Vitoria - Llega el uno de agosto y muchos ciudadanos cogen su maleta para lanzarse a la carretera. Afortunados que dicen adiós a sus trabajos y hola a sus vacaciones se dejan caer por Gasteiz en estos días. Paseando por las calles del centro de la ciudad no son pocos los mapas y cámaras de fotos que se ven. Lugares como la plaza de España, la Virgen Blanca o la escultura vegetal con el ya tan característico Vitoria-Gasteiz, son los favoritos de los turistas que los recorren de arriba abajo. Pero la palma se la lleva el Casco Viejo. Este barrio es el más concurrido por los visitantes que admiran su arquitectura y su historia. Sin olvidarse de la estrella del lugar, la Catedral Santa María. “Quería ver en especial la Catedral vieja, sobre todo porque la están restaurando”, asegura Gonzalo Rivera que se ha acercado a pasar el día desde Bilbao.

Y es que la mayoría para en la ciudad con las horas contadas, de paso en una ruta más amplia por el norte o de camino a algún otro lugar. Es el caso de Juan Manuel Rodríguez y Piedad Tolosa, que recorren durante diez días el norte del país. Empezaron en Barcelona, donde residen, y ya han visitado Zaragoza y Pamplona antes de llegar a Vitoria. Confiesan que “Vitoria nos gusta más que Pamplona”. En especial por su gastronomía. “La comida es casi siempre es lo que más nos interesa”, bromean. Mientras disfrutan de los pintxos les sorprende que en los bares se esté de pie y se peregrine de barra en barra. “La gente se mueve mucho, no se sientan”, a diferencia de en Barcelona. Pero no se quedan sólo con lo gastronómico, también aprecian “la arquitectura, lo antiguo, siempre vamos a los cascos históricos de las ciudades”.

También desde Barcelona, Carme Roselló y Sergio Arjó hacen parada en Vitoria. La última de un periplo que les ha llevado ya por Pamplona y Logroño. Ambos reconocen que “nos está sorprendiendo bastante está ciudad, es muy bonita”. A esta pareja, que volverá “seguro” en el futuro, le gusta “ir sin rumbo y dejarse sorprender”, y en el cumplimiento de esta misión han advertido que las edificaciones aquí son muy distintas de las de su ciudad. Es muy probable que, antes de volver a la carretera, estos barceloneses disfruten de algún que otro pintxo pues les encanta que “puedas comerlos en todas partes”.

Asimismo, otros enamorados de esos pequeños tentempiés que plagan las barras de los bares vitorianos son Manuel Gutiérrez y Cristina Sánchez,de Talavera de la Reina. Volviendo desde Bilbao a su casa han decidido hacer un alto en el camino y visitar Gasteiz. Cristina ya había estado hace dos años y recuerda que “como era la primera vez que venía al País Vasco, me gusto mucho el ambiente”. Asimismo, destaca que “me encantó la Catedral vieja por su aparición en el libro de Ken Follett, Los pilares de la tierra”.

También de Castilla La Mancha pero de un poco más abajo, de Albacete vienen Raúl Delgado y María Isabel García. Llegan por primera vez a la capital alavesa, pero anuncian que volverán porque les gusta lo que han encontrado. Acabaron aquí por una recomendación: “nos habían dicho que era una ciudad bonita y muy verde, además huimos del calor”. Motivos suficientes, para elegir Vitoria como destino de sus vacaciones familiares.

La nota internacional la ponen Francis Rousseau y Regine Thureau. Franceses residentes en Le Mans, ciudad famosa por su carrera automovilística de 24 horas que reúne a pilotos y equipos nacionales e internacionales. Pero este matrimonio no ha venido precisamente a bordo de un deportivo. El vehículo escogido ha sido un caravana que han dejado aparcada a las afueras de la ciudad. En ella recorren el País Vasco pues le parece que “la región vasca es muy limpia y muy bonita”. Bilbao y Gorliz fueron los destinos anteriores. También visitaron Gernika, de la cual destacan la calidad de unos baños públicos que no encuentran en Vitoria. “¿Dónde hay baños públicos por el centro?”, se preguntan mirando a su alrededor. Pero ello no les frena a la hora de hacer turismo por la zona, la cual les está encantando porque “nos gusta ver la arquitectura y la historia de los sitios y Vitoria en eso es muy rica”. En cuanto recorran cada rincón de está ciudad trasladarán su campamento a Salinas de Añana, dónde podrán disfrutar del famoso Valle Salado y llevarse un poquito de su célebre sal gourmet. Pero no son estos los únicos puntos marcados en su itinerario. En cuanto dejen atrás el territorio alavés pondrán rumbo a Donostia.

En definitiva, ya sea como destino, de paso o como parada en una ruta por la zona, Vitoria vive el turismo con visitantes que saben apreciar el valor arquitectónico e histórico de la ciudad, su faceta más verde, la gastronómica y su ambiente. Un lugar que sorprende a quien lo visita, lo cual se refleja en que cada vez son más los que se dejan caer por sus calles. Por ejemplo, el año pasado las entradas de turistas aumentaron un 6,6 % con respecto al anterior. Tras el verano, veremos si Gasteiz continua siendo un destino turístico al alza.