Durante el pleno de investidura de la semana pasada, Pedro Sánchez agradeció la labor llevada a cabo por la portavoz parlamentaria y vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, en la negociación con el resto de formaciones para amarrar su apoyo o abstención de cara a posibilitar que, esta vez sí, el candidato socialista saliera del hemiciclo como presidente del Gobierno español a secas, ya sin la coletilla de en funciones. No es para menos: las conversaciones con los partidos se han prolongado durante semanas dado lo ajustado que se preveía el resultado final, que en la votación definitiva fue de 167 sufragios a favor, 165 en contra y 18 abstenciones. Ello ha desembocado en media docena de pactos suscritos formalmente, cada unos con sus propias medidas y compromisos, de los que el gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos deberá responder a lo largo de una legislatura de una duración aún incierta.

Modelo territorial

Especialmente madrugador fue el PNV, que el 30 de diciembre suscribió un acuerdo de doce puntos con el PSOE por el que se comprometía a que sus seis diputados votaran sí al candidato socialista. El alcance del pacto se puede resumir en que, a la hora de abordar el modelo territorial, se sustituirá la judicialización permanente de los últimos años por el diálogo y el acuerdo político. Desde la perspectiva del PSOE, a esas alturas todos los votos valían su peso en oro y garantizar el respaldo del PNV supuso un paso de gigante.

Al contrario que el resto de pactos suscritos por Adriana Lastra con los grupos periféricos, en este caso se escenificó un acuerdo al más alto nivel con la presencia de Pedro Sánchez y del presidente del EBB, Andoni Ortuzar, que estamparon su firma en el texto consensuado. El mismo incluye culminar el calendario de transferencias y acometer reformas de cara al "reconocimiento de las identidades territoriales", con especial hincapié en lograr una solución al conflicto catalán y negociar sobre el estatus de autogobierno que apruebe el Parlamento Vasco atendiendo a los "sentimientos nacionales de pertenencia".

También se apuesta por impulsar el TAV, abrir cauces para las selecciones deportivas vascas y cumplir los acuerdos pendientes desde la época de Mariano Rajoy en Moncloa. En la derecha provocó controversia el plazo de seis meses fijado a su vez para transferir la competencia de Tráfico a Nafarroa.

Con la lupa en la Justicia

Más allá del acuerdo de coalición con Unidas Podemos y de los apoyos que ha sido posible amarrar con los grupos minoritarios, la abstención de los 13 diputados de ERC resultaba crucial dentro del plan maestro de Sánchez. Ello ha derivado en un proceso negociador extenuante de este partido con el PSOE, en ocasiones con luz y taquígrafos y otras veces de forma discreta. La judicialización del conflicto catalán ha embarrado todo el proceso, con el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea a favor de la inmunidad de Oriol Junqueras y el dictamen de la Junta Electoral Central en sentido contrario. Tras el gesto de la Abogacía del Estado de pedir la liberación del líder de ERC para que asuma el cargo de eurodiputado, fue el Consell Nacional del día 2 el que garantizó la abstención del partido, que al final se sumó a la de los cinco diputados de EH Bildu.

Ese día se hizo público un acuerdo lo suficientemente ambiguo como para contentar a ambas partes, que contempla la creación de una mesa de diálogo entre los gobiernos español y catalán sin vetos expresos al derecho a decidir ni apelaciones a la Constitución como límite. El resultado de ese foro se validará además con una consulta entre los catalanes. La vía unilateral queda en la práctica superada al tiempo que la tensión de ERC con JxCat y el president Torra alcanzó su cenit.

A favor del avance social

El respaldo de los dos diputados de Más País, Iñigo Errejón e Inés Sabanés, llegó tras la reunión con la delegación socialista del 30 de diciembre. Errejón avaló los detalles del pacto programático entre el PSOE y el partido que ayudó a fundar, Unidas Podemos, y pese a reconocer que esperaba más "ambición" en la lucha contra el cambio climático, la movilidad sostenible o las ayudas por hijo a cargo, dijo que no podía ignorar "esta oportunidad para el avance social, verde y feminista".

Más País concurrió a las generales con Compromís en la coalición Més Compromís, y el presidente de esta formación, Joan Baldoví, dio su aval a la investidura el 3 de enero, víspera del inicio del pleno. El también diputado en el Congreso celebró que "se incorpore a la legislatura una agenda valenciana y social para todos" tras la firma de un acuerdo de nueve puntos que incluye "reivindicaciones históricas" sobre la agricultura local, el impulso de una serie de infraestructuras hídricas y la remodelación de los enlaces entre la AP7 y otras vías. También una propuesta de financiación autonómica que garantice la prestación de servicios públicos.

Por la España vaciada

La del 3 de enero fue una jornada frenética en la que se sucedieron las firmas de acuerdos con representantes de los grupos que iban a apoyar a Sánchez. Es el caso de Teruel Existe, una de las irrupciones en el Congreso más fragmentado de la Historia en la figura de Tomás Guitarte, que anunció la creación de una comisión de seguimiento para garantizar su cumplimiento que se reunirá cada cuatro meses.

Según este pacto, el Gobierno español se comprometió a paralizar el cierre de las taquillas de venta de billetes de tren en 142 estaciones de Renfe, una medida de "acción inmediata", explicó Guitarte. También desbloquear infraestructuras como la A68, A25 y la A40, o potenciar la plantilla y medios de la Guardia Civil para incrementar la seguridad ciudadana en la provincia.

Desafío europeo y 'brexit'

El presidente del Gobierno de Canarias, el socialista Ángel Víctor Torres, había advertido de que el fracaso de la investidura sería "letal" porque impediría unos nuevos presupuestos estatales y dejaría en "agua de borrajas" la aprobación del Estatuto canario y el Régimen Especial Fiscal (REF) para las islas. En este contexto, Nueva Canarias garantizó el voto a favor de Pedro Quevedo y defendió que el acuerdo contenía "el 95%" del programa con el que concurrió junto a Coalición Canaria al 10-N. Pese a ello, este partido no llegó a pactar con el PSOE.

El documento firmado por Nueva Canarias contemplaba defender la singularidad canaria en el nuevo periodo presupuestario europeo o compensar al archipiélago, que exporta la mitad de su producción hortofrutícola al Reino Unido, ante el inminente brexit. También llevar a efecto las inversiones comprometidas en el convenio de carreteras para Canarias, cuyo incumplimiento había sido recurrido.

Agenda gallega

El BNG dio su sí a Sánchez tras conseguir el compromiso del PSOE para desbloquear sus peticiones sobre la "agenda gallega", sobre todo convocar la Comisión Mixta de Transferencias Estado-Xunta para transferir la totalidad de las competencias pendientes. El diputado Néstor Rego destacó a su vez el peaje de la AP9 o garantizar que, ante cualquier modificación de la estructura del Estado, Galicia tenga el mismo estatus que Euskadi y Catalunya. Más modernizar la ley ferroviaria, apoyar la lengua gallega y sanear las rías.