elciego - Lo anunció públicamente en la entrega de los premios Best Of, celebrada recientemente en la bodega Luis Cañas, y explicó que sólo era uno de los muchos proyectos que se están llevando a cabo en Bodegas Valdelana, en Elciego. Juan Jesús Valdelana es un tornado en cuanto a creatividad e innovación y tiene abiertos numerosos frentes con proyectos ambiciosos. No obstante, éste es una de las iniciativas en las que está poniendo pasión, tiempo e inversiones. No en vano, esta empresa lleva años trabajando con técnicos de Israel. Con ellos no sólo forjaron una buena amistad, sino que fruto de esa relación podrán hincar en Elciego a partir de este invierno plantas de la variedad de uvas con las que se elaboraron los vinos de lances bíblicos tan conocidos como las bodas de Canaán. Aparte, también se trabaja en otra variedad de bayas de las que salió el vino de la última cena.

Juan Jesús Valdelana relata que hablando con aquellas personas se enteró de que estaban trabajando en la recuperación de las variedades con las que, según documentos, Jesucristo hizo su primer milagro al convertir el agua en vino en las llamadas bodas de Canaán. Estudios científicos aseveran que ese vino fue la variedad más próxima al que hoy se llama syrah. Este invierno pasado “estuvimos con estos técnicos israelíes, que previamente habían cogido tierra de una de nuestras fincas y la habían llevado a su país para analizar. Esa variedad la injertamos sobre un portainjertos y durante el invierno pasado hemos estado, mi familia y yo, allí, en Galilea”. El bodeguero confirma que “hemos recuperado esa variedad en Canaán y hemos patentado la marca Las bodas de Canaán. Hemos estado en la ermita donde se desarrolló el milagro y ahora mismo las plantas están invernando en Viveros Provedo (Logroño). Este invierno las plantaremos. Con lo cual, la gente que acceda a esa hectárea experimental podrá consumir el vino más próximo al que se bebió en las bodas de Canaán. El que fue el primer milagro de Jesucristo”.

Vino convertido en sangre Ésa fue la primera parte del proyecto en el que está trabajando el bodeguero de Elciego. Luego “nos surgió otra idea y es que en la Biblia está escrito que el último milagro que hizo Jesucristo fue convertir su sangre en vino. Es decir, que tanto el primero como el último están reflejados en los textos sagrados y fueron convertir tanto el agua en vino como su sangre en vino”.

El problema, sin embargo, es que esa variedad de uvas y de vino se desconocía, porque cuando llegaron los musulmanes arrasaron todo el viñedo de Jerusalén “pensando que eso era algo diabólico porque les volvía locos, les enloquecía (...). Evidentemente era por el alcohol, por la borrachera. Por eso decidieron exterminar los viñedos”, explica este bodeguero tan singular.

Pero hace unos cinco o seis años, en una vasija de cerámica aparecieron unas semillas y se dedujo que ése era el clon con el que se hizo el vino de la última cena. Los técnicos israelitas lo han aislado y le han puesto el nombre de maa verick. Se trata de una variedad blanca. Así como en las bodas el vino era tinto, en la última cena era una variedad blanca.

El bodeguero desvela que “ya llevan cuatro años trabajando con ello. Lo tienen en un convento aislado, porque eso debe estar herméticamente cerrado para que no se estropee, pero por mediación de instituciones y técnicos hemos conseguido que nos admitan este invierno y que podamos ir a ese convento y traer unos injertos de esa variedad. Una vez que estén aquí los plantaremos en otra finca, en otra hectárea experimental, para que la gente pueda consumir el vino del primer y último milagro de Jesucristo”.

Como aportación documental, Juan Jesús Valdelana añade que “hemos estado grabando todo, tanto donde se hizo el primer evento como donde se hizo el último acto. Las plantas del primero las hincaremos este invierno y las segundas al invierno del año que viene y también los grabaremos en vídeo”.

Valdelana reconoce que “el mundo el vino es algo pasional, algo que debe ser contado y compartido y nosotros queremos que se hable de Elciego, de Rioja Alavesa. Por eso esas variedades sólo van a estar aquí, después de muchos permisos y gestiones realizadas a nivel internacional y nacional”. Pero la idea es que esas plantas se conviertan en embajadoras de Valdelana, Elciego y Rioja Alavesa. “A las personas que compren una botella de maa verik les vamos a regalar un injerto para que posteriormente vayan a su tierra, lo planten y a los tres o cuatro años puedan consumir un vino de la misma variedad del que bebió Jesucristo en la última cena. Lo que queremos es que cuando una persona llegue a una tierra, a una parcela o a un jardín y vea esa cepa, los propietarios digan que lo han conseguido en Valdelana, en Rioja Alavesa” y expliquen que fue “el bodeguero quien se ha preocupado de ir allí, a Galilea, traer ese clon y posteriormente llevarlo a Elciego”.

El primero de estos proyectos se plantará este invierno. Se tendrá que esperar tres años a que las plantas produzcan el 50% de su potencialidad -al cuarto año ya dará el cien por cien-. Es decir, la primera cosecha dará unas 3.000 botellas y al cuarto unas 6.000.

En cuanto al proyecto maa verik, se está iniciando. “Iremos a Israel este invierno, cogeremos los injertos, plantaremos en el invierno de 2017 y luego a esperar otros tres años”. También resultará llamativo que ese vino quedará amparado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja. Juan Jesús Valdelana explica que “el Consejo Regulador permite una hectárea por viticultor o bodega como viñedo experimental. En Bodegas Valdelana todos los miembros de la familia tenemos explotaciones vitivinícolas: tiene mi padre, tengo yo, tiene mi hija Judith, las tiene Juan, que es mi hijo y también tiene la Sociedad Limitada. Como el Consejo Regulador permite una hectárea por viticultor no tenemos ningún problema”.