vitoria. "Nuestros niños son el futuro y la esperanza de cambio de nuestros errores con la alimentación", sostiene el presidente de Slow Food, Alberto López de Ipiña. Todos los expertos consultados le dan la razón, pero la realidad indica que hasta ahora ha habido pocos avances. "La obesidad infantil no deja de crecer", lamenta el investigador de la UPV Bittor Rodríguez. A su juicio, el problema reside en que, aunque educación hay, ésta "no sirve" si no se fomenta y no se facilita su aplicación. "Los precios, la palatabilidad, la accesibilidad y la necesidad de preparación nos empujan a consumir productos procesados", advierte el experto. Sin embargo, las posibilidades de triunfo existen siempre que las familias se esmeren en materializar algunos consejos.
"Hay que fomentar que los chavales experimenten y prueben la gran gama de productos, vegetales, por ejemplo, sin forzarles, siendo los padres sus modelos, y no tienen por qué consumirse sólo como platos, sino también como guarnición u ocultos", afirma Rodríguez. Al igual que los alimentarios, también conviene cuidar los hábitos gastronómicos. Según dice este especialista, "debemos tener alternativas para preparar las verduras como a ellos les gustan, implicarlos en el proceso de la alimentación desde la compra hasta la mesa" para que tomen consciencia de la importancia de comer bien. "Pocas enseñanzas son tan cruciales como ésta en nuestra vida", sentencia. Esa educación forma parte del trabajo de Corazón sin Fronteras, a través del programa Bihotzu Eskola, y de Slow Food Araba, que colabora con varios centros con el huerto ecológico y el taller de cocina como herramientas. Su experiencia es que funcionan, pues se da "un cambio significativo de los niños" en la valoración de los productos y la identificación de los sabores.
Desde su parafarmacia, Ainhoa Sáez de Vicuña ve cómo los padres acaban sucumbiendo a ciertos caprichos "por falta de tiempo o de paciencia". Su truco para lograr que los chavales adquieran unos hábitos alimenticios saludables pasa por "aprovechar cuando tienen hambre para introducir aquellos productos sanos a los que suelen resistirse".