milagro. Como aquello de los panes y los peces, que se multiplicaron hasta saciar a la concurrencia en el conocido pasaje bíblico, el Belén de La Florida también sabe de milagros. Y si no, sólo hace falta contemplar la escena que aparece sobre estas líneas. Palomas de las de verdad comparten espacio con las piezas del nacimiento gasteiztarra en su afán por hacerse con migajas o pienso para disfrutar de estas fechas tan señaladas. Foto: José Ramón Gómez
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