Después de meses de negociaciones, Álava estrenará en 2018 los cambios fiscales fruto del pacto con el PP. ¿Está satisfecho con este acuerdo tributario?

-Yo estoy satisfecho en la medida en la que tenemos un producto final consensuado, mayoritariamente respaldado y armonizado en los tres territorios históricos. Me doy por satisfecho con las medidas porque logran los objetivos que nos planteamos: disponer de una financiación adecuada para sostener las políticas públicas y que la competitividad de nuestras empresas se mantenga. Incluso hemos incorporado alguna medida que por nuestra tipología de territorio era necesaria, destinada a evitar el despoblamiento de las zonas rurales. Es la mejor reforma que se puede lograr con el mayor apoyo. Además el compromiso era que estuviera en disposición para 2018 y así va a ser.

¿Qué peso ha tenido Álava respecto a Bizkaia y Gipuzkoa en las negociaciones para este pacto fiscal a nivel autonómico?

-Las medidas son iguales en los tres territorios. Cada uno ha trasladado a la negociación la visión que tiene de su territorio y las características de su tejido económico. A partir de ahí, quién aporta más o menos es una cuestión de titulares que gusta mucho a los medios de comunicación. Quién es el que más ha influido, quién ha logrado más... Estamos trabajando de igual a igual. Álava puede ser pequeña en cuanto a su PIB en el País Vasco, pero participa de igual a igual con el resto de territorios. Desde Álava planteamos por ejemplo la inclusión de medidas para generar un empleo de calidad, y es una de las que se han introducido en las deducciones. Ya no va a valer con crear empleo, sino que va a tener que ser empleo de calidad, manteniéndolo durante dos años y con una remuneración que sea el salario mínimo interprofesional multiplicado por el 1,7. Es decir, en torno a 1.250 euros. Si las empresas cumplen esto, tendrán una deducción.

¿En qué van a notar los contribuyentes los cambios fiscales fruto de este acuerdo PNV-PSE-PP?

-Las medidas que hemos consensuado van a entrar en vigor en 2018 en lo que al Impuesto de Sociedades respecta, pero la inmensa mayoría va a tener su efecto real en 2019. Entre las que sí van a tener efecto en 2018 está la incorporación del pago a cuenta del Impuesto de Sociedades para las empresas grandes. Las que los ciudadanos alaveses vamos a percibir con efecto inmediato son las medidas para evitar el despoblamiento rural, para evitar la macrocefalia que tenemos en Álava con Vitoria. El objetivo es asentar población en los municipios de menos de 4.000 habitantes para que quienes residen en ellos perciban que hay un apoyo por parte de la administración tributaria. Incrementamos las deducciones tanto por personas mayores como por hijos que conviven en la unidad familiar, y se mejoran las deducciones por adquisición de vivienda habitual. Además, a nivel de todo Euskadi los alquileres van a tener un mejor tratamiento para jóvenes de menos de 30 años. En cuanto a las empresas, habrá ventajas específicas para pymes y autónomos de Álava.

¿Cuáles son?

-En Álava las empresas que, bien por su volumen de trabajadores o por cifra de negocio, pasen de ser micropyme a pyme, o de pyme a gran empresa, van a tener una serie de beneficios. Generalmente, cuando pasas de micropyme a pyme pierdes una serie de ventajas que tenías por tu tamaño. Lo que hemos intentado es mantenerles durante un tiempo circunstancias que tenían antes, como permitirles que sigan disfrutando de la amortización de sus bienes con el mismo tratamiento que antes.

El Impuesto de Sociedades ha sido uno de los grandes caballos de batalla y el acuerdo incluye finalmente bajar el tipo impositivo. ¿Si mejoran las condiciones fiscales a las empresas no van a recaudar menos, ahora que mejora la economía?

-El tipo se va a revisar los dos próximos años y va a ser un tipo más atractivo para las empresas, pero al mismo tiempo hemos incrementado el tipo efectivo, con lo que hemos limitado algunas deducciones de las que se beneficiaban hasta ahora las empresas, lo que nos va a permitir recaudar más.

El diputado general cifró hace unos días el incremento de la recaudación en Sociedades en torno a los 20 millones de euros con los nuevos cambios tributarios.

-Cuando haces las previsiones planteas una hipótesis, porque no sabes si determinadas situaciones en las empresas se van a producir o no. Efectivamente existe una rebaja del tipo nominal, pero también una subida del tipo efectivo. La empresa paga a un tipo nominal, pero al tener deducciones al final acaba pagando un tipo distinto, más bajo. Lo que hemos hecho es bajar el tipo nominal y acercar el efectivo, por lo que entre uno y otro cada vez habrá menos diferencia.

Bajan el tipo en Sociedades pero aprietan más con las deducciones.

