VITORIA - En estos días, los concejales de los grupos políticos municipales vitorianos se queman las pestañas estudiando el proyecto presupuestario del gobierno para presentar sus enmiendas, y en el PP el trabajo es aún mayor. No sólo revisan las partidas diseñadas por el PNV para la ciudad de Vitoria, también las que este partido ha dibujado para todo Euskadi. Ayer el portavoz municipal conservador en Gasteiz, Javier Maroto, compareció en la sede del PP junto al presidente del partido en Álava y portavoz en las Juntas Generales, Javier de Andrés, para presentar un paquete de 26 enmiendas por valor de 32 millones de euros que se destinarían exclusivamente a la ciudad de Vitoria.

“Sólo pedimos que el PNV ponga un poquito de cariño a Vitoria y a Álava y que ponga al menos la mitad de lo que pone en otros sitios y la mitad de lo que consiguió el PP cuando gobernábamos”, señaló Maroto, quien afirmó que la ciudad y el territorio “no pueden quedar relegados de los presupuestos del Gobierno Vasco; hay que revertir esta situación”, defendió.

Lo cierto es que en la legislatura de Maroto el ejecutivo autonómico, con el lehendakari Urkullu al frente desde 2012, destinó a la capital alavesa 52 millones de euros con los que se pagaron casi la totalidad de la estación de autobuses, toda la reforma de la Avenida Gasteiz y parte de la del Palacio Europa. Prácticamente toda la obra pública de envergadura que se hizo en la ciudad en esos cuatro años la pagó el Gobierno Vasco. Y no sólo eso, Maroto firmó un acuerdo en concepto de canon de capitalidad que suponía destinar cinco millones de euros anuales a la ciudad durante cuatro años, que expira el año que viene y que, según afirmó este mismo otoño Urkullu, se prorrogará mientras él siga siendo lehendakari. Ayer Maroto pidió al Gobierno Vasco que duplique la asignación y que Vitoria reciba diez millones de euros todos los años por ser sede de las instituciones comunes de la CAV.

En las enmiendas que el PP va a plantear a los presupuestos del Gobierno Vasco, diseñadas a partir del “consenso vecinal”, se plantea, por ejemplo, continuar la renovación de la Avenida Gasteiz (4 millones de euros), reformar el entorno de Portal del Rey (otros 4 millones) o transformar el Teatro Principal (3 millones de euros ) según los criterios de rehabilitación sostenible del Europa, todo ello sufragado desde Lakua. Además, Maroto pide otros cuatro millones de euros para los nuevos centros educativos de Salburua y Zabalgana, o 1,5 millones para la promoción del aeropuerto de Foronda.

De conseguir Maroto su propósito (circunstancia harto difícil dada la relación de fuerzas y la política de pactos que rige hoy en día en el Parlamento, del que él ya no es miembro), el Gobierno Vasco le pagaría a Vitoria casi el 10% de su ralo presupuesto para 2016.

El estado de las negociaciones En todo caso, donde se está cociendo el presupuesto para Vitoria es precisamente en la ciudad, concretamente en la Casa Consistorial, donde el PP presentará un paquete de enmiendas parciales “en positivo”. Los populares se han ofrecido al alcalde Urtaran para llegar a un pacto para las cuentas de 2016, oferta que ya hicieron para aprobar las ordenanzas municipales, pero en el equipo de gobierno del PNV no confían en el PP.

Urtaran, ya aliado con el PSE, busca más socios para aprobar sus cuentas y por el momento mira más hacia EH Bildu, formación que ha pasado del posibilismo de los primeros meses de la legislatura a una dura oposición a la política económica de Urtaran.

Es así por varias razones, pero fundamentalmente por el pacto sobre el IAE. Ahora la coalición abertzale dice que va a liderar una ronda de negociaciones con agentes sociales y partidos políticos para retocar el Presupuesto del PNV e imprimirle el cambio de modelo de ciudad que propugna EH Bildu y que reclamó a Urtaran cuando le votó para que fuera alcalde.

Por su parte, el gobierno municipal está esperando a que cada formación presente sus enmiendas para negociar con los grupos en busca de un apoyo que sería bueno para el PNV, pues no deja de ser un gobierno en patente minoría, pero que tampoco es necesariamente imprescindible.

Con el PSE, el gabinete de Urtaran suma nueve votos en el Pleno municipal, y si consigue que otros nueve concejales se abstengan lograría aprobar las cuentas con el voto de calidad del alcalde. La cuestión es que idéntica situación se dio en el debate de ordenanzas, pero tanto PP como EH Bildu votaron en contra de la propuesta recaudatoria de Urtaran y los impuestos y tasas municipales quedaron congelados, lo que a la postre supondrá una merma de ingresos de dos millones de euros en 2016. Cabe otra posibilidad, y es que la Ley faculta a la Junta de Gobierno Local para aprobar sus presupuestos sin pasar por el Pleno, una posibilidad que, en todo caso, no es deseable ni para el gobierno ni para la oposición.

El proyecto presupuestario del PNV asciende a 342,9 millones de euros, el más bajo de la última década, y asume además buena parte del déficit de 2015.