- El rey Felipe de los belgas reconoció ayer por primera vez la “violencia y crueldad” ejercidas en el Congo bajo el reinado de su antecesor Leopoldo II (1865-1909), en una carta enviada al primer ministro de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, por el 60 aniversario de la independencia de la excolonia belga.

La misiva, en la que el rey expresa su “profundo pesar” por estos hechos pero no pide disculpas por los mismos, constituye el primer reconocimiento oficial por parte de la monarquía belga de la violencia que supuso para el Congo el reinado de Leopoldo II, que ha regresado al debate público con las manifestaciones del movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan). En la época del Estado Libre del Congo “se cometieron actos de violencia y de crueldad que todavía pesan sobre nuestra memoria colectiva. El periodo colonial que le sucedió causó también sufrimiento y humillaciones”, escribe el rey de los belgas. “Quiero expresar mi profundo pesar por estas heridas del pasado cuyo dolor es reavivado hoy por las discriminaciones todavía demasiado presentes en nuestras sociedades”, continúa el rey Felipe de los belgas en la carta, que ha sido calificada de “histórica”.

Bajo el mandato de Leopoldo II, se produjo una explotación masiva de los recursos naturales del Congo para la que se utilizó a la población autóctona en condiciones de esclavitud. Se aplicó un régimen de terror en el que fueron comunes los castigos atroces, en particular la mutilación de las manos, y se produjeron asesinatos en masa. Aunque no hay una cifra exacta, se calcula que murieron entre cinco y diez millones de personas.

Aunque estos hechos son objeto de debate a nivel nacional desde hace años, las manifestaciones en EEUU han reavivado el debate sobre el racismo en la sociedad belga, y han convertido en objeto de actos vandálicos las estatuas de Leopoldo II diseminadas por toda Bélgica. El Parlamento belga constituirá una comisión para examinar a partir de septiembre el pasado colonial de Bélgica.