¿Qué expectativas tienen en cuanto a participación en los días de fiesta en Oion?
-Esperamos que sea mejor que el año pasado. Además todo apunta a que hará muy buen día, no como el año pasado que estuvo lloviendo. Creo que el día contribuirá al éxito.
Durante estos dos días hay una importante presencia de la hostelería local.
-Así es. Son dos días porque el año pasado se hizo todo en un día y vimos que eran muchas cosas en poco tiempo. Por eso este año hemos decidido que sean dos para que quien no pueda venir el sábado lo haga el domingo.
Oion es un enclave importante para el aceite, porque aquí hay dos trujales.
-De los tres pueblos que tiene trujal, Oion cuenta con dos. El cooperativo, que es de la gente, de los socios de Oion y de algún pueblo más, y luego está el Trujal Almazara, que es privado y en el que están gente de Logroño y de otros lugares.
¿La vocación olivarera de Oion queda refrendada con la recuperación de los terrenos del vertedero, convertidos hoy en olivar?
-Aquello fue una iniciativa de Fernando Martínez Bujanda, que ha estado muy implicado en el tema del aceite en la comarca. Gracias a su proyecto, al clausurarse el vertedero se aprovechó el terreno para plantar olivos con la asociación Oleum.
Usted cuenta con prestigio como chef, ¿el aceite de oliva lo aconseja para cocinar o para comer crudo?
-Personalmente me gusta más crudo que para cocinar. Creo que al cocinar pierde algo los sabores, la frescura y los aromas que se pueden sacar de este precioso líquido.
¿La ‘pringada’ es su mejor manifestación?
-¡Ya lo creo! Se le pueden poner muchas cosas: sal, azúcar, jamón o hasta chocolate. En cuanto al ajo, como tiene mucha fuerzas creo que le quita mucho sabor al aceite.
¿Cómo ven el aceite de oliva en Oion, como un valor en sí mismo o como un complemento?
-Creo que es un complemento, porque en nuestro pueblo no vive nadie del aceite solamente, excepto el Trujal Almazara, que es privado. Para todos los demás es un complemento, porque aquí nadie vive sólo del aceite de Oliva.