Un presupuesto es un cálculo aproximado de ingresos y gastos durante un periodo de tiempo. Y hay que confeccionarlo de tal forma que al final haya entrado lo mismo que lo que ha salido de la hucha. Regla básica que no cumplió el Ayuntamiento de Vitoria para este año. La auditoría elaborada por el interventor y el jefe de Tesorería constató que a las Cuentas municipales dejadas por el anterior equipo de gobierno les faltaban 68 millones de euros para atender las obligaciones de todo este ejercicio. Así que ahora no queda otra alternativa que dejar de gastar ciertas partidas, negociar deuda, vender patrimonio y meter mano en sociedades municipales solventes para cuadrarlas. Todo un encaje de bolillos que, eso sí, parece que ya está preparado para su puesta en marcha. Ayer, el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, heredero del desaguisado dejado por el popular Javier Maroto, lo dio a conocer. Porque el qué es tan importante como el cómo.
Urtaran empezó por las medidas relativas a contención de gasto. La primera es de sentido común, aunque no concretó más que la idea: no usar en su totalidad o emplear parcialmente partidas de cuestiones “que no son prioritarias”. La segunda, que ha sido posible gracias a las gestiones con la Diputación, pasa por retrasar el pago del IVA de las oficinas de San Martín y repartirlo en cuatro anualidades a partir de 2016. Y la última, también relativa a deuda, tiene que ver con los 15,7 millones de euros pendientes de pago por sentencias judiciales perdidas. Urtaran todavía espera la respuesta del Ministerio de Administraciones Públicas, a quien solicitó formalmente a finales de julio poder recurrir al fondo estatal para ayuntamientos dispuesto en estos casos. “Esperamos que el PP de Vitoria arrime el hombro y convenza a sus compañeros de Madrid. Es lo mínimo que podría hacer”, opinó el líder nacionalista. De no salir adelante esta solución, que sería la perfecta, habría un plan b. Fraccionar el desembolso para, como mal menor, “aligerar la presión presupuestaria”.
Para incrementar los ingresos, pues sólo con reducir el gasto no valdría, el equipo de gobierno ha apostado por aprovechar la existencia de sociedades municipales solventes. Una medida contempla acceder a los recursos líquidos de Amvisa a cambio de patrimonio municipal, aunque el toma y daca no sería ni de lejos tan provechoso como hace un tiempo dio a entender el PP. “Amvisa no tiene los 50 millones de euros que se han comentado alguna vez. No tiene más de 5,5 millones. Ése es el máximo del que se podría disponer. Y para evitar su descapitalización, la idea es venderle el edificio de Gure Txokoa, sede de Ensanche 21”, explicó Urtaran. La otra propuesta tiene que ver con Gilsa, entidad compartida por el Ayuntamiento y el Gobierno Vasco. Lo que se pretende es reducir su capital para que aporte a las arcas municipales 4,5 millones procedentes de la venta de terrenos para el centro logístico de Mercadona. Así, y en el mejor escenario posible, por estas dos vías se sacarían diez millones de euros.
La historia podría acabar aquí, pero no. El alcalde reconoció que todavía harían falta entre 7 y 8 millones más para terminar de cuadrar el Presupuesto, por lo que se va a pedir un préstamo para obtener la cantidad restante. No es la mejor opción, pues los créditos conllevan intereses, pero el PNV no ha visto otra alternativa. “Sólo en septiembre hay que pagar el 50% de una de las muchas sentencias por las expropiaciones de los terrenos de Olarizu: 3,1 millones. Y no tenemos recursos para hacerle frente”. La advertencia fue como el final de esas películas ajenas al circuito hollywoodiense que no acaban con final feliz. Y el PP aprovechó la sensación más agria que dulce de la intervención de Urtaran para atacar. Los populares siempre han negado haber dejado una situación presupuestaria delicada y ayer aprovecharon para mostrar su “preocupación por los recortes” anunciados por el alcalde, ya que no desveló cuáles son esas partidas menos importantes que no gastará.
El pp está “preocupado” A través de una nota de prensa, el concejal Manu Uriarte, responsable de Hacienda durante la pasada legislatura, exigió al gobierno municipal que “explique a la ciudadanía qué cuestiones no son prioritarias para el PNV y por tanto va a recortar”. El PP usó ese término, el de la tijera, hasta en cuatro ocasiones en un solo párrafo. En su mandato prefería recurrir al eufemismo ajuste. “Ya tienen qué conocer de dónde van a recortar, dado que son actuaciones inminentes. Les pedimos que sean transparentes. Los vitorianos van a estar afectados por estos recortes y deben saberlo ya”, insistió el edil. Por otro lado, consideró que esas mismas medidas y las demás anunciadas por el alcalde evidencian que “el Ayuntamiento dispone de recursos suficientes y no hay ningún agujero” y, a su vez, cuestionó que se vaya a pedir un préstamo “de entre 7 y 10 millones, una horquilla muy inferior respecto a la que se barajaba anteriormente”.
Lo único que el PP reconoce son “dificultades estructurales” del propio Ayuntamiento, aunque tampoco especificó cuáles. Y, en ese sentido, Uriarte mostró la disposición de su grupo a “acordar medidas para mantener la estabilidad presupuestaria y garantizar la prestación de todos los servicios públicos municipales por el bien de todos los ciudadanos”. Propuestas como “el fraccionamiento del pago del IVA del nuevo Ayuntamiento o sacar dinero de Amvisa, que ya se habían planteado desde el PP”, apuntilló, restando peso a la adopción de soluciones de Urtaran. Desde que Maroto perdió la Alcaldía por un pacto del resto de partidos, los populares han centrado su campaña en acusar al nuevo equipo de gobierno de inacción. Ayer, recriminaron a Urtaran por ofrecer “un discurso de indefinición” y le advirtieron de que “ya es hora de que empiece a tomar decisiones para que Vitoria no se pare”.
Y en ésas está precisamente Urtaran, quien se comprometió a poner encima de la mesa sin más tardar todas las propuestas para poder llevarlas a cabo. “Estas medidas requieren del apoyo del Pleno y de los consejos de administración de Amvisa y de Gilsa. Y eso es lo que vamos a tratar de lograr. Vamos a seguir hablando como hasta ahora y a consensuar”, afirmó. En realidad, le basta con el respaldo de los socialistas que ya tiene gracias al pacto de legislatura para materializar el plan, pero dada la debilidad que supone formar un equipo de gobierno en minoría su objetivo para toda la legislatura es hacer lo posible para contar con un respaldo político aún más amplio.
“Hacer trampas al solitario”. Irabazi-Ganar advirtió ayer de que obligar a Amvisa a comprar patrimonio a cambio de dinero líquido para hacer frente al desfase presupuestario es “hacerse trampas al solitario”, ya que la sociedad municipal no necesita el edificio de Gure Txokoa que le va a ofrecer el equipo de gobierno. “Es una manera de encubrir la utilización de fondos por parte del Ayuntamiento”, reprochó el grupo, que también se preguntó cuáles son esas partidas no prioritarias de las que habló Urtaran.