vez mayor, y en algunos países como Reino Unido y Australia representa ya más del 10%.
De ahí la creación de este segundo proyecto, en colaboración con la ONG Montes Solidarios, que ha lanzado excursiones para que todo el mundo, sin excepciones, pueda darse una vuelta por los recursos naturales de estos lares. Como precisa Josu Vázquez, presidente de Montes Solidarios, el servicio se oferta a diferentes colectivos alaveses, como ONCE, Eginaren Eginez, Zuzenak, Atece, Begisare Araba o Aspace. Las tres primeras salidas inclusivas se efectuaron en abril, mayo y junio al barranco de Igoroin, al Parque Provincial de Garaio y al Valle Salado de Añana, con éxito de organización y participación, con “mucha demanda, incluso de otras zonas de Euskadi”, añade Vázquez. Y las cinco de este otoño, comienzan hoy con la salida por la vía verde del Vasco Navarro. Se trata de rutas que realizan personas con baja visión y movilidad reducida, conducidos por un grupo de guías y voluntarios, con la ayuda de dos sillas todo terreno Joelette y barras direccionales para personas ciegas y con baja visión”.
Un tropezón, de broma Precisamente, la propia diputada de Turismo, no se lo pensó dos veces a la hora de hacer de guía de Diego, un adulto con retinosis pigmentaria. Sucedió el pasado julio, durante la visita que hicieron a Salinas de Añana hasta el lago de Arreo-Caicedo. “Antes de coger la barra, me explicaron que había que avisarle de obstáculos, como “rama”, para que bajara la cabeza, y “piedra”, para que subiera el pie. El camino no era muy complicado, aunque me imagino que no me hubiesen dejado guiarle en un monte sin más nociones previas”, recuerda la diputada. Aún así, el hecho de saber que tenía que guiar a una persona que no puede ver “hizo que me entrara la responsabilidad, al pensar ¡Ya verás como se caiga!”. Y, Diego, como no podía ser menos, se percató de ello. “Al principio, me gastó una broma porque sabía que estaba atacada de los nervios haciendo que se tropezaba. Luego me dijo: “Relájate” porque notan perfectamente cómo coges la barra. Y yo estaba pensando: “Ay, Dios, que no se me caiga”, así que la llevaba muy tensa durante los primeros cinco minutos, aunque luego cogí seguridad. Y la verdad es que muy bien”.
Para ella fue toda una experiencia, “no sólo por llevarle, sino porque también hay personas que están en un proceso de pérdida de visión. Había una chica, por ejemplo, que estaba empezando ese proceso, y estaba angustiada, porque no sabía lo que la esperaba, pero la salida es casi como una terapia de grupo. Aparte de que puedan acceder a lugares que de otra forma serían inviables”. Por ello, anima a todos los alaveses a sacar “un ratito de sus vidas” para colaborar en estas salidas. “Ves lo fácil que es que con ayuda pueden llegar a realizar cosas, como las hacemos cualquier otra persona. Y los voluntarios hacen una labor encomiable. Tuve una mañana muy gratificante y cuando me dieron la camiseta de guía fue uno de los mejores regalos que me han hecho, porque realmente me emocionó poder haber ayudado a una persona con baja visión a cumplir sus sueños de estar en la naturaleza. De hecho, como advierte González, entre risas, “ahora que tengo la camiseta ya me han dado la capacidad de ser voluntaria oficial de Montes Solidarios, o sea, que puedo ir en cualquier momento”.
Aunque a Montes Solidarios no tiene la pinta de que le vaya a importar de nuevo su presencia. “La diputada ya nos conocía, pero al comienzo del día creo que nos veía de diferente manera. Pero eso lo intentamos cambiar y creo que lo conseguimos porque todo el recorrido de vuelta, dejó de ser diputada para pasar a ser simplemente Cristina. Se convirtió en voluntaria y recibió su camiseta. Se lo curró y se lo ganó, pero lo más bonito es que el resto de asistentes desde un principio tampoco la veían como una personalidad de la política en Álava”, subrayan desde Montes Solidarios.