- Los bomberos del parque de Agirrelanda no ganan para sustos. Primero fue el error en las preguntas del examen de la OPE de Bomberos y ahora, el pequeño susto que se han llevado los nueve trabajadores del servicio de Extinción de Incendios que se han presentado a las pruebas de promoción interna para ascender de cabo a suboficial del cuerpo. ¿Cuándo? Al descubrir que los sobres cerrados que contienen la identidad de los opositores, para guardar el anonimato, y que se adjuntan a los exámenes habían desaparecido, según denunció ayer el sindicato ELA. El gobierno de Javier Maroto, por su parte, explica que simplemente se extraviaron un momento, apareciendo al poco tiempo sin que esto haya creado ningún problema.
Desde ELA, en cambio, explican que cuando el tribunal fue a corregir los exámenes no encontró los sobres y entonces llamó a los nueve aspirantes. Según el Ayuntamiento, se hizo así "para no perder tiempo", ya que los todos ellos son personal de la casa. Sin embargo, el sindicato ve una falta de respeto en esta actuación que califica de "muy grave". La central considera que con hechos como éste se pierde la credibilidad en el anonimato de las pruebas y se llega a dudar de si ha habido "pucherazo". Además, un portavoz avanzó también que en la OPE de bombero raso han empezado a llegar nuevas quejas por la corrección del test psicotécnico.
El lunes de la próxima semana comienzan las pruebas físicas de esta OPE en Mendizorroza y los sindicalistas ya han pedido al PP que los ejercicios se graven en vídeo y se cronometren por sistema de células fotovoltaicas para que no se produzcan más fallos ni sustos en una oposición que -advierten- puede acabar en los juzgados, con el riesgo de que se anule y tenga que repetirse dentro de cuatro años.
Recordar que el Ayuntamiento ya ha tenido que suspender trece preguntas del primer examen, el teórico, al que había apuntadas 1.700 personas para catorce plazas. La prueba se celebró en el Iradier Arena y a ella acudieron, finalmente, entre 1.200 y 1.300 aspirantes. Muchos de ellos se quedaron boquiabiertos al comprobar que determinadas cuestiones estaban mal enunciadas, y días después comenzaron a llegar al Ayuntamiento las reclamaciones. El ejecutivo popular explicó entonces que se trató de un fallo humano, ya que apenas una o dos personas repasaron los formularios, precisamente para mantener las preguntas en secreto. - R. Rz. de G.