vitoria - A José Ángel Cuerda no le gusta que le consideren un símbolo de Vitoria. “Fueron veinte años de alcalde y la gente se acostumbró a verme. Los mayores me siguen llamando alcalde, pero como un gesto de amabilidad”, explica. Alejado ahora de los focos en lo que a la política se refiere, Cuerda mantiene aún viva su implicación en el ámbito social, un terreno del que el primer edil de la capital alavesa entre 1979 y 1999 hizo su estandarte en su etapa al frente del gobierno local vitoriano.

El exalcalde gasteiztarra recordó ayer buena parte de su trayectoria política en una larga entrevista en Onda Vasca, donde de la mano del periodista Marce Rodríguez recordó algunos de sus mejores y peores momentos al frente del Ayuntamiento de Gasteiz y analizó algunas cuestiones de actualidad en la ciudad, además de poner en valor algunos de los logros más reconocidos de su etapa, como la creación de una amplia red de centros cívicos: “Queríamos crear una red de focos de participación ciudadana. Al principio los llamamos centros socioculturales y deportivos, pero la primera propuesta que hice como alcalde para crearlos fue rechazada por la corporación. Recuerdo una frase que una persona utilizó para cargarse nuestra propuesta. Me dijo: esto es tan importante que no vamos a consentir que lo hagas”.

Posteriormente, ya en su segunda legislatura y con una posición política “mejor, porque teníamos mayoría”, Cuerda volvió a plantear la puesta en marcha de los centros cívicos “con el apoyo entusiasta de los técnicos municipales”. “Inauguramos once centros cívicos y lo hicimos por unanimidad”, rememora ahora el antiguo primer edil gasteiztarra. Otra de las decisiones que en su día pudieron parecer circunstanciales pero que el tiempo ha acabado por convertir en algo crucial fue actuar en las balsas de Zurbano para, con el tiempo, acabar formando lo que ahora es Salburua. “El jefe de la zona rural del Ayuntamiento me propuso recuperar las balsas de Zurbano porque consideraba que eso podía tener un buen futuro. Reunimos sobre el terreno a un montón de técnicos municipales. Hubo votos en contra, pero en aquel momento surgió Salburua. No fue por mi iniciativa, sino por el interés del jefe de la zona rural”, subraya.

Sin embargo, aunque satisfecho por el rumbo que han acabado por tener los humedales del barrio del Este, Cuerda lamenta que en lo que al urbanismo respecta zonas como Arkaiate hayan salido adelante. “Una ciudad sostenible es una ciudad compacta. Yo intenté que Vitoria fuera una ciudad compacta, pero posteriormente hubo otros gobiernos con otros criterios, también respetables, y surgieron zonas como Arkaiate o las zonas alejadas de Zabalgana. No tiene ningún sentido ver edificios tan aislados, como tampoco es adecuado para la sostenibilidad de las ciudades tener centros comerciales periféricos”, recuerda el exalcalde gasteiztarra, que continúa centrado en ayudar en la medida de lo posible a la personas que más lo necesitan, antes en la asociación Bizitza Berria y luego con Bide Gurutzea.

“En Vitoria tenemos muchas familias que lo están pasando muy mal, por cuestiones de trabajo, educación, vivienda... Eso impide que se cree en la ciudad una relación de fraternidad entre todos los ciudadanos, y a veces da lugar a brotes terribles y escandalosos”, asegura el exalcalde jeltzale, que subraya el hecho de que “los inmigrantes puede que sean los que más lo sufren, pero también hay vitorianos de toda la vida en esta situación”. “Hace un par de días me encontré con una señora, de Vitoria de toda la vida, que está viviendo en una lonja por una serie de circunstancias personales muy tristes y porque hoy en día encontrar una vivienda en alquiler en Vitoria cuesta mucho dinero”, lamenta.

Sobre el uso de la inmigración como arma política. “A veces una chispa genera un incendio. Escuchas a Donald Trump o al primer ministro de Italia y te entran escalofríos”, apunta. Cuestionado sobre las palabras de Javier Maroto que le costaron la alcaldía, asevera que “a veces uno oye uno determinados comentarios, que no quiero calificar de forma dolorosa para nadie, que no contribuyen a crear una ciudad en la que todos podamos convivir de forma fraternal”.

los ‘pichis’ Cuerda entró también a valorar la situación concreta de una polémica familia asentada ahora en la capital alavesa, los pichis. Para José Ángel Cuerda “con esta familia se ha cometido por parte de un sector importante de la ciudadanía una injusticia increíble”. “Ésta es una familia que no será perfecta, como todas, pero que cuando llegó a Abetxuko se encontró que había un sector del barrio, con una mentalidad mezcla de varias cosas, como una gitanofobia exasperante, y eso dio lugar a la expresión de un mensaje de odio que luego se trasladó a Asteguieta, dirigidos por la misma gente que lo dirigió en Abetxuko”, sostiene Cuerda, que durante la entrevista tuvo un recuerdo para la fallecida María Jesús Aguirre, que “hizo un trabajo espléndido” durante sus años en el Ayuntamiento.

Con las elecciones municipales a menos de un año vista, Cuerda considera que Gorka Urtaran “puede ser un gran alcalde para Vitoria durante varias legislaturas”, aunque destaca que “en los demás grupos políticos también veo a gente muy trabajadora”. “En general creo que todos los grupos están trabajando por su ciudad”, señala. Sobre proyectos en marcha como la extensión del tranvía al sur de la ciudad, Cuerda mantiene abiertamente que no lo considera “una prioridad”. “Yo utilizo el tranvía con mucha frecuencia, pero en su momento sí decía que no se debía llevar el tranvía al centro, por General Álava, pero cuando después lo construyeron no me hicieron mucho caso”, asegura entre risas el exalcalde, que culmina la entrevista mirando a la Vitoria de dentro de unos años. “Me gustaría que fuera una ciudad urbanísticamente sostenible, con un anillo verde espléndido y que no permitiera cosas como la construcción de viviendas en algunos sitios, como Armentia, que me produce una sensación incómoda. Y sobre todo con un clima de fraternidad y respeto mutuo”, concluye Cuerda, no sin antes recordar a los vecinos de Gasteiz que todos como ciudadanos “deben tomar conciencia de la que la responsabilidad en una ciudad es de todos; si eres apolítico no eres un ser inocente, sino un inútil”. - DNA