agurain - Miriam y su madre Mari iban como cada día a aparcar su coche en el garaje del número 9 de la calle Senda Langarica de Salvatierra cuando al abrir la puerta una densa humareda negra les engulló. Rápidamente alertaron al padre de la familia que no dudó en coger un extintor del aparcamiento de vehículos para tratar de sofocar el incendio que se había producido en un coche estacionado. "Como no se podía hacer nada porque cada vez había más llamas llamamos a la Ertzaintza", relataron momentos después de los hechos. Actualmente se investigan las causas que provocaron el incendio.

Ocurrió el martes sobre las nueve de la noche. Entonces, las llamas provocaron momentos de angustia entre los vecinos de los bloques colindantes. Dos dotaciones de Bomberos se presentaron en el inmueble situado en uno de los barrios más populosos de la localidad. Allí, ante la atenta mirada de las decenas de vecinos que se arremolinaban tras el cordón de seguridad, iniciaron su labor, aunque la intensa humareda dificultó los trabajos del retén. Pese a ello, la rápida intervención de las dotaciones movilizadas evitó que las llamas se propagaran al resto de vehículos estacionados. Lo que no pudieron evitar fue el susto de decenas de residentes, ya que el episodio provocó un gran impacto entre los vecinos de los bloques colindantes.

Familias con niños pequeños veían con angustia el discurrir de los hechos. "Nos han dicho que ha sido el primero de los coches aparcados. Esperemos que sólo sea ése. Nosotros tenemos la furgoneta aparcada más al fondo", relataba una madre con la pequeña en pijama en brazos. "Si ocurre esto a las dos de la mañana cualquiera sabe lo que podría haber pasado", comentaba Mikel muy afectado.

"Estaba haciendo la cena y enseguida han llamado al timbre para que bajemos porque había fuego en el garaje", relató uno de los residentes, quien se acercó a las ventanas para ver qué estaba sucediendo. "Cuando me he asomado he visto un grupo de vecinos ya en la calle y llegaba el camión de bomberos". "Enseguida nos hemos enterado de que era un coche por los comentarios de otros vecinos", relataban a pie de calle. "Es una gran suerte de que no hubiera nadie dentro porque las consecuencias podrían haber sido peores", comentaban. "Al final es algo material, no tenemos que lamentar nada peor", apuntaba otro de los residentes.

Una vez detectado el incendio en el garaje con cabida para 21 vehículos varios vecinos fueron testigos de dos explosiones. "Deben de haber sido las ruedas", comentaba un grupo de los congregados frente a la entrada del aparcamiento. Otros de los habitantes de los zona, sin embargo, no advirtieron lo que ocurrió a escasos metros de sus viviendas. "Me acabo de enterar al ir a comprar el pan", aseguraba otro vecino de la zona. El cordón de seguridad impidió la salida de otros vehículos de otro garaje colindante lo que impidió a alguno de los usuarios ir a trabajar. "No me dejan sacar el coche y tengo que ir a trabajar. Ya he avisado al jefe", comentaba uno de los afectados.

Los hechos se produjeron apenas treinta y seis horas después de la quema de siete contenedores y tres coches en la noche del domingo en Agurain. El suceso se produjo a las 2.40 horas cuando los Bomberos tuvieron que sofocar incendios en tres puntos del municipio: en la zona del frontón viejo, en la calle Zadorra y en las inmediaciones del centro de salud del pueblo. En total, resultaron dañados siete contenedores de basura y tres vehículos, dos de ellos prácticamente calcinados.