vitoria - Cómo hacer que un niño deje de estar pegado frente a la pantalla de su ordenador es la pregunta que se hacen millones de padres en la actualidad. Sin embargo, ayer este dilema tuvo una sencilla respuesta en Vitoria entre todos los progenitores que se acercaron con su prole a la nueva edición, la sexta, de Araba Robotics&Videogames Meeting, en el museo Artium. Y aunque cierto es que durante las cerca de tres horas que duró esta apasionante jornada los ojos de los más pequeños estaban también delante de videojuegos, esta vez lo hacían por una buena causa: la de aprender a controlar las tecnologías de la forma más pedagógica posible, al tener la oportunidad de participar en talleres de programación y robótica educativa con distintas herramientas y plataformas.

No en vano, se trata de un evento para toda la familia. Un espacio de encuentro para el conocimiento, la tecnología y la diversión, donde los txikis, en compañía de sus padres, pueden descubrir las posibilidades de las tecnologías educativas, haciendo sus programas y misiones con sus robots personalizados.

De esta forma, el programa ideado para la jornada de ayer estaba pensado para niños de todas las edades a los que iba dirigido: desde los 4 a los 17 años. Si bien, los que eran menores de 12 años tenían que ir acompañados por un adulto.

Por esta razón, el evento en el museo Artium estaba dividido en tres zonas diferenciadas: la de los talleres, la del torneo Minecraft (un videojuego sobre cómo colocar bloques y completar aventuras) y la de demostraciones para ver lo más novedoso que hay ahora mismo en el ámbito tecnológico educativo.

De esta manera, y por sexto año consecutivo, a través de estos circuitos tecnológicos se pudo volver a ver en directo este proyecto educativo que aúna la educación, la tecnología y la creatividad. Así, en el taller Happy-Plant (a partir de 11 años) mediante la placa Micro:bit se pudo aprender a programar para controlar cuando se tiene que regar una maceta mediante un sensor que mide la humedad de la tierra y también a dibujar en la pantalla de Led, un emoticono de cara triste, en caso de que la planta necesite agua, o de cara alegre, si ya tiene suficiente.

El segundo taller, llamado Girls&Tech (a partir de 9 años), se había propuesto destacar que la tecnología también es cosa de chicas, con el fin de acercarle a ese tipo de estudios, en el que todavía predominan las matrículas de estudiantes con rostro masculino. En esta sesión, en concreto, se enseñó lo que ofrece el mundo digital aprendiendo a programar grandes efectos de luces y colores.

Otra zona especial era la del txoko de Minecraft (de 8 a 12 años), en el que en diferentes turnos y durante intervalos de aproximadamente 30 minutos, se realizó un torneo de habilidad creando construcciones basadas en este videojuego. Era el torneo BattleBuilding, en el que al final los propios jugadores votaron para decidir qué construcción les gustaba más. El vencedor, con la puntuación más alta, se llevó una camiseta.

Especial éxito tuvo también la Txokodemos o zona de acceso libre para aprender diferentes tecnologías, dirigida desde cuatro años en adelante con actividades de todo tipo: como las que enseñaban a diseñar y a imprimir en 3D o las curiosas gafas de realidad virtual, que tanto se han visto en los congresos sobbre últimas tecnologías, y que enseñaban cómo se puede ver en esa otra realidad virtual, para sorpresa de los que tuvieron la suerte de podérselas poner.

Curioso también era el robot humanoide Alpha1 o la actividad que enseñaba a controlar un robot a través del teléfono móvil del participante. Entrañable fue ver cómo los más peques de la casa daban sus primeros pasos con robots, en el espacio Kids, y divertido el partido de fútbol disputado con los azules Dash.