gasteiz - Ya desde el principio había síntomas de que la acampada organizada el pasado viernes por varios colectivos contra la retención por parte del Ayuntamiento del medio millar de viviendas que posee en Gasteiz no se iba a desarrollar según lo previsto. Según explicaban ayer a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA los portavoces de Errekaleor Bizirik, la Ertzaintza conminó a los organizadores de la protesta a retirar las tiendas de campaña que se acababan de instalar a las puertas de la Casa Consistorial con una advertencia clara: “O quitáis las tiendas o pasaremos a hacer uso de la fuerza”, avisaron los agentes antidisturbios que se presentaron en la Plaza Nueva en dos furgonetas policiales.

Antes, cuando se empezó a levantar el campamento, en torno a las 11.00 horas, la Policía Local apareció en la Plaza Nueva y señaló a Guillermo Perea, portavoz de Zazpigarren Alaba y la persona física que solicitó el pertinente permiso a la Ertzaintza para manifestarse, que no podían montar las tiendas. Perea afirmó que tenía su correspondiente autorización para manifestarse, que no podían esperar que estuvieran 24 horas de pie, y que si no sabían que allí iba a haber tiendas de campaña era un problema de coordinación entre cuerpos policiales. Finalmente se llegó a un acuerdo. Las tiendas se montarían dejando espacio suficiente para que pudieran acceder ambulancias a la zona en caso de emergencia, y se siguió con el programa previsto, hasta que apareció la Policía autonómica.

Ante la inminente carga que se avecinaba si no hacían caso a las instrucciones de los agentes, los organizadores decidieron desmontar las tiendas, pero mantuvieron el resto del programa (había organizadas mesas redondas, una rueda de prensa y otros actos), y dormir bajo las estrellas, o más exactamente bajo los nubarrones que cubrieron el cielo de Gasteiz el pasado sábado, protegidos bajo los arcos de la céntrica plaza vitoriana y separados del suelo tan sólo por sus sacos de dormir.

Fue precisamente una carga policial el hecho que precipitó la convocatoria de la acampada, organizada por Elkartzen pero respaldada por una veintena de colectivos. El pasado 31 de marzo, operarios de Iberdrola aparecieron en el barrio ocupado de Errekaleor escoltados por una importante dotación de policías locales para cortar la luz al barrio. Los residentes improvisaron una cacerolada y una sentada para evitar los cortes, cosa que no lograron.

Además, varios agentes de la Policía Local con los rostros cubiertos y en algún caso armados con porras extensibles cargaron contra los jóvenes provocando a uno de ellos heridas en la mano. Toda la oposición censuró una actuación de la que fueron testigos los antidisturbios de la Ertzaintza, que no intervinieron más que para mover, uno a uno, a la veintena de jóvenes que se apostaron frente a un cuadro eléctrico.

La actuación del pasado viernes ha puesto de manifiesto, tras lo ocurrido en el barrio de Errekaleor un par de semanas antes, el grado de tensión creciente que se vive entre los okupas de Errekaleor (y por extensión todos los movimientos que defienden el uso de las viviendas públicas ahora vacías), el Ayuntamiento y los cuerpos policiales. Y todo ello a pesar de que Errekaleor Bizirik contaba con el permiso expreso del Pleno municipal para permanecer en el barrio mientras no hubiera orden de derribo de los edificios, donde ya sólo quedan viviendo un par de propietarios a los que, por cierto, también se les cortó la luz el 31 de marzo.

Advertencia. Atentes antidisturbios de la Ertzaintza conminaron a los organizadores de la acampada por la vivienda a que desmontaran las tiendas. Si no lo hacían, se produciría una carga. Al parecer, aunque los permisos se habían solicitado correctamente, no se había comunicado que se instalarían tiendas.

La Policía Local. Previamente, agentes de la Policía Local vitoriana comunicaron a los organizadores que no podían montar las tiendas. Finalmente se llegó a un acuerdo y las tiendas se desplazaron para permitir el paso de ambulancias.

Los organizadores. La concentración de 24 horas en la Plaza Nueva de la capital alavesa estuvo secundada por Errekaleor Bizirik, Gasteizko Gaztetxea, Elkartzen, Arkillos, Gazteon Etxebizitza Asanblada, Zazpigarren Alaba, Judimendikoak, Bizigarri, la Asamblea de Parados, Errota Zaharra, Betiko Gasteiz, Gasteiz Txiki, Erreka Txiki, Bilgune Feminista, Askapena, Euskharan, ADI Vitalquiler, Ikasle Abertzaleak, SOS Racismo y Kaleratzeak Stop Araba.

El precedente. El 31 de marzo, trabajadores de Iberdrola entraron en Errekaleor para cortar el suministro eléctrico al barrio, escoltados por varios agentes de la Policía Local y de la Ertzaintza. Policías municipales vitorianos cargaron contra los jóvenes que protestaban por el corte de la luz en el barrio vitoriano, causando heridas a uno de ellos. Aquel día, la Ertzaintza desalojó una a una a las veinte personas que protagonizaron una sentada enfrente de un cuadro eléctrico.

500

Viviendas vacías posee la sociedad municipal Ensanche 21, propiedad del Ayuntamiento vitoriano. Casi 200 de ellas se encuentran en el barrio de Errekaleor, donde desde hace dos años reside un colectivo de jóvenes okupas y varias familias de ciudadanos rumanos. Ensanche 21 también posee viviendas en Olarizu, Aretxabaleta y en el Casco Medieval.