amurrio - Los termómetros del centro urbano de Amurrio marcaban al mediodía 28 sofocantes grados que hacían presagiar una exitosa nueva edición de la fiesta del txakoli alavés. Y así fue. El XVII Txakolin Eguna fue un auténtico hervidero de gente que, atraída por el sol y el aroma del oro líquido de los campos ayaleses, consumió a lo largo de la jornada 2.400 botellas del caldo protagonista, distribuidas en cerca de 15.000 copas y vasos. “Nos ha salido un día estupendo, en cuanto a clima se refiere, y eso es el 80% del éxito de esta fiesta. Pensábamos que iba a ser una feria floja por la coincidencia del Ibilaldia (la fiesta de las ikastolas de Bizkaia) que se celebra en Bilbao, pero estamos francamente agradecidos por la asistencia de público”, explicó el presidente de Arabako Txakolina, Josu Ortuzar, que no pasó por alto que “este año la fundación de productores artesanos de txakoli en Álava cumple 26 años”.
El dato tampoco pasó por alto para los representantes institucionales. Desde el Ayuntamiento, Txema Molinuevo quiso agradecer a los txakolineros su apuesta “por un producto de calidad en estos tiempos de crisis, fomentando el empleo en el sector primario”. Desde la Diputación, Borja Monje, diputado de Agricultura, aseguró conocer las ocho bodegas de la denominación de origen. “Me habéis sorprendido. El txakoli ya no es ese producto residual que se tomaba de vez en cuando, sino un vino de calidad que se viene a degustar de verdad”, les felicitó. Por parte del Gobierno Vasco, Félix Manterola les animó a seguir en la línea de la calidad, unida al buen trato porque “sois pequeños, pero no por ello poco importantes”.
Restando la inesperada visita de unos inspectores de trabajo que se dedicaron a identificar a todas las personas al frente de los puestos, en una jornada donde muchas de ellas son voluntarias, el buen ambiente hizo que todos los que en la actualidad integran Arabako Txakolina se olvidaran por un día de las preocupaciones que les suponen a lo largo del año mimar hasta el exceso sus 101 hectáreas de viñedos y se dedicaran a festejar la exitosa añada, ya que han logrado poner en el mercado un total de 435.000 litros gracias a los 551.545 kilogramos de uva recogidos en la última vendimia.
Una cifra que implica una subida del 44,7% respecto a la desastrosa campaña de 2013, y se acerca al record histórico de 2012, cuando llegaron a las bodegas 612.658 kilogramos. Además, ha ido acompañada de la calificación de “muy buena”, según los paladares expertos de los miembros del comité de cata del laboratorio de farmacia de la UPV.
“La campaña de este primer cuatrimestre ha sido la mejor de nuestra historia, con un crecimiento de ventas de un 150%, lo que para nuestra bodega implica unas diez mil botellas más respecto a otros años”, apuntó Jon Zubeldia, de la txakolinería Señorío de Astobiza de Okondo, una de las mayores de Arabako Txakolina junto a la de Xarmant en el Refor de Amurrio, y que ha elaborado este año 90.000 litros, equivalentes a 130.000 botellas. “Estamos ya presentes en multitud de países, pero damos mucha importancia al mercado nacional donde tenemos como asignatura pendiente Extremadura y Castilla León, pero son tierra vinícola y más barata, por lo que nos costará”, subrayó el de Okondo.
Junto a él se encontraba Rosa Segurola de la bodega Beldui de Llodio. Otra afamada txakolinera, después de haber ganado varios premios tanto en Álava como en el resto de Euskadi, en torno a innovación. “Estoy dispuesta a repetir, con varios nuevos productos enoturísticos que lanzaremos de aquí a septiembre, como rutas a caballo que culminan en nuestro baserri o la opción de apadrinar un viñedo”, adelantó.
Homenaje La nota predominante del día fueron las colas. Primero para la adquisición de tickets, y después para lograr el ansiado trago de txakoli en cualquiera de las txosnas. Pero como para beber hay que saber comer, ahí estaban los stands de comida. “Hemos traído unos mil pintxos morunos, es el tercer año que acudimos a esta feria y a la gente le gusta. Con el txakoli fresco entra bien lo salado”, apuntaron los hermanos Montxo y Unai de la Carnicería Álava, un comercio asentado en esta villa ayalesa desde 1961.
Los que tampoco dieron abasto para atender al personal fueron los 16 bares del municipio que se ofrecieron a colaborar con la jornada vendiendo un pintxo, junto con una copa de txakoli alavés, por 1,80 euros. Esta edición tuvo un hueco muy especial para el sector hostelero, escogiendo como madrina del Txakoli Alavés 2015 a Encarni Álvarez González, propietaria del antiguo restaurante Plágaro de Vitoria, que aunque ya no esta el frente del negocio, regentado por su hijo Luis Ángel Plágaro y Aitor Etxenike bajo el nombre de Sukalki, “desde la atalaya de su restaurante, y junto a su marido Ángel, siempre hizo una apuesta seria y comprometida por el txakoli alavés, apoyando su introducción en sus cartas y dentro de la barra”, explicó el gerente de Arabako Txakolina, Joxean Merino.
Fue sin duda el acto más emotivo de la fiesta. La homenajeada, por su parte, recibió la placa de recuerdo “con mucha ilusión”, al tiempo que aconsejó desde sus quince años en hostelería “ayudando a mis hijos, porque esto es un trabajo en equipo” que “no solo hay que cocinar bien, sino cuidar muy bien al cliente, ese es el secreto. No hay nada más gratificante que te digan todo estaba muy bueno pero el trato ha sido excepcional y volveremos”, esgrimió.
Mientras transcurrían estos actos, la zona peatonal de la calle Larrinaga dio cabida a los nueve participantes del segundo concurso de garrafa. Una antigua receta de granizado de txakoli que se llevaba a las romerías elaborada a base de vino blanco o txakoli, agua, azúcar y limón, en heladeras tradicionales. El vencedor del primer premio fue Koldo San Pedro de Orozko.