Vitoria - El singular paisaje de cristal se despierta al nuevo día como cualquier otro amanecer. A simple vista nada ha cambiado, pero todo lo que prometía parece haberse derrumbado. Desde que este miércoles se supo que los evaluadores habían rechazado declarar el Valle Salado patrimonio mundial de la Unesco, ha cundido la decepción. El título sonaba lo suficientemente llamativo como para creer que gracias a él las eras volverían a ser las de hace medio siglo, el empleo crecería, llegarían más visitantes y surgirían nuevos negocios. Ahora, todo el mundo se pregunta si hubo exceso de ambición en un proyecto defectuoso. El organismo internacional ha dejado claro que el plan no responde a una restauración patrimonial escrupulosa y que su gestión ha sido desarrollada principalmente desde una óptica turística. Unas conclusiones que ya han despertado voces críticas hacia el diputado general por su responsabilidad y que han llevado al Gobierno Vasco a tomar las riendas ante la falta de respuesta de Javier de Andrés.

La consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, envió ayer una carta a De Andrés para que convoque una reunión extraordinaria del patronato que él preside y que está formado por el Gobierno Vasco, la Diputación, el Ayuntamiento de Añana y la Sociedad de Salineros Gatzagak. El objetivo es analizar el informe de los evaluadores de la Unesco y plantear los pasos a dar. Aunque el proyecto ha quedado rechazado en el listado de los aspirantes a ser declarados patrimonio mundial en 2014, este organismo ha dejado la puerta abierta a que lo pueda lograr en un futuro. De ahí la reacción de Oregi, que contrasta con la calma del líder alavés. El mandatario popular se ha limitado a mostrar su decepción y ha pedido tiempo para reflexionar. Parece, no obstante, que mucho no va a tener. En Juntas Generales, el PSE y EH Bildu han solicitado su comparencia urgente y la de la responsable foral de Cultura, Icíar Lamarain.

La postura socialista es especialmente crítica. "Ridículo internacional y mala imagen para Álava porque el proyecto presentado no ha garantizado la preservación del patrimonio cultural y paisajístico de las salinas y se acerca más a un montaje de marketing turístico", recriminó ayer la portavoz del grupo, Cristina González, extrañada por que el diputado general se haya limitado a mostrar su desacuerdo sin tomar ninguna decisión organizativa. De ahí que haya decidido sentar a la mesa de las Juntas a De Andrés. A su juicio, hay que plantear cambios para que el dinero invertido, más de un millón de euros en los últimos años, resulte positivo para el Valle Salado. Además, este "fracaso" ha de ser tenido en cuenta como "un toque de atención para que no se malogre la candidatura de Rioja Alavesa a Paisaje de la Humanidad".

EH Bildu quiere oír las explicaciones del diputado general, aunque tiene claro uno de los motivos que han provocado el suspenso de la Unesco. Lorena López de Lacalle, portavoz de la coalición abertzale, afirmó ayer que "el drástico recorte en el presupuesto ha sido una de las causas que han impedido ejecutar el plan director tal y como estaba planeado desde un inicio". En su opinión, se han puesto todas las energías en convertir las salinas en un reclamo turístico descuidando cuestiones tan básicas como restaurar las eras. "Están vendiendo un producto que han descuidado", lamentó.

También el PNV reprochó "importantes errores" en la gestión de la Fundación en estos tres últimos años. Según el portavoz jeltzale, Ramiro González, durante todo este tiempo el PP "se ha dedicado más a vender la recuperación de las salinas que a llevarla a cabo". Por tanto, si se retoma la iniciativa de la candidatura, "deberá ser redefiniendo el proyecto, con un nuevo equipo y corrigiendo los errores" cometidos. Esto es, haciendo que los esfuerzos de la Diputación se centren "en la recuperación de las salinas y su entorno".