Decía Carl Jung, uno de los padres de la psicología profunda, que la vida empieza a los 40 años porque hasta ese momento, solo se está investigando. El Departamento de Bienestar y Reto Demográfico del Gobierno Vasco, a través del nuevo servicio público Altxor, dirigido a las personas que se jubilan, ahonda en esta idea, solo que sumando 20 años más, ya que desde el pasado septiembre puso en marcha en los tres territorios estas oficinas de información y orientación para personas de más de 60 años con el fin de promover su autonomía, desarrollo personal y participación activa. Este viernes tendrá lugar su presentación oficial.
La de Álava, que cuenta con el respaldo de Arabadendak, está en el centro comercial Aretxabaleta Plaza, del barrio de Goikolarra de Vitoria (Iruraiz-Gauna, s/n. Local 4) y por ella, como explican Natalia Fuente y Eider Badiola, sus técnicos de información y orientación, ya han pasado 13 personas, la mayoría residentes en la capital, que quieren seguir en movimiento, con curiosidad, propósito y ganas de aportar. Y su perfil es de lo más variado, porque las hay procedentes del sector hostelero, sanitario, banca...
Con ilusión
"Vivimos más, pero ahora necesitamos herramientas para vivir mejor y con propósito. En Altxor lo que pretendemos es ayudar a transformar el tiempo en valor. No hablamos del final de vida, sino de nuevos comienzos”
Y aunque la edad media ronda los 60 años, también se ha acercado un “fabuloso” señor de 85 años tan bien llevados que no se lo creían cuando le vieron. “El envejecimiento no es una pérdida. Es una oportunidad, lo que queremos es centrar y potenciar la autonomía, el desarrollo personal y la participación activa en la sociedad, que es un espacio para imaginar el futuro con ilusión. Vivimos más, pero ahora necesitamos herramientas para vivir mejor y con propósito. En Altxor lo que pretendemos es ayudar a transformar el tiempo en valor. No hablamos del final de vida, sino de nuevos comienzos”, remarcan.
Por tanto, estas tres nuevas oficinas en Euskadi, que cuentan con el apoyo de Ayuntamientos, redes locales y financiación europea, van dirigidas tanto a quienes acaban de retirarse de la vida laboral, como los que cuidan a otras personas, quienes quieren seguir aportando, planificando el futuro y, en definitiva, que saben que quieren más porque en Altxor no importan los años, sino las ganas de seguir haciendo. Por eso, intenta dar forma a proyectos de vida senior “porque vivimos más años (la esperanza de vida media en Euskadi está en los 83 años), pero también mejor, y que hacerse mayor no es dejar de hacer. Es hacer las cosas de otra manera. Es cambiar. Es reinventarse”, insisten.
De ahí que el nombre elegido sea Altxor, que significa tesoro, en clara alusión a esa perla que cultivamos de conocimiento y experiencia a lo largo de los años. El legado de toda una vida que posee un valor incalculable.
“Al pasar por varias etapas, ahora ya te conoces más y tu entorno. Es una voz que tiene más peso. No tenemos que infravalorarla”, añaden. Por tanto, lo que se pretende en Altxor es dar una nueva perspectiva a la jubilación. “Hoy en día pasamos los primeros 24 años formándonos, 41 trabajando y llegamos a los 65-67 años, a la edad de jubilación, y probablemente, nos queden unos 30 más, teniendo en cuenta la esperanza de vida que tenemos actualmente”, matizan.
El proceso
¿Pero cómo lo hacen? Una vez que acuden a su local, “lo primero es contarles en qué consiste el proyecto y hacerles que se sientan a gusto. Por eso, se trata de crear un entorno íntimo, seguro para ellos y ellas”.
Y luego, se empieza, a través de una entrevista personal, “a que cuenten su situación, qué les ha hecho venir hasta aquí, cómo nos han conocido (por el boca-oreja o porque han pasado por aquí...), o qué preferencias tienen”.
Todo ello sin prisas para ofrecer “un espacio de diálogo, sin un tiempo concreto, para que se sientan bien arropadas y escuchadas”.
Para poder realizar la orientación, también se les facilita información para que puedan saber cómo llevar a cabo ese proyecto de vida “y uno de los servicios que ofrece es la promoción de iniciativas colectivas, grupos o iniciativas sociales, que las propias personas impulsan, con un impacto social”, precisan.
ECOSISTEMA DIGITAL
Además de las oficinas presenciales, Altxor ofrece una digital (altxor.eus). Una vez que se dan de alta, se encuentran con una comunidad, “que llamamos ecosistema, porque es un lugar con un montón de opciones y posibilidades: para hablar con personas registradas, entablando conversaciones de uno en uno o con más personas o con los técnicos de las oficinas, y puedes exponer directamente tus proyectos”. Así, se facilita ese espacio, para diálogo virtual, o para subir contenidos, como noticias o eventos.
‘Ecohousing’
Una vez aclarado qué es lo que quieren, se les ofrece asesoramiento y acompañamiento para lo que desean hacer. Y ese camino que eligen es también de lo “más variopinto” a la hora de tener una jubilación activa, ya que depende de sus preferencias.
“Por ejemplo, una de las cosas que más nos han chocado gratamente, son las personas que quieren irse a vivir al campo, pero en ecohousing. No tienen por qué compartirlo con gente de su generación. Son personas que están solas y lo que quieren es envejecer con esa familia elegida en comunidad y que puedan compartir tu trozo de terreno para hacer un huerto, una cocina para poder desayunos, comidas o cenas en familia, y que puedan tener también sus espacios”, ejemplifican.
Así que les ayudan a crear una cooperativa con unas bases que tienen que establecer, facilitando información específica. “Para ello, han venido dos personas, casualmente, y que no se conocían. Son bastante compatibles y les estamos dando los medios”, detallan.
Ir probando
También han acudido otras personas que desean asistir a diferentes jornadas o charlas en la ciudad, que organizan diferentes asociaciones o entidades, y otras que han pedido ayudar en alguna asociación.
Pero Altxor podría también echar una mano al que diga que le gusta tanto bailar como ir al monte…. “Esto es como estudiar una carrera. Lo mejor es que prueben. Es un camino que se inicia y puedes ir descubriendo porque también puedes venir con esa idea y al final, lo que te gusta es cantar en coros. Lo que pasa es que eso, cuando lo dicen con 20 años, se ve normal”, apuntan.