vitoria. La antena sobre el caserío de Ali "no gusta" en el Ayuntamiento de Vitoria que, sin embargo, no encuentra razones para denegar la licencia. Es decir que, salvo sorpresa, esta chimenea tecnológica se mantendrá, pese a las duras críticas de los vecinos de esta zona rural, que se han movilizado en su contra. "Ya no sabemos qué hacer", apuntaban ayer desde la Junta Administrativa al conocer la noticia.
Los vecinos ya mostraron recientemente, a través de este rotativo, su temor a que si el Ayuntamiento no aprueba una nueva ordenanza que regule las antenas -antaño estaban prohibidas en los pueblos, pero las operadoras acudieron a los tribunales y ganaron-, tendrá que conceder la licencia a Telefónica para instalarse en esta vivienda particular.
El técnico municipal Isidoro García reconoció ayer que será así, puesto que el Ayuntamiento "no encuentra razones" para no conceder a la empresa la licencia pertinente. De hecho, el Ayuntamiento "tiene que tramitar esa licencia" y, aunque no lo haga, la firma la obtendría de forma automática en diciembre.
Este caso se conoció en febrero de este año, cuando vecinos de la zona denunciaron que la colocación de esta antena rompe la estética de esta zona rural, como ayer admitieron desde el propio Ayuntamiento. La antena cobró forma a pesar de las pegas con las licencias de obra y actividad. El expediente incluso llegó a archivarse pero, a la segunda, la compañía va camino de conseguir esos permisos. La última maniobra propuesta por el Ayuntamiento fue esconder el aparato en el campanario de la iglesia, algo que el Obispado ha rechazado al hacerse eco de la negativa de los vecinos. La antena no convence a los vecinos ni al Ayuntamiento, pero sigue adelante.