VITORIA - Una imponente tromba de agua y granizo convirtió las calles de la capital en improvisados cauces de agua por donde ésta discurrió desbocada ayer por la tarde. Se juntaron el granizo y una lluvia intensa, que dejó un pico máximo de 23 litros recogidos por Euskalmet en el breve intervalo de veinte minutos. Semejante riada de agua desbordó y saturó la red de alcantarillado de la ciudad, que se vio impotente para absorber los torrentes que se generaban por todas las calles y barrios del casco urbano.

La enésima tormenta de este singular verano gasteiztarra fue sin duda la más virulenta de cuantas se han generado hasta el momento. Fue cociéndose a fuego lento desde las primeras horas de la tarde cuando un pegajoso sol fue desplazado del cielo por negros nubarrones. A las 18.50 horas fue necesario incluso encender algunas farolas del alumbrado urbano, como preludio del diluvio que precipitó sobre Vitoria. A las 19.10 horas, dos truenos resonaron con fuerza y descorcharon una intensa granizada que fue ganando en fuerza y violencia con el paso de los minutos. Fueron veinte minutos con el granizo rebotando sobre calles y generando balsas de agua por todos los rincones. La Avenida Gasteiz se convirtió en un caudal que bajó desde el puente del ferrocarril hasta la plaza de la Constitución. Al mismo tiempo, el viento empezó a azotar con toda su crudeza y varias ramas se desgajaron de los árboles, también en la misma Avenida de Gasteiz y otros lugares como Portal de Foronda.

ZABALGANA, COLAPSADO La intensidad de las precipitaciones empezó a dejarse notar en la impotencia de un alcantarillado que se saturó. Zonas como el Alto de Armentia, Domingo Beltrán, Lakua, América Latina, Txagorritxu o Simón de Anda empezaron a ver crecer el agua.

Intentar acceder a la ciudad por Armentia se convirtió en una ratonera para muchos conductores, al igual que transitar por Zabalgana. Arterias como la Avenida Reina Sofía, Naciones Unidas o Avenida de la Ilustración se convirtieron, literalmente, en auténticas balsas de agua. Los coches lograban circular, con evidentes dificultades, viendo cómo el líquido llegaba a la altura de sus paragolpes. En la glorieta de Derechos Humanos con Reina Sofía y conductor tuvo que bajar a empujar su vehículo al haberle llegado el agua al motor. Todo esto colapsó el paso de coches por Reina Sofía y disparó las llamadas a los servicios de emergencia municipal, que no dieron abasto. Al igual que en tormentas previas, se complicó la circulación en el túnel de Jacinto Benavente o los pasos de El Boulevard, la calle San Antonio o Fueros. Tras el diluvio de ayer, de nuevo se mantiene hoy, hasta mediodía, la alerta naranja por precipitaciones.

FALLECIDO EN ILARDUYA Por otro lado, un varón de 68 años falleció el sábado al ser alcanzado por un rayo de la tormenta en Ilarduya.