-Al limitar las deducciones logras que se produzca una mayor recaudación en este impuesto. Hasta ahora había una capacidad de deducción de hasta el 45% de la base liquidable, que ahora pasa a ser el 35%. Por ejemplo, el I+D+I antes se podía deducir íntegramente y ahora tiene una limitación de hasta el 70%. Antes se podía compensar hasta el 100%, ahora habrá limitaciones en función de si eres gran empresa o pequeña empresa, hasta el 70% y el 50%. En resumen, hacemos una reforma que mejora los tipos y eso conlleva un menor ingreso tributario, pero como limitamos deducciones consigues un mayor ingreso. Por eso el resultado es positivo para la recaudación tributaria, que en Álava rondará los veinte millones de euros.

¿Temían que elevar mucho la presión fiscal sobre el tejido empresarial pusiera en pie de guerra a los empresarios?

-A la hora de afrontar una reforma cualquier medida que adoptes en materia de fiscalidad no puede ser un salto al vacío. Hay que hacer las cosas coherentemente. La reforma de 2013 se hizo por PNV y PSE, y luego se incorporó el PP. Estas nuevas medidas están respaldadas por los tres mismos partidos, por lo que existe una coherencia. Para mantener nuestro estado de bienestar necesitamos recursos, y estos vienen de nuestros ciudadanos, de nuestros trabajadores. La fiscalidad que grava la actividad de las personas físicas o jurídicas no puede ser inviable en sus medidas.

¿Especialmente la de las empresas?

-La fiscalidad tiene que ser atractiva para que nuestro tejido productivo sea atractivo, y nuestro tejido económico es eminentemente exportador. Yo no puedo hacer unas medidas que conlleven que, cuando nuestras empresas van a competir a los mercados internacionales para exportar el producto que se hace en Álava, se encuentren con situaciones que les impidan competir en buenas condiciones frente a otros competidores de otros mercados. No puedo mandar a jugar a un equipo de fútbol en zapatillas cuando los demás juegan con botas de tacos. Si además todos nos sentimos cómodos, tanto el sector empresarial como los partidos que respaldamos las medidas, se cumple el objetivo.

Durante mucho tiempo insistieron en que la reforma fiscal debía ser armonizada en los tres territorios. ¿Las medidas específicas para Álava no suponen una desarmonización?

-Son pequeñas medidas que no desarmonizan en su globalidad. Nuestro tejido socioeconómico es distinto al del resto de territorios, por lo que sí necesitas alguna medida concreta. Armonizar no significa tener una copia de las tres normativas en los tres territorios. De hecho siempre ha habido pequeñas diferencias, y las de Álava no desarmonizan nada. En las líneas maestras (IRPF, Sociedades y Patrimonio) todo está perfectamente armonizado.

¿La mejora de la economía se ha consolidado en Álava?

-Estamos en una situación en la que la economía va creciendo de forma moderada pero sostenible. Este año la recaudación va a superar la previsión que teníamos, aunque también porque recibiremos más ingresos por los ajustes del IVA tras los acuerdos por el Cupo. Pero el resto de impuestos refleja cómo marcha la economía, y va a haber un incremento en las retenciones del trabajo porque se está generando empleo, con incrementos retributivos pequeños. Tenemos mejor comportamiento en autónomos y en Sociedades, donde se está mejorando la recaudación al mejorar los resultados empresariales. El IVA está creciendo... Esto es el reflejo de cómo va la economía y se verá en los resultados de la recaudación.

Las negociaciones con el PP para la reforma fiscal se han desarrollado de forma paralela a las del pacto presupuestario. ¿En Álava estaban condenados a entenderse con el PP tras los acuerdos en Lakua y la reforma tributaria?

-El año pasado el PP también apoyó las cuentas de Lakua y aquí tuvimos un presupuesto con EH Bildu.

Pero no había una reforma fiscal de por medio.

-La reforma fiscal ha podido ser determinante sobre todo de cara a Bildu, porque les ha impedido llegar a un acuerdo presupuestario con nosotros. Por nuestra parte hemos marcado desde el inicio de la legislatura unas líneas maestras para el Presupuesto y necesitábamos obligatoriamente una tercera fuerza. En este caso el PP estaba en disposición de acordar, ha visto la oportunidad y ha apostado fuerte. A EH Bildu en cambio le ha limitado la política fiscal. En el momento en que había que hablar de la fiscalidad, y no sólo negociar un Presupuesto de gastos, eso les ha generado un problema. Nosotros hemos demostrado nuestra capacidad de diálogo porque volvemos a tener un Presupuesto por tercer año consecutivo.

¿Cómo se refleja el aumento de la recaudación en las cuentas de 2018?

-El incremento se traduce en un aumento de las inversiones, de la financiación a las entidades locales y en las políticas sociales. Vamos a tener la cifra más alta de los últimos seis años destinada a políticas sociales, el 48% del Presupuesto, y todo ello sin deuda. En la medida que crezca la recaudación crecerá nuestra capacidad de gasto, pero sin tener que apelar a la deuda.