Barrón fue la localidad elegida por los representantes de la Plataforma no al embalse Barrón-Añana para celebrar una reunión con la Diputación y con la empresa pública que ha realizado el diseño del regadío de Valles Alaveses para dialogar sobre ese proyecto. Por parte de la institución provincial acudió el diputado de Agricultura, Eduardo Aguinaco, que estuvo acompañado por el director del ramo y por dos técnicos de Regadíos. No faltaron representantes de la empresa pública Aquaes. Por parte de la plataforma estuvieron varios vecinos de Guinea, Barrón y Atiega, así como portavoces del ámbito ecologista y de la Comunidad de Regantes. El encuentro derivaba del deseo de la asamblea vecinal celebrada en Espejo en enero de este año, antes incluso de la constitución de la citada plataforma. En cualquier caso, según ha podido conocer este diario, la reunión, por consenso de las partes, se celebró con carácter abierto para dar cabida a todas las inquietudes vecinales.
Las primeras explicaciones que se pidieron fueron las relacionadas con el estado del proyecto y el proceso que se ha seguido desde que en el bienio 1997-1999 se elaborase el anteproyecto del regadío. También se pidieron datos sobre las modificaciones que se han realizado en el plan para ir adaptándolo a las necesidades.
No faltaron preguntas sobre las modificaciones legislativas referidas, especialmente, a la calidad medioambiental. Para apoyar las explicaciones, los técnicos forales llevaron los planos para ir marcando los cambios realizados, así como para definir el ámbito de la actuación. Y en ese sentido se dejó claro que el embalse de Barrón era uno de los que estaban desde el principio.
Además, se recordó que el 4 de mayo de 1999 se sometió a información pública el Estudio de Impacto Ambiental de la construcción de balsas de acumulación en los términos municipales de Kuartango, Lantarón, Ribera Alta y Valdegovía. Estos vasos se contemplaban dentro del Plan General de Transformación en Regadío de la zona de Valles Alaveses, donde ya aparecía la balsa de Barrón con una capacidad de 4.320.700 metros cúbicos. Además contemplaba que la superficie potencialmente regable ascendía a 11.525,50 hectáreas, estructurándose en ocho unidades de actuación en Armiñón, Kuartango, Iruña Oka, Lantarón, Ribera Alta, Ribera Baja y Valdegovía.
En el coloquio los técnicos defendieron que se había tenido un especial mimo ambiental y que el proyecto había pasado todos los requisitos en ese sentido. De hecho, en estos momentos sólo resta la publicación por parte del Ministerio de Agricultura de la Declaración de Impacto Ambiental, que es -si cabe el caso- donde se podrían recoger medidas correctoras.
Este tema despertó interés, ya que en la zona de Atiega nidifica una pareja de águilas reales y se planteó el problema del riesgo que suponen las obras para ellas. Aguinaco recordó que cuando se realizó el túnel entre Pobes y Kuartango ya se tenía localizada a una pareja de las citadas rapaces. Y mientras duró el proceso de cría las obras estuvieron paradas para no asustar a las aves. El sistema funcionó y las águilas siguen nidificando en el lugar.
En cuanto al embalse de Barrón los representantes forales defendieron su necesidad “porque representa el futuro”. Si se quiere desarrollar una actividad agraria, que no sea exclusivamente de cereal, se precisa de agua. Ésta debe provenir de los río Baias, Tumecillo y Omecillo y debe embalsarse en algún lugar para ser distribuida en época de necesidad por un sistema de gravedad, ya que el bombeo usaría el agua de abastecimiento y a un coste mayor que con la fórmula del acopio en invierno.
Aguinaco también explicó que con las actuaciones que se habían realizado se habían puesto en regadío unas 2.000 hectáreas. Las zonas beneficiadas, “se han dotado de una herramienta de futuro, porque sin el agua no hay cultivos, no se pueden incrementar las producciones y se pueden despertar nuevas oportunidades de riqueza a través de la agricultura”, indicó.
Por su parte, el presidente de la Junta Administrativa de Barrón, Antonio Fernández, reprochó a la Diputación que el proyecto vaya con tanta lentitud y que en el proceso de expropiaciones que se va a ejecutar no haya más información de plazos y precios que se pagarán por las tierras. En cuanto al embalse, éste lamentó que una vez hecho, en la zona de estos tres pueblos la agricultura se ceñirá tan sólo a la de montaña, ya que las tierras bajas quedarán anegadas por el embalse.