araia - Cuando las calles del barrio Andra Mari de Araia eran un hervidero de gente, en el kiosco central un nutrido pelotón de expertos -entre ellos el tres estrellas Michelin Benjamín Urdiain- cataba los 24 que se presentaron al concurso. Ayer fueron diez de Álava, ocho de Gipuzkoa y seis de Navarra, todos ellos pastores con rebaño propio de oveja latxa o carranzana. Entre los miembros del jurado, Carmen de Vega, habitual en este tipo de certámenes, estudiosa del queso y profesora de Farmacia de la UPV, y Fermín Leizaola, presidente de Etnología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, entre otros. Este año, y tras el éxito cosechado en pasadas ediciones con el Rioja Alavesa, se invitó a la bodega Lagar de Santiago de Baños de Ebro para, como señalaron desde la organización, reforzar el valor del maridaje de dos productos de primera calidad.

El tercer premio recayó en la quesería Zabaleta, de Munain, el segundo fue a parar a la quesería alavesa La Leze, de Ilarduia, y el ganador del certamen fue Mauxika, de la localidad guipuzcoana de Elgoibar. Su representante en el podium, Rosa Mari, reconoció estar “muy contenta y emocionada” por haber conseguido el premio. “El ganar siempre gusta”, aseguró. “Estuvimos en duda entre dos y finalmente el que elegimos ha sido el que nos ha dado la victoria”, señalaba.

En cuanto al vencedor del premio local, la quesería La Leze se impuso al resto, al igual que el pasado año. Entre el primero y el tercer premio hubo apenas un puñado de puntos de diferencia, lo que deja claro el buen hacer de los pastores y pastoras. Los tres primeros clasificados obtuvieron premios en metálico de 300, 200 y 100 euros, además de un trofeo.

Los expertos encargados de determinar cuáles eran los mejores quesos de oveja lo tuvieron verdaderamente difícil. Tanto, que las diferencias entre los primeros clasificados fueron mínimas. En ediciones anteriores se permitía además de los quesos naturales los ahumados, sin embargo ahora sólo pueden tomar parte en el concurso los naturales, “para que haya igualdad de condiciones”, según Auzolan Elkartea.

“altísimo nivel” Las piezas presentadas al concurso estaban elaborados en los meses de marzo y abril para garantizar cuatro meses de maduración y, además, los pastores debían pertenecer al Artzai Gazta. El jurado valoró características como la corteza, el color, los ojos, la textura, la pasta, el olor, el sabor o el regusto de quesos blancos mimados por sus elaboradores. Así, los miembros del jurado calificaron como “altísimo” el nivel de los quesos participantes y de una “perfección gustativa extraordinaria”.

Además, quisieron alabar la labor que realizan los pastores, especialmente los alaveses, que como este año deben hacer frente a multitud de problemas. Y destacaron que en esta edición no ha habido “ningún queso defectuoso” y que se han diferenciado por “pequeñeces”. Los jurados reconocieron haberlo tenido realmente difícil. - E.S.P.