vitoria - 12,93 millones de kilos de residuos orgánicos generados en los pueblos alaveses terminaron mezclados en el año 2015 con la fracción resto, esos materiales que no pueden recogerse de forma selectiva y, que por tanto, deberían depositarse en exclusiva en el contenedor gris. Casi 13.000 toneladas de restos de comida cocinada o sin cocinar y de poda y jardinería que podrían haber sido separadas para su posterior reciclaje y valoración, el 52,5% de todos los desperdicios que se tiraron como fracción resto. Claro que, todavía hoy, los vecinos de la zona rural del territorio no lo tienen nada fácil para reciclar la materia orgánica que generan, salvo en algunos núcleos de las cuadrillas de Ayala y la Llanada o en otros pueblos como Aramaio y Samaniego, a los que poco a poco ha ido llegando el quinto contenedor o pequeñas iniciativas de compostaje, comunitario o doméstico. En Gasteiz, según los datos del Ayuntamiento, hay dispersos ya 527 contenedores de color marrón para depositar los residuos orgánicos.
Tras realizar un análisis compartido con cuadrillas y ayuntamientos, del que se desprenden estas muy mejorables cifras, la Diputación promoverá de la mano de los pueblos la extensión de la recogida selectiva por todo el territorio, mediante diferentes soluciones en función de las preferencias de cada cual. Las alternativas ya están seleccionadas y entre ellas destacan la apuesta mayoritaria por el quinto contenedor y por el compostaje, especialmente el doméstico. A juicio del diputado foral de Medio Ambiente, Josean Galera, el territorio se encuentra ante “una magnifica oportunidad” para dar un vuelco a esos registros.
Por de pronto, el ente foral invertirá un millón de euros en los próximos años para la implantación de las distintas soluciones elegidas, que se destinarán a la compra de contenedores, cubos, aireadores, compostadores, bolsas o equipos informáticos. También se llevarán a cabo distintas campañas de sensibilización de la mano de los municipios. Un plan para el que el ente foral prefiere no establecer un límite temporal concreto y que, según Galera, nace desde el “absoluto consenso”. “Es una asignatura pendiente que esperamos comenzar a corregir en los próximos meses”, prometió, acompañado por la directora foral de Medio Ambiente, Amaia Barredo. Aunque no aportó cifras concretas, Galera avanzó que la expansión de la recogida selectiva de materia orgánica derivará en un “muy notable” ahorro económico -por ejemplo en el transporte de los residuos o en su gestión- y medioambiental, gracias al posterior empleo del compost.
Yendo más a lo concreto, en Añana se apostará por extender el compostaje doméstico en las viviendas de baja densidad, por los grandes contenedores fijos para poda y por el quinto contenedor para recogida de materia orgánica para las viviendas de alta densidad. En Ayala, donde Amurrio ya cuenta con quinto contenedor, se apostará por esta vía para cubrir las viviendas de alta densidad, mientras que en los pequeños núcleos rurales se ayudará a extender el compostaje doméstico y, en su caso, comunitario a demanda.
De nuevo el compostaje, tanto doméstico como comunitario, es la alternativa seleccionada para Campezo, mientras que en la Llanada se apostará por una combinación de quinto contenedor, recogida neumática y compostaje doméstico y comunitario. El contenedor marrón y el compostaje comunitario también son las alternativas elegidas en Rioja Alavesa, soluciones que en el caso de Gorbeialdea, y en función del municipio, se sumarán también al compostaje doméstico en las viviendas de baja densidad. El sistema puerta a puerta se limitará exclusivamente a la recogida de residuos de grandes generadores como supermercados, tiendas de alimentación, comedores escolares, campings o plataformas logísticas de las cuadrillas de Ayala, la Llanada y Añana.
Según las previsiones de la Diputación, casi el 48% de las viviendas habitadas en la zona rural emplearán en un futuro el contenedor marrón como alternativa para depositar su materia orgánica, restos de comida sin cocinar en el 78% de los casos. La segunda solución será el compostaje doméstico (32,1%), fiel reflejo de la dispersión de la zona rural alavesa, seguida por el comunitario (14%).
Situación actual. La recogida de materia orgánica en Álava se limita a Gasteiz, a experiencias puntuales en Ayala y Llanada Alavesa o a localidades como Aramaio y Samaniego.
Objetivo. El plan pretende implantar la valorización de la fracción orgánica en todos los núcleos rurales. La inversión foral será de un millón de euros.
El diputado foral de Medio Ambiente enfatizó ayer que Álava se encuentra ante una “magnífica oportunidad”.
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Millones de kilos de materia orgánica fueron depositados en 2015 en la zona rural junto a la fracción resto, un 52,5% de los desperdicios recogidos en el contenedor gris.