vitoria. Si los números definen los éxitos, todos los grupos deberían de haber salido mínimamente contentos del debate de las enmiendas a las ordenanzas fiscales. El PNV sacó adelante 12 de las 17 propuestas presentadas, el PSE consiguió 29 de 42 y Bildu 26 de 44. Cuando gobernaban los socialistas, su pacto con los jeltzales había impedido un año tras otro la materialización de cualquier aportación de otro color. Sin embargo, lo que imperó no fue la satisfacción.

El portavoz del PSE, Patxi Lazcoz, hizo una valoración catastrófica de los acontecimientos. Pese a haberse incluido recargos para quienes más tienen y subidas en ordenanzas no contempladas en el proyecto del gobierno, el exalcalde vaticinó que "no se van a generar recursos suficientes para mantener el mismo nivel en la prestación de servicios". A su juicio, ayer el PP consumó "un ejercicio de irresponsabilidad" al "no aprovechar" todas las opciones para sacarle el dinero a los más fuertes. "Luego no nos vengan con que hay agujeros", advirtió.

Más calmada fue la visión de Bildu. El concejal Antxon Belakortu admitió estar "contento" por las enmiendas aprobadas. En la soledad de EA, sus aportaciones rara vez habían sido tenidas en cuenta. Sin embargo, se mostró preocupado por el volumen de ingresos que entrará en el Ayuntamiento, que será menor del que se habría obtenido "de haberse tenido en cuenta todas nuestras fórmulas para recaudar de otra manera". Y, por eso, animó al gobierno a reflexionar de aquí al Pleno del miércoles para que no se acabe aplicando una congelación de forma indiscriminada en los impuestos que ayer no pudieron ser finalmente aprobados.

El tono conciliador estalló con la intervención del portavoz nacionalista, Gorka Urtaran. Él había presenciado lo que ningún otro grupo, "la reedición en el Ayuntamiento del pacto anti-natura del PP y PSE" en el Gobierno Vasco. Y estaba convencido de que Bildu había actuado como "comparsa", rechazando propuestas del PNV "sólo porque son nuestras". La acusación encendió a Belakortu, quien replicó que a él no le importan las siglas de las propuestas sino los consensos por el bien de Vitoria. Una filosofía que el gobierno también hizo suya. El concejal de Hacienda, Manu Uriarte, aseguró estar "satisfecho" por haber obtenido un documento "de todos".

Urtaran, sin embargo, interpretó las renuncias del PP como imperdonables incumplimientos de sus promesas electorales. "Pero el PNV ha actuado de forma coherente, porque defendimos no aumentar ninguna ordenanza por encima del IPC". "Hay que saber renunciar, llegar a acuerdos entre diferentes", subrayó Uriarte. Ni le calmó ni le convenció.