- El embajador de la UE en Georgia, Carl Hartzell, expresó ayer en Tiflis su descontento tras la filtración de escuchas a diplomáticos y políticos occidentales y de otros países llevadas a cabo por los servicios de inteligencia georgianos. “Nos tomamos estos casos muy en serio, ya que generan dudas respecto al cumplimiento de la Convención de Viena” que regula las relaciones diplomáticas entre países, declaró a la prensa.

El pasado 13 de septiembre un remitente anónimo informó sobre las escuchas en un correo electrónico con dirección IP de California a los canales de televisión de la oposición georgiana. Las escuchas fueron realizadas por el Servicio de Seguridad del Estado de Georgia por medio de la grabación secreta de conversaciones de altos jerarcas de la Iglesia, diplomáticos y políticos.

Según el canal de televisión Formula, entre los diplomáticos “pinchados” estaba el jefe de la misión diplomática de la UE, el embajador de Israel, Ran Gidor, y varios empleados de la embajada de EEUU. Según Hartzell, la UE no considera “natural que un amigo y socio como Georgia se comporte de este modo” respecto a los Veintisiete.

El diplomático europeo constató que “todos los servicios de inteligencia del mundo están interesados en detectar los peligros potenciales, si están vinculados al terrorismo, espionaje, y tienen la prerrogativa para usar las escuchas, pero hay que ser muy cuidadosos al usar este tipo de herramientas”.

Tras la difusión de las escuchas, la Fiscalía General georgiana inició una causa penal por “violación de secreto”. El primer ministro, Irakli Garibashvili, denunció que este escándalo “daña a Georgia”. “Es necesario descubrir quién, cuándo y con qué objetivo hizo estas escuchas”, señaló.