vitoria - La reforma de la residencia San Prudencio de Gasteiz para ampliar el parque público de plazas psicogeriátricas estará dividida en siete fases, se extenderá durante un plazo mínimo de 50 meses y otro máximo de 58 -entre cuatro y cinco años, a partir de 2017- para no mermar sus prestaciones y tendrá un coste estimado de 4,25 millones de euros. Son sólo algunas de las cifras que recoge el informe del servicio foral de Arquitectura que avala la viabilidad técnica y normativa de este proyecto, un documento al que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA y que aporta numerosos detalles sobre la intervención que se llevará a cabo, pese a tratarse de un estudio previo.

A grandes rasgos, las plantas primera y segunda del céntrico geriátrico, actualmente infrautilizadas, serán remodeladas en su totalidad para crear 60 nuevas plazas residenciales, tal y como ya avanzó el pasado lunes 10 en el Pleno de Política General el diputado general de Álava, Ramiro González. El informe, sin embargo, detalla que en función del uso individual o doble que se dé a las habitaciones de mayor superficie que se habiliten, la capacidad residencial de ambas plantas podrá alcanzar los 70 usuarios, personas mayores con un alto grado de dependencia.

Para llegar a esa cifra, más ambiciosa que la prevista inicialmente, los arquitectos proponen liberar todos los espacios ahora destinados a otros usos para incorporarlos a la residencia, tanto las oficinas sindicales de los trabajadores municipales como los vestuarios del personal propio de la residencia y del de limpieza. Las primeras, según sugiere el estudio, serían “desplazadas” fuera de la residencia. Y en cuanto a los vestuarios, los arquitectos plantean la construcción de un nuevo edificio en semisótano, en una zona próxima a la fachada principal de la residencia, para que dispongan de una conexión “fácil” con el edificio tanto desde su acceso exterior como desde el interior, a través de la planta de semisótano ya existente. Se ubicarían, en concreto, bajo la zona ajardinada situada frente al edificio.

La creación de un nuevo núcleo de circulación vertical dotado de escaleras y un ascensor montacargas, una intervención necesaria para el buen funcionamiento de la residencia ampliada y cumplir las condiciones de evacuación en caso de incendio, es otra de las líneas principales de partida que establece el informe arquitectónico. Se trataría de un volumen “traslúcido y exento”, que se construiría en el exterior del edificio para evitar “interferencias y disfuncionalidades” durante su construcción, probablemente en la fachada posterior del edificio colindante al geriátrico.

Y en cuanto a la redistribución de las plantas, los arquitectos plantean ocupar con habitaciones individuales y dobles, con otros servicios auxiliares y despachos la “totalidad” de las dos alas -la general, que mira a la calle Francia, y la llamada capilla, paralela a Colegio San Prudencio- previamente liberadas de las plantas primera y segunda del geriátrico. La distribución del ala general será idéntica en las dos plantas, donde se habilitarán diez habitaciones dobles y 15 individuales, mientras que el ala capilla se redistribuiría “integralmente”, con distintos despachos, aseos o salas polivalentes. En la primera planta se habilitarían cuatro habitaciones más para su uso individual o doble, y en la segunda se incorporarían seis más.

La remodelación arrancará en una primera fase con la construcción del nuevo edificio exterior de vestuarios y el desmantelamiento de las oficinas sindicales, que permitirá desalojar la totalidad de las plantas primera y segunda. A estos trabajos, que tendrán una duración estimada de entre seis y ocho meses, seguirán las demoliciones interiores, la construcción del núcleo de circulación vertical y la reforma interior de las plantas.

El proyecto. Las plantas primera y segunda de la residencia San Prudencio, ahora infrautilizadas, serán remodeladas íntegramente para crear un máximo de 70 nuevas plazas residenciales. Para llegar a esta cifra, se ocupará la “totalidad” de las dos alas de ambas plantas previamente vaciadas, donde actualmente se emplazan las oficinas sindicales de los trabajadores municipales y los vestuarios del personal propio de la residencia y del de limpieza.

Obras auxiliares. Mientras que los despachos sindicales serán “desplazados”, los arquitectos apuestan por construir un nuevo edificio de vestuarios en semisótano frente a la fachada principal del edificio, en concreto bajo la zona ajardinada. Aparte, se construirá un nuevo núcleo de circulación vertical en el exterior del edificio para evitar “interferencias y disfuncionalidades” en el resto de plantas en uso. Probablemente se ubicará en la fachada posterior del edificio colindante al geriátrico.

Siete fases. El estudio divide el trabajo para “facilitar el uso continuo del edificio” y permitir una distribución más “equilibrada” de las asignaciones presupuestarias. Por este orden, se construirán los nuevos vestuarios, se llevarán a cabo las demoliciones interiores, se habilitarán el núcleo de circulación vertical y la conexión con las plantas del edificio, se reformarán las plantas -ala general de la segunda, ala general de la primera y ala ‘capilla’ de ambas- y se ejecutarán las obras de urbanización, jardinería y accesos definitivos.

50

Meses. Es el plazo mínimo de duración de las obras de reforma que estiman los arquitectos forales, sumando las siete fases del proyecto. Algo más de cuatro años. El plazo máximo queda fijado en 58 meses -casi cinco años-.