Oion - Oion finalizará hoy sábado la programación en honor a San Prudencio con una gran fiesta dedicada al deporte rural vasco y varias degustaciones, una de ellas de carácter solidario a base de aceite, vino y chocolate. Pero la gran degustación fue la caracolada tradicional, que se viene repartiendo en Oion desde hace 36 años, y que ayer, desde primeras horas de la mañana reunió a muchas personas alrededor de las vallas que protegían el trabajo de los cocineros en la plaza de San Bizente para entretenerse viendo los tejemanejes en la preparación de la enorme fogata que se tuvo que hacer para poder guisar de una forma natural los gasterópodos. Y de paso, estas personas cogían la vez en la fila que, a las dos de la tarde, atravesaba las dos plazas donde se concentraba la fiesta.
El guiso de caracoles se prepara en una enorme olla capaz de soportar 400 kilos de moluscos y salsa. En sus inicios era una cuadrilla, compuesta por alrededor de 40 personas, quien se dedicaba a buscar caracoles porque mientras que en otras zonas de Álava se celebraba San Prudencio, en Oion no. Era fiesta en Álava, pero la gente aprovechaba para bajar a Logroño al cine o de compras.
Pero la cuadrilla tenía el empeño en consolidar la tradición y para ello se esmeraron y prepararon los caracoles que habían recogidos y salieron como unas 40 raciones, degustación que se completó con un espectáculo de deporte. A los actos se sumó el Ayuntamiento, que buscó una txaranga para amenizar aquello, “porque veían que se les desbordaba”. Todo salió muy bien, así que al año siguiente la cuadrilla llegó a un acuerdo para que el Ayuntamiento pagara los ingredientes y los promotores de la idea se comprometían a elaborarlos. Y así aquel segundo año se usaron 40 kilos, que fueron aumentando con el paso del tiempo, hasta los 120 actuales, aunque cuando ha coincidido con domingo han llegado a usar hasta 150 kilos de caracoles. - Pablo José Pérez / Foto: P.J.P